Bilbao Básket - Cajasol · la crónica

El niño ya se ha hecho hombre (76-79)

  • Satoransky decide el partido con un genial 'dos más uno' a seis segundos del final. En el mejor partido de la temporada, los de Aíto jugaron concentrados del minuto 1 al 40.

De infarto, sí, pero la victoria del Cajasol no pudo saber mejor. El cómo, en este caso, sí que importa, porque por fin jugaron los de Aíto García Reneses como bloque, concentrado (con algún lapsus) del minuto 1 al 40 y con una figura sobresaliente que llegó a Sevilla como un niño y ya es un hombre. La responsabilidad con la que se jugó la bola del partido Satoransky describe al jugador que, además, se comió a Zizis y Raúl López y se echó al equipo a su espalda. 

Antes lo había intentado Asbury, que perdió la pelota de manera infantil con empate a 74 puntos en el marcador. Mumbrú, con una penetración marca de la casa puso el 76-74 a falta de 25 segundos para el final. Entonces surgió Satoransky, dispuesto a ser héroe o villano. Con apenas 21 años recién cumplidos, que asuma ese cometido demuestra el grado de madurez que ha adquirido en su cuarta temporada en el club. Dejó consumir la posesión, se quedó con el gigantón Rakovic en el cambio defensivo local y, como ya había hecho otras veces durante el encuentro, entró a canasta con decisión sacando un dos más uno clave (76-77). Después, el factor suerte echó una mano por primera vez. Zizis recibió el baló con algo más de tres segundos de posesión, se resbaló y acabó perdiendo el balón a manos de Sastre. Espaldarazo, golpe moral del Cajasol donde nadie había vencido este curso para despertar de una pesadilla que ha durado diez jornadas. 

La acción del base checo resultó ganadora, pero a ese punto llegaron los cajistas con opciones porque nunca bajaron los brazos. Ni siquiera cuando el atasco ofensivo, un clásico ya esta temporada, llegó en el segundo cuarto. Más de seis minutos estuvieron sin anotar los visitantes en este parcial, pero el Bilbao no aprovechó los errores visitantes y apenas logró una renta de siete puntos tras un parcial de 14-3 tras un triple de Vasileiadis (31-24). No se fue del partido el Cajasol, que superó su peor momento y llegó al descanso metido de lleno en el mismo (30-34). 

Los rebotes ofensivos fueron clave en este periodo, ya que las 11 capturas en la canasta rival logradas por los hispalenses antes del descanso (cuatro de los vascos) permitieron segundas opciones que paliaban en buena medida los desaciertos de Holland y Asbury, que parecían inmersos en una competición particular (-4 y -2 de valoración, respectivamente). Dijo Joan Plaza en su día que los rebotes, sobre todos los ofensivos, son fruto de la intensidad y las ganas que ponen los jugadores en la cancha. Los 19 con los que acabó el Cajasol reflejan la forma con la que encararon los cajistas el encuentro. 

Pese a todo, el conjunto vizcaíno tuvo otra opción de romper el partido. Salió con decisión tras el paso por los vestuarios con un triple de Vasileiadis. Después, entre Hervelle y Mumbrú pusieron un peligroso 41-32 en el marcador que hacía temer lo peor. Pero cinco puntos de Tepic, con un triple, un robo de balón, que acabó él mismo culminando el contragolpe, y otra canasta de Satoransky, (que no había anotado tras sumar siete puntos en el primer cuarto) apretaron el marcador y despertaron a un Cajasol que se dio cuenta de que podía asaltar Miribilla. 

Además, ahí estaban Williams y Triguero (mejor en defensa que en ataque) para frenar las acometidas de un desacertado Hamilton. Sin el pívot norteamericano, sólo las acciones de Vasileiadis y las de un inspirado Mumbrú mantuvieron a un Bilbao que comenzaba a desesperarse viendo cómo el colista le discutía el triunfo. 

El choque iba a morir en un final de infarto. Con 53-51 se entró en los últimos 10 minutos y sólo una genialidad o un error decidiría el encuentro. Apareció Bogdanovic, que estaba jugando un partido gris hasta entonces (-1 en valoración y sólo 2 puntos) y fue determinante con nueve puntos decisivos. Un triple suyo dio un poco de aire al Cajasol, pero el incombustible Mumbrú respondió acto seguido (64-65). El choque se calentaba. Una antideportiva señalada sobre Rakovic encendió a Katsikaris, que explotó cuando Moerman cayó sobre Bogdanovic y los árbitros señalaron falta. Técnica para el entrenador griego y cinco tiros para el serbio, que metió cuatro (71-72). En este punto hay que destacar los errores sevillanos desde la personal: 15/25, con seis fallos (Sastre y Williams) en los últimos tres minutos. 

Asbury y Zizis, villano en la última acción, pusieron el 74-74. Satoransky resolvió, el Cajasol ganó y demostró que tiene más de lo que ha dado hasta ahora. La felicidad, sin embargo, no debe llevar a la euforia ante el Lagun Aro, en la primera final de la temporada.

Ficha técnica

76 - Bilbao Basket (17+17+19+23): Zisis (6), Vasileiadis (15), Mumbrú (24), Hervelle (10) y Hamilton (4) -cinco inicial-; Raúl López (-), Grimau (7), Moerman (-), Rakovic (10) y Pilepic (-).

79 - Cajasol (21+9+21+28): Satoransky (18), Tepic (7), Asbury (8), Williams (11), Triguero (5) -cinco inicial-, Holland (5), Sastre (12), Bogdanovic (13), Radicevic (-) y Balvin (-).

Árbitros: Redondo, Perea y Oyón. Sin eliminados.

Parciales: 17-21, 34-30 (descanso); 53-51 y 76-79 (final).

Incidencias: Partido correspondiente a la undécima jornada de la Liga Endesa, presenciado en el Bilbao Arena de Miribilla por 9.978 espectadores.

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