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La nueva vida de Casillas

  • El guardameta se adapta con naturalidad a su rol de suplente de De Gea

Francia marcará el final de una época, casi de una vida futbolística, para el portero español Iker Casillas, una leyenda que ahora afronta su nuevo rol en la selección: el de ser un buen suplente. El lunes de produjo el final de lo que el seleccionador español, Vicente del Bosque, calificó hace dos años como "una transición  dulce". Se refería al relevo de la portería, al cambio de guardia, al traspaso de guantes de una generación a otra. Adiós, Casillas; hola, David de Gea.  

Del Bosque lo tenía ya decidido antes del comienzo de la Eurocopa y ni siquiera afectó en su decisión el vínculo del nombre de De Gea a un escándalo sexual ya comenzada la propia concentración de la selección en la Isla de Ré. El veterano técnico no dio un paso atrás  y le confió la titularidad al portero del Manchester United. La sucesión estaba servida.  

La siguiente cuestión fue ver cómo afrontaba Casillas esa suplencia. Tampoco era una situación nueva para el arquero. El precedente más parecido databa del 22 de diciembre de 2012, cuando José Mourinho, entonces entrenador del Real Madrid, lo dejó en la suplencia en un partido de la Liga española ante el Málaga. Aquello destapó la caja de los truenos y fue el principio de una "guerra" entre "mourinhistas" y "casillistas" que dividió al madridismo de una manera impensada. Tanto es así que el portero, historia viva del Real Madrid, se vio obligado a salir del club de toda su vida en 2015, con destino a Oporto. Una leyenda se tuvo que ir de su propia casa por la puerta de atrás. 

Durante ese tiempo en el que Casillas convivió con la suplencia, salieron miles de historias en la prensa. Los medios "anti-Casillas" publicaron muchas cosas sobre una supuesta mala actitud del portero. Éste siempre se mantuvo en silencio y lo cierto es que ninguno de sus compañeros tuvo jamás una mala palabra contra él. Los rumores  alimentaron una fama. Ahora la situación es parecida, pero dentro de un contexto muy diferente. Tiene un seleccionador que lo aprecia y él, a sus 35 años, posee una enorme madurez. Lo ha vivido todo.  

Del Bosque ya habló con él a comienzos de año, según reveló, y Casillas le aseguró que quería estar en la Eurocopa "aunque fuera de suplente". El seleccionador lo llamó. El técnico no tuvo ningún trato de favor con la leyenda y no le comunicó su suplencia hasta pocas horas antes del partido del lunes ante la República Checa, al mismo tiempo que facilitó la alineación titular al resto del equipo. Pero sí tuvo una deferencia con Casillas al día siguiente. "He hablado con él un momento porque me sabía mal ser tan seco. Ha reaccionado con toda normalidad, son muchos años los que llevamos juntos. En el debe mío tengo muchas cosas con Iker, pero también algo en el haber", relató en una entrevista a la productora Mediaset. 

Y fue más específico sobre la reacción del portero, al que vio "igual, tranquilo y sereno, muy comprensivo". Casillas disfrutó como uno más del triunfo de España por 1-0 en su debut en la Eurocopa. Sufrió en el banquillo, animó y participó de la tensión de todos. Y al final corrió a abrazar a Gerard Piqué, autor del tanto decisivo a tres minutos del final. "Le he visto bien en el banquillo y eso me gusta. Cuando ves a 12 jugadores parados no te gusta, quieres que vivan el partido y que sientan el éxito de los que están en el campo, porque muchos son necesarios", relató Del Bosque.  

Todos en el grupo de la selección hablan bien de Casillas y de su nuevo papel en el equipo. "Está como siempre, es un magnífico profesional y compañero. Nadie puede dudar de él", explicó un portavoz de la Federación.  "Es un ejemplo para todos, veteranos y nuevos, un grande", añadió la misma fuente.  

No siempre se ha producido una "transición dulce" en la selección española. Durante el Mundial de Alemania, Luis Aragonés dejó en el  banquillo a Raúl y el conflicto trascendió a la luz pública. El delantero no aceptó la suplencia.  

También fue amargo el adiós de Xavi Hernández. Ocurrió en el pasado Mundial de Brasil. Del Bosque lo dejó en el banquillo en el segundo partido, ante Chile, y el entonces jugador del Barcelona no se puso las botas de jugar al fútbol, sino que se quedó con las de correr. Muchos lo entendieron como un desafío del jugador a su  seleccionador. Tampoco jugó el intrascendente encuentro final ante Australia.  

Casillas no parece dispuesto a alimentar argumentos para sus detractores y todos en la selección califican como "impecable" su actitud como suplente. Aunque a jugadores como Sergio Ramos les parezca "raro" no tener detrás al arquero que fue titular desde 2002 de la mejor selección española de fútbol.

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