Si el acto anunciado por el Real Betis era la presentación del proyecto de la “Ciudad del Deporte” del club heliopolitano en la localidad sevillana de Benacazón, el verdadero atractivo circuló en torno a la figura de Manuel Ruiz de Lopera y los entresijos de la venta de acciones a la “entidad” BSport, aún no registrada como tal en el Registro Mercantil.

El todavía máximo accionista era recibido entre aplausos a su llegada a la sala de plenos del Ayuntamiento de la localidad donde desde el primer momento hizo reiteradas alusiones a la venta del club, incluso antes de que fuese preguntado por ello.

Sin ningún tipo de reparos, Lopera insitía en la petición de Bsport de que continúe con su cargo de consejero delegado. Algo que según sus palabras se lo han pedido por “la buena gestión hecha durante estos 16 años”.

“Estos hombres han hablado con los presidentes de los bancos con los que trabajo y ellos les han advertido de lo bien que lo llevo todo desde que llegué. Han visto que todas las cuentas están en orden y como quieren un Betis que no pierda dinero me han ofrecido quedarme para la gestión”, añadía Ruiz de Lopera.

Del mismo modo el mandamás bético hacía un llamamiento público basado en la ausencia de deudas del club desde su llegada, atreviéndose a diferenciarse de equipos como el Mallorca o el Valencia. “De aquí a octubre que me vaya tendré que decir que si el Real Betis tiene deudas atrasadas y que están pendientes de pago, que antes de irme vengan y se lo pago, ¿a ver quien dice eso?, pues yo lo puedo decir”, se enorgullecía Lopera.

En relación al nombramiento de un nuevo presidente por lo compradores del club, Lopera se mostró reacio ante la información que le proporcionaron los periodistas. “No sé quien quieren poner de presidente, eso ya se verá”, afirmaba Lopera que se mostró un poco incrédulo cuando le informaron de que la radio oficial del Betis ya había anunciado que este cargo lo ocuparía Francisco Sánchez Quintana, hijo del fundador de Linesur.

Finalmente Lopera concluía el acto aludiendo al gran patrimonio del real Betis en torno a un Estadio, una ciudad deportiva, un contrato de televisión y, ahora, una Ciudad del Deporte.