José Castro viajó al frente de su equipo a tierras portuguesas con dos ilusiones, la de sevillista y la de presidente. El sevillismo está con enormes ganas y el recuerdo de grandes hitos no hace mucho está presente en la afición. Un buen puñado acompañaba al equipo en el chárter y el grueso del apoyo viajaba por carretera. Castro alentaba a todos y expresaba su deseo como aficionado en una competición de gran lustre que dio gloria a este club.

"Hay una enorme ilusión por llegar a semifinales, que sería para nosotros una enorme alegría y continuaría esta línea ascendente. No me canso de repetir que tiene un gran mérito para un equipo en transición, con tantas altas y bajas y a siete jornadas del final, que estemos en Europa, quintos y estemos intentando entrar en Champions. Aunque sea difícil, es una intención pero no una obligación. El cuarto puesto sería enormemente ilusionante e importante", dijo el máximo dirigente sevillista, que es consciente de que en cuartos de final la ocasión es importante para el Sevilla. Las semifinales están al alcance de la mano: "Se mira más allá lógicamente una vez que llegamos adonde estamos. Pero vamos partido a partido porque va a ser difícil. Tenemos bajas importantes, aunque los que salgan lo van a hacer bien. Estamos ilusionados, es un desplazamiento masivo y cuando la afición se sincroniza con el equipo podemos hacer grandes cosas".

El presidente no eludió que la ilusión que ahora vive el sevillismo es parecida a la que este club vivió en 2006 con la final de Eindhoven. "Sin duda hay muchas cosas parecidas, no sólo en el momento actual sino a lo largo de la temporada, en la que el equipo ha ido de menos a más. En aquel año tuvimos muchos problemas al principio, pero nos fuimos sobreponiendo y llegamos a un final ilusionante. Tenemos objetivos más ambiciosos de los que preveíamos en un principio, y cuando alguien habla de falta de ambición tenemos que decir que no es verdad. Tenemos la intención pero no la obligación de conseguir lo máximo. Queremos mantener la trayectoria en Europa League y conseguir el reto de la cuarta plaza. No es una obligación pero sí un reto", dijo el presidente.

Y, como viene siendo habitual, habló de la renovación de Rakitic, algo que ha sido objeto de dudas por las negativas posteriores del jugador sobre lo afirmado por el presidente. "No tengo constancia de ninguna complicación más allá de lo que cuesta reunirse con su representante. El último contacto fue el pasado sábado y nos dijo que de forma inminente vendrá por Sevilla para firmar de una vez", explicó, recordando que si alguna vez dijo que el suizo-croata está renovado no fue gratuitamente: "Yo no soy hombre de tirarme a una piscina vacía. Cuando me tiro a una piscina es porque tiene agua, y no digo nada que no haya sido consensuado. No quiero entrar en polémicas, pero si afirmo eso es porque tengo los argumentos suficientes para hacerlo. No voy a decir que algo está hecho si no está hecho. Para mí no queda ningún fleco si no hay ningún tema nuevo", avisó.

Y sobre Emery, no se dejó llevar por los resultados: "Del tema del técnico se ha hablado mucho, pero hemos estado siempre con él y manteniendo charlas importantes cara al futuro. No hay ningún problema y hace más de mes y medio que le dijimos que queríamos que continuase. Él lo aceptó con gusto y, créanme, no hay prisas ni problemas. Sólo confianza mutua", avisó contento con su trabajo.

Para concluir, tras reconocer que el Sevilla no fichará por la lesión de Cristóforo "por decisión de los técnicos", Castro soñó con un posible rival en la final de la Liga Europa, fijada para el miércoles 14 de mayo en Turín, aunque, evidentemente, no puso muchas exigencias. "Me vale cualquier final contra cualquier equipo. Si es la Juventus vale, si no, cualquier otro. Sería algo muy importante e ilusionante si somos capaces de llegar ahí entre todos", explicó el empresario utrerano.