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De papá a Augusta: los 12 días de locura de Willett

  • El ganador de la chaqueta verde estuvo a punto de no acudir al torneo por el nacimiento de su primer hijo

La vida de Danny Willett dio varios giros en las últimas dos semanas. Tanto, que si su hijo hubiera nacido el día que estaba previsto, el británico no podría haber conquistado el Masters de Augusta. Hace unas semanas, Willett no sabía si iba a participar en el Masters porque su esposa, Nicole, tenía programada la fecha del parto para el 10 de abril. Pero el nacimiento se adelantó y el golfista pudo finalmente disputar el torneo y acabó con la chaqueta verde que lo inmortaliza como campeón.

Pero no todo resultó para Willett tan sencillo y espectacular como el domingo, cuando sorprendió el mundo con una última vuelta de 67 golpes, cinco bajo el par, aprovechando el derrumbamiento del campeón de 2015 y líder hasta entonces, Jordan Spieth, que iba camino a convertirse en el cuarto jugador en la historia en repetir el título hasta que cayó presa del hoyo 12, con un cuádruple bogey en un par 3. Con todo, el mérito del nuevo campeón estuvo en aprovechar su oportunidad y mantener el pulso en los últimos hoyos, cuando la presión por el título comenzó a hacerse presente. Y es que su preparación estuvo lejos de ser la ideal para un deportista de élite. Desde el 30 de marzo, cuando se adelantó el parto de su esposa y nació Zachariah James, hasta su viaje a Augusta, Willett cumplió todas las labores de un padre primerizo. "Estaba en casa asegurándome de que todo estuviera bien", recordó el golfista, que el domingo ganó su quinto título como profesional: "Cambiaba pañales, preparaba biberones, hacía todo lo normal que hace un padre con un hijo recién nacido. Quería asegurarme de que todo estuviera bien antes de marcharme para no tener distracciones, sabiendo que yo había hecho lo que debía", añadió el jugador nacido en Sheffield, que es profesional desde 2007.

Pero lo que le quitó de preparación, la llegada de su primer hijo lo compensó en estabilidad emocional. El británico comprendió que el golf es un gran juego, pero un juego al fin y al cabo. A los 28 años, Willett no es un veterano del circuito europeo, pero tampoco es un joven inexperto.

Para los especialistas, el análisis se focalizará en la debacle de Spieth, que dilapidó su posibilidad de victoria con un cuádruple bogey en el hoyo 12. "Soy afortunado, pero estaba en una posición que me permitió aprovechar esa circunstancia. Si hubiese estado cinco sobre el par no hubiera importado lo que Jordan hizo", remarcó Willett, que demostró su estado de gracia con una última vuelta impecable con cinco birdies (hoyos 6, 8, 13, 14, 16) y ni un sólo bogey.

Así se transformó en el primer jugador europeo que conquista el Masters desde que lo hiciese José María Olazábal en 1999 y el primer inglés en colocarse la chaqueta verde desde Nick Faldo en 1996. "Ha sido una semana de locura", afirmó. Tanta locura que a Willett, en 12 días, dos hechos le cambiaron sustancialmente la vida. "Simplemente ha sido el más ridículamente increíble de estos 12 días, supongo", dijo el campeón. "Lo del título sólo ha sido increíblemente surrealista. Como he dicho, sólo estoy deseando llegar a casa y pasar algún tiempo con ellos".

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