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Con los papeles intercambiados

  • Temor La plantilla es consciente de que otro revés sería un drama para el final liguero Contrastes Ni los sevillanos se explican su puesto en la tabla ni los bilbaínos su 'campañón'

"Pues va a estar complicado luchar por el play off", bromeaba el domingo un aficionado del Cajasol. Y tanto. Las miradas van dirigidas al sótano clasificatorio, donde muchos jugadores no se encuentran a gusto, no responden ante las situaciones límite y la responsabilidad, mal llamada presión en el deporte, atenaza las muñecas. Da vértigo mirar hacia abajo. Sólo hay dos peores que el equipo de Magnano/Comas en estas 21 jornadas. Manda...

Ha escocido, y de qué forma, la derrota inesperada para todos contra el Gran Canaria. Las cuentas eran otras. Triunfo ante los isleños, victoria peleada frente al Iurbentia y éxito en la guerra que está por llegar en León. ¡Qué bonito habría sido! El primer patinazo ha dejado tocado al Cajasol y hoy puede quedar semihundido como le dé por no sacar las castañas del fuego a quienes corresponda hacerlo.

Cuando las plantillas quedaron cerradas este verano había gente que daba a los vizcaínos como posible equipo revelación. No fueron malos augurios para un conjunto que ha sorprendido como en su día hiciera el Alicante o antes el Manresa. Ni es normal que la tropa de Vidorreta esté cuarta en la clasificación con 15 victorias y sólo 6 derrotas, ni mucho menos lo es que el Cajasol esté antepenúltimo con el mismo número de triunfos que su oponente de tropiezos. El mundo al revés, los papeles intercambiados en el guión previsto por mucho Marcelinho Huertas que llegara al Bocho en su día.

Los vascos, equipo incómodo, bien trabajado tácticamente y guerrero en todas sus líneas, encima vienen con dos bajas de consideración después de esplendoroso paso por la Copa del Rey. Rancik y Recker no estarán en un tiempo y Vidorreta necesita un efectivo interior para paliar la baja del europeo, pues Weis, Banic y Pasalic necesitan ayuda.

Desde luego, la actitud del bloque sevillano en cuanto al juego dentro de la pintura tiene que ser diametralmente opuesta a la mostrada contra el Gran Canaria. Comas y la directiva se agarraron un enfado de consideración por el pobre rendimiento de los cuatro pívots. Aunque Betts estuviera desafortunado la pasada jornada, es con el que menos pegas tiene el club, no así con Kakiouzis, De Miguel y Bueno, de los que se esperaba y se espera mucho más.

Atención especial merecerá el doble duelo de los directores de juego. Elmer Bennett enseñó su arte a Marcelinho Huertas en Badalona y ahora se enfrenta el maestro al pupilo, aprendiz de lujo que ha madurado muchísimo a la vera de la ría de Nervión. Al brasileño hay que darle espacio para que tire antes que dejarlo penetrar y correr el contragolpe.

A Aaron Miles se le está recuperando para la causa después de unos partidos apagado, ido, perdido... Eso espera Comas, que despierte ya y que recupere la confianza perdida. Bennett, en este sentido, le está ayudando. No hay que perder de vista a Javi Salgado, que está haciendo una temporada más que notable. Base con cabeza, aprovecha su lanzamiento certero y provoca faltas que le llevan a la línea de tiros libres, donde normalmente no falla.

Con una pieza menos en el exterior, por la ausencia de Recker, debe bajar la intensidad de Quincy Lewis, Paco Vázquez y Predrag Savovic. Éste es el punto fuerte del Cajasol y Ellis, Miso e Ignerski, jugador fundamental para Comas por sacar ventaja dentro y poder jugar de cara también, tienen encomendada la función de derrumbar con puntos la muralla bilbaína.

Eso sí, con defensa, por Dios. El Gran Canaria se fue de aquí con 98 puntos a su favor, una cifra casi desconocida para los insulares en toda su historia. El trabajo atrás parte de las ganas de los jugadores y no se permite más indolencia. Porque el drama se puede hacer carne si esto sigue así.

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