Almería | sevilla · la crónica

Una película repetida

El Sevilla cayó en Almería por unos caminos demasiado vistos en este curso, el de perder la batalla aérea tras haberse quedado en inferioridad numérica por expulsión de Daniel Alves. Un gol de Acasiete al rematar de cabeza un libre a tres minutos del final del tiempo reglamentario privaría al Sevilla de puntuar en un campo que se estimaba asequible, algo que iba a confirmarse a lo largo del pleito. Fue la culminación de una película que se repite desesperantemente para este equipo brillante en Europa y que no termina de agarrarse a la competición doméstica.

Es Almería lugar idóneo donde agarrarse nuevamente a la Liga para este Sevilla al que aún le resuenan en sus oídos la fiesta grande del martes en Champions. Y al recinto almeriense, abierto, no demasiado idóneo para el fútbol por sus pistas de atletismo, acude el equipo de Manolo Jiménez con la alineación prevista, con Renato y Martí, pero también con Poulsen a fin de fortalecer la zona central como antídoto al bien trabajado conjunto de Unai Emery. Y es que con Martí, el danés y Renato bien abrigado que se sale a cualquier cita de la Liga, claro que sí.

Se demuestra en cuanto el balón echa a rodar. Decididamente, el Sevilla va a por el partido, presionando arriba y dejando muchos metros a sus espaldas. Es un equipo netamente superior al otro, pero este otro, el local, intenta enfriar el partido a base de no tener prisas por nada, ni por sacar de banda, ni por botar una falta, no hay motivo alguno que espolee al equipo de Emery y el propósito es contagiar al rival a fin de su explosividad no aparezca.

Y es que esa explosividad en el arranque es por donde el Sevilla suele dar primero, que ya se sabe que quien da primero puede repetir la faena. Y aunque no del todo, aunque el partido se desarrolla en un porcentaje alto de tiempo en campo almeriense, lo cierto es que a este Sevilla le falta ciertas dosis de picante, quizá ese picante que Emery ha querido, y conseguido, neutralizar con el agua de la parsimonia y la falta de prisas.

Es un partido que a pesar de todo llega al descanso sin ventaja sevillista porque Diego Alves, el portero debutante de los locales, ha salvado un par de ocasiones de gol cantadas. Una es en el minuto 13 a tiro a quemarropa de Kanoute en la frontal del área pequeña que tapa con indudable valentía; el otro es un desvío de felino a despeje de su compañero Carlos García que se colaba por la base de un poste en el minuto 25.

Se suceden los saques de esquina por ambas partes, pero más botados por el Sevilla que por el Almería. Parece el Almería un equipo bien trabajado, que elabora mucho cuanto proyecta, pero que va a disfrutar de su primer remate a puerta en un testarazo de Negredo que se va alto cuando se juega ya el minuto 32. A todo esto, preocupa una tarjeta a Daniel Alves, vigilante del velocísimo Crusat, cuando el intermedio se va acercando.

Y lo que era simple preocupación del personal mínimamente iniciado va a convertirse en dolorosa realidad no más reanudarse el partido. Daniel Alves se cruza ante el vertiginoso Crusat y Teixeira Vitienes le muestra la segunda. Otra vez como en Villarreal, el Sevilla se queda sin Alves con toda una vida por delante, con una barbaridad de partido por dilucidar. Procede a una reconversión mediante bajar a Martí al lateral derecho para que Renato pierda metros y se acerque más a Poulsen que a Kanoute.

Al poco y comoquiera que Unai Emery mete fútbol en cancha al sustituir a Soriano por Corona, Jiménez vuelve a mover ficha y lo hace prescindiendo de Renato en beneficio de Keita. Pero ya las cosas, lógicamente, no son como antes, ya no es el Sevilla tan claramente inferior y ya también no se muestra tan parsimonioso el Almería, Palop ha de emplearse a fondo para desviar un testarazo de Negredo y el Sevilla cae en un error, el de buscar directamente a Kanoute, preferentemente en rifas aéreas.

El Almería ve posibilidades de no sólo empatar y va al abordaje con más cabeza que fútbol, más en la intentona de sacarle fruto a algo estudiado que a esperar una genialidad de nadie. Y llega el premio cuando apenas queda tiempo para nada y en un libre que bota Corona y que remacha de cabezazo a quemarropa y libre de marca Acasiete. Todo se consuma ahí y es el fin de una película que dolorosamente para el Sevilla se repite demasiado en esta Liga tan frustrante.

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