La Crónica

Los peones en su sitio (2-1)

  • El Betis suma tres puntos importantes al superar al Athletic en el segundo periodo y ponerle Nelson nombre al triunfo. La 'revolución' de Mel sirvió para hacerlo todo mucho más fácil.

Respiro hondo para el Betis. El conjunto de Pepe Mel consiguió sobre la campana un premio al que se había hecho acreedor con anterioridad gracias a un excelente zapatazo de Nelson a la salida de un córner. Tres puntos de un valor trascendental frente al piropeadísimo Athletic Club de Marcelo Bielsa que sirven a los verdiblancos para otear el horizonte con unas perspectivas mucho más halagüeñas.

Fue un premio de lo más justo, sobre todo por la diferencia en el juego entre uno y otro equipo durante el segundo periodo. Si hasta el intermedio el partido había estado más o menos equilibrado, con dos equipos que trataban de tener el balón en su poder a través de apoyos en corto entre sus futbolistas y los correspondientes desmarques, después del ecuador el monólogo ya fue verdiblanco y Fabricio sólo se iba a ver inquietado en las acciones a balón parado de los vascos, impotentes para contener el fútbol que manaba de Iriney y Beñat. Más aún cuando Javi Martínez demostró que está aún muy lejos de haber aprendido el oficio de defensa central y dejó a su equipo con un futbolista menos en una acción con Jonathan Pereira.

A raíz de ahí el dominio se agudizó aún más si cabe, pero sería injusto centrar el análisis en esa acción concreta. Para demostrarlo se tira de repaso a la lista de ocasiones de gol de ese segundo periodo y comparecen dos clarísimas para el Betis con Javi Martínez en el campo. La primera tuvo lugar en el minuto 48, cuando Beñat tuvo la clarividencia de los grandes para observar la posición de Rubén Castro en solitario y el canario se topó con una gran intervención de Iraizoz, aunque cabe apuntar que la pelota debió acabar en gol desde el mismo momento en que el delantero tuvo tiempo de sobras para ejecutar la acción con mayor precisión. En esa misma jugada, era anulado el posterior cabezazo de Salva Sevilla que sí acabó en la red por un fuera de juego que sí existió y precisamente otro cabezazo del almeriense se convertiría en la segunda llegada diáfana de los béticos en este segundo periodo. Fue un córner exactamente igual al que le valió al Athletic el 1-1, pero el testarazo de Salva Sevilla no acabó dentro de la portería de Iraizoz de manera increíble.

Sirva este inciso para argumentar que la expulsión de Javi Martínez no fue tan trascendente, para certificar que el Betis había iniciado su acoso y derribo justo después del descanso. Precisamente en ese momento fue cuando Bielsa se decidió a cambiar el sistema de juego a través de colocar a tres defensas y dos laterales largos. Error del argentino, ya que su centro del campo quedó aún más debilitado y eso fue aprovechado por un Pepe Mel que consolidó a la pareja Iriney-Beñat y fue colocando a hombres que pudieran actuar a las espaldas de Iraola y Aurtenetxe para sacar a los centrales vascos de sus zonas de protección. Por ahí comenzó a llegar el Betis y se fue decantando poco a poco el juego.

Sucedía esto después de un arranque equilibrado, aunque con la grata noticia de que el primer gol bético iba a llegar muy prontito. Mel había cumplido con la revolución que se anunciaba durante la semana e introducía en el equipo inicial a 8 hombres que no habían estado en la alineación de partida frente al Mallorca. La realidad, sin embargo, es que se produjo una vuelta a la coherencia, a ese 4-4-2 con la asimetría de Salva Sevilla en una de las bandas. Era una defensa inédita con el debut liguero de Nelson, que acompañaba a Paulao, Dorado y Nacho; centro del campo creativo con Iriney trabajando para recuperar la pelota y Beñat y Salva Sevilla construyendo; y velocidad arriba a través de Rubén Castro, Jefferson Montero y hasta Jorge Molina. Y se vio un Betis dinámico, con capacidad para desbordar al enemigo, aunque con el pero de las dificultades que encontraba para recuperar el balón cuando el Athletic era capaz de mover la pelota tal y como le pide Bielsa en su ideario.

Si ese planteamiento llevaba a los anfitriones a ponerse por delante bien pronto a través de Rubén Castro, un despiste clarísimo en defensa los condenaba a volver a remar para lograrlo. Porque no es normal que un especialista como Javi Martínez remate sin ninguna oposición un córner como lo hizo. Fueron los momentos en los que llegó a sufrir el equipo de Mel, que entonces sí se veía desbordado por los toques del Athletic. Pero el relato sería injusto si no se resaltara el disparo de Jefferson Montero al larguero en los estertores de la primera mitad cuando lo más fácil parecía cantar el 2-1.

A ese ecuador se arribaba con la incertidumbre de qué iba a suceder después, de quién iba a aguantar más en ese fútbol de ida y vuelta carente de centro del campo. La respuesta fue rotunda: el Betis. Porque el segundo periodo tuvo un ganador rotundo en los locales, que tuvieron muchísimo más el balón y fueron capaces de crear ocasiones de gol clarísimas. Hasta que llegó el instante de gloria de Nelson, del hombre que volvía en un partido de Liga después de tanto tiempo. Zapatazo a la red y 2-1 para un Betis que se toma un respiro hondo gracias a que jugó con todos los peones en su sitio.

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