ciclismo · Dopaje

Todos en la picota

  • Armstrong es amenazado con tener que devolver el dinero de los premios y la UCI está en entredicho por el descrédito.

El caso de dopaje en torno a Lance Armstrong sigue sobrepasando límites estrictamente deportivos: el estadounidense está amenazado por la ruina económica y la Unión Ciclista Internacional (UCI) está cada día más en entredicho. Mientras organismos y empresas empiezan a pedir al estadounidense que devuelva el dinero que ganó con sus siete triunfos en el Tour, ex corredores y medios de comunicación exigen un cambio en la cúpula del máximo organismo del ciclismo, al que acusan de actuar con cinismo.

Después de que la UCI borrara el lunes al texano de la lista de ganadores, la compañía de seguros SCA Promotions considera la posibilidad de demandarlo para recuperar parte de los 12 millones que según sus datos le pagó durante su carrera. "El señor Armstrong ya no es más el ganador oficial de ningún Tour y por consiguiente es inapropiado e impropio de él que retenga ningún pago de bonus hecho por SCA", señaló el abogado de la empresa, Jeffrey Dorough.

La aseguradora de Dallas tuvo que pagar a Armstrong más de cinco millones de euros en 2006 tras un arbitraje judicial como premio por su sexta victoria en el Tour, en 2004. El deportista había demandado previamente a SCA porque la firma había retenido el dinero a causa de las sospechas de dopaje que pesaban sobre él. Las obligaciones de pago de SCA se debían a que Tailwind Sports, dueña del equipo US Postal, había firmado una póliza con la aseguradora para que garantizara el bonus del ciclista por sus triunfos en la ronda gala.

Armstrong puede tener que hacer frente también a la devolución de unos tres millones por los premios recibidos del Tour. "El reglamento de la UCI es claro: cuando a un corredor se le quita un lugar que le reportó dinero, tiene que reembolsarlo", dijo Christian Prudhomme, director del Tour.

Mientras, los últimos apoyos que le quedaban al ex ciclista desaparecen. Después de Nike y otros patrocinadores, el fabricante de gafas de sol Oakley, uno de los pocos que aún se mantenía a su lado, decidió romper relaciones con Armstrong tras conocer la decisión de la UCI.

El abogado del ex corredor, Tim Herman, aseguró que por parte de los espónsors no hubo hasta ahora ninguna exigencia de devolución de dinero. "No he oído nada y tampoco lo espero", dijo. A pesar de todo, Armstrong aún tiene el apoyo de algunos colegas de pelotón, como el del ex ciclista español Miguel Indurain, cinco veces ganador del Tour, que dudó de todo el proceso en torno al texano. "Hasta ahora creo en su inocencia, siempre ha cumplido con todas las normas", señaló ayer a Radio Marca el español, que apuntó a la Usada. "¿Qué clase de enemigos tan poderosos tiene?", se preguntó "con ingenuidad" Induráin.

Mientras tanto, cada día se escuchan más voces contra la cúspide de la UCI. Al ciclista David Millar se unieron los ex corredores Tyler Hamilton, Jorg Jaksche y el presidente de la Federación de Ciclismo de Luxemburgo, Jean Regenwetter. "McQuaid no tiene cabida en el ciclismo", señaló Hamilton. Pero al igual que Armstrong tiene el apoyo de Induráin, la UCI recibió la defensa del Comité Olímpico Internacional, que descartó sancionar a McQuaid y a su antecesor, Hein Verbruggen. Bajo el mandato de éste, la UCI cayó bajo sospecha de no haber publicado un test con resultado positivo hecho a Armstrong en el Tour de Suiza de 2001.

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