El descenso de Ronaldinho y los malos resultados han provocado un cambio en el Barcelona, que parece querer dejar atrás el jogo bonito para agarrarse a un estilo más eficaz, como el de su gran rival, el Real Madrid. Los azulgranas necesitan ahora ganar partidos antes que ofrecer espectáculo y se plantean renunciar a sus raíces.

El Barcelona está dispuesto a alejarse de su identidad para intentar recortar los siete puntos de ventaja que posee el Real Madrid, líder de la Liga. Es el cambio del verso por la prosa, el adiós al espectáculo y el saludo a la rentabilidad.

La pasada semana, Samuel Eto'o inauguró el debate al manifestar: "Es hora de que el Barcelona gane, de cualquier manera. Primero es ganar y luego viene jugar bien". Poco después, Frank Rijkaard, su técnico, corrigió el pensamiento del africano y aseguró que "el Barcelona no debe olvidar su identidad".

Pero el propio Rijkaard pareció alinearse en el bando de Eto'o, a juzgar por la alineación que diseñó el sábado en su visita al campo del Mallorca. El Barcelona jugó con Eto'o y Giovani como únicos delanteros, llenando la medular con Toure, Iniesta, Gudjohnsen y Xavi, algo que ya hizo también en las últimas salidas a Valencia y a casa del Espanyol. Todo ello como alternativa para suplir a un gris Ronaldinho, que ahora ocupa el banquillo.

El Barcelona no jugó bien, pero sí rescató un valioso triunfo que le permitió conservar la segunda posición y la distancia con el Real Madrid. En definitiva: apeló a la efectividad y guardó el espectáculo en el armario.

Los tiempos parecen estar cambiando en la Liga española porque ni el Real Madrid ni el Barcelona son capaces de seducir con su juego a sus respectivas hinchadas. Más que eso, la defensa parece ser la clave de los triunfos de los dos conjuntos españoles con mayor presupuesto.

El líder se siente muy cómodo utilizando una fórmula parecida a la utilizada la pasada temporada por el técnico italiano Fabio Capello. El Barcelona parece recurrir ahora a la fórmula blanca y es curioso que el azulgrana sea el equipo menos goleado de la Liga.

El Barcelona juega mañana ante un Sevilla emergente. Es, sin duda, un gran rival para examinar los nuevos argumentos futbolísticos del Barcelona.