Dos sevillanas en lucha por una plaza olímpica podía ser el nombre de esta película que protagonizan Marina Alabáu y Blanca Manchón desde hace ya muchos años. La primera le ganó la partida a la segunda en los Juegos pequineses de 2008, consiguiendo en China una cuarta posición tan meritoria como algo frustrante por quedar muy cerquita del podio. Ahora ha vuelto a tomar la delantera Alabáu a Manchón y muy mal se le tiene que dar el Europeo de Madeira de febrero para que no repita participación en un campo de regatas, el de Weymouth, que le favorece más respecto al de China.

Anteayer llegó a Tarifa, donde reside desde 2004 aunque con un intervalo de dos años en Santander, desde la otra parte del mundo, Australia, pues en Perth se colgó la medalla de bronce de RS:X mientras Manchón no pudo concluir entre las 10 primeras. En la primera prueba clasificatoria en la confrontación entre las dos españolas, la Skandia Sail for Gold, Alabáu se llevó el triunfo.

"Le saco 110 puntos a Blanca en el ranking entre nosotras. He sido tercera y estuve cerca de ganar; menos en la Medal Race el resto de la semana me fue muy bien. El último día cogí un alga y no fui capaz de soltarla. Me tuve que tirar al agua y ya se me fueron las de delante y me quedé sin la oportunidad de pelear por la victoria. Esto es algo que le pasa a todo el mundo. Normalmente todos pillamos algas, pero yo tuve la mala suerte de enredarme en una más grande de la cuenta. Igual si no la cojo tampoco gano", comenta la feliz Alabáu.

¿Pero tiene ya el billete para Londres tras quedar por delante de Manchón en dos de las tres regatas clasificatorias? "Tengo mucha ventaja, pero matemáticamente no está cerrado. Es un sistema de selección bastante complicado, un lío. En función de la cantidad de participantes que seamos en Madeira en el Europeo, si Blanca ganara todas las mangas y yo quedara siempre última, tendría posibilidad de pasarme. Lo tiene muy difícil, pero yo no me puedo relajar. Aquí quien pestañea, pierde", afirma.

Muy prudente, sabe que lo tiene en la mano, que casi paladea sus segundos Juegos: "Fui cuarta en Pekín y en Londres el sitio se me da mejor que en China. No obstante, si me clasifico, hay que ir con mucho cuidado porque cuando vas a un campo de regatas con condiciones favorables estás más relajado y puede ser una pequeña trampa. Mi objetivo a corto plazo es pensar en el Europeo; una vez que me clasifique, ya pensaré en los Juegos".

Razona Alabáu por qué sólo puede ir una regatista por país y no dos: "No tenemos mínimas como en atletismo y la gracia o la desgracia es que sólo puede ir uno por país. La vela es un deporte en el que se puede hacer labor de equipo. Blanca me podría echar una mano a mí o yo a ella. La única forma de que no suceda algo así es que sólo vaya un país. Además, también la vela es un deporte en el que se puede fastidiar a otro. Entonces esto es un todos contra todos".

Dada su prioridad por un campo de regatas como el de Weymouth, habría que pensar en las opciones de oro. Alabáu sólo habla de lo bien que le va el lugar: "Gané allí el Mundial y la Sail for Gold, mientras que fui segunda en la Preolímpica. Estamos dentro de una bahía, con el mar plano, eso se me da muy bien; además, normalmente hay viento fuerte, muy limpio, donde prima más la velocidad. En otro sitios el viento es más inestable. En Weymouth siempre hay que ir al fondo a la izquierda y el que llega primero gana. No hay mucho que pensar. Es mi punto fuerte".

Blanca también se llama su hermana, que ha seguido los pasos de Marina y en breve competirá en categoría absoluta con sólo 15 años: "A mi hermanita le va muy bien. Se ha pasado a RS:X. Le quedan dos años de infantil. Competirá en el Mundial de Cádiz en marzo. Sigue la saga. Ella es la que me va a jubilar. Yo tengo 26 y ella 15. Cuando no le pueda ganar, me retiro". El adiós podría quedar lejos por el tipo de deporte, pero hay otros intereses en su cabeza: "Alessandra Sensini tiene 42-43 años, aunque hace tiempo que no gana, y Jessica Crips, 40 y pico y también está delante. La vela premia mucho la experiencia. Hasta los 40 se puede aguantar bien. Lo que pasa es que ninguna de las dos que he nombrado ha sido madre y mi plan sí es tener hijos". Por supuesto, su novio y entrenador, el francés Alexandre Guyader, también desea ser padre. Antes irán juntos a Londres, salvo extraño suceso.