No está siendo una temporada fácil para el Betis ni tampoco para Rubén Castro Martín (Las Palmas, 27-06-1981), que la comenzó torcida con esa lesión muscular que tanto dañó al equipo y que ahora observa como sus goles tampoco han servido para alcanzar, por ahora, la permanencia. El canario mira al duelo de mañana para, al menos, ofrecerle un motivo de alegría a la sufrida afición verdiblanca.

-¿Cómo se encuentra del susto del miércoles?

-Sentí un poco de dolor en la parte de atrás, pero nada importante. Estoy para jugar, seguro.

-Después de la fatalidad de la temporada...

-Nos ha pasado de todo un poco, se te viene a la cabeza la otra lesión, pero menos mal que ha quedado en nada. Desde la pretemporada, cuando me pasó eso, entrenaba y paraba y así una y otra vez. Han sido los peores momentos que he pasado desde que estoy en el Betis.

-Se han ido Mel, Stosic, Bosch y Guillén. ¡Quién se lo hubiera dicho el verano pasado!

-Nos han pasado tantas cosas este año, al club, al equipo... Nunca había vivido nada igual, ni lo había pasado tan mal. Ha cambiado todo, pero nos ha tocado vivir esta experiencia y hay que asumirla.

-¿Cómo se afronta un derbi en esta situación?

-Con ganas de ganarlo, ya nos toca. En el de Europa ya hicimos todo para que se quedara en casa. Es un buen día para desquitarnos de ese día, aunque no lo arreglásemos, pero al menos darle una alegría a la afición, que se lo merece. Ganarles siempre es importante, sobre todo para los béticos, que se merecen que les demos algo este año.

-El Sevilla os saca 31 puntos en la Liga. ¿Ésa es la diferencia real entre ambos conjuntos?

-No, hemos estado muy mal desde el principio, y creo que no tenemos los puntos que deberíamos para el equipo que tenemos. Se ha dado así, hay que afrontarlo y ganar el derbi.

-Personalmente, ha marcado goles en los partidos de máxima rivalidad, pero quizá le falta realizar un gran partido en uno de ellos. ¿Lo siente así?

-Que sea el del domingo ¿no? El año pasado marqué dos goles, pero este año no he podido hacerlo, salvo el penalti de la tanda. Tengo ganas de hacer goles y, sobre todo, que sirvan para que el equipo gane.

-En los derbis europeos no se lo vio como se esperaba. ¿Le afectó el planteamiento del equipo, sobre todo en la vuelta?

-Fueron partidos diferentes, tampoco tuve demasiadas oportunidades para hacer gol. No estuve como debía, pero el domingo tengo otra oportunidad.

-¿Dónde puede estar la clave para ganarle al Sevilla?

-En ir a por el partido, es lo que tenemos que hacer. Jugamos en casa, estamos necesitados de puntos y lo bueno sería ir a por ellos desde el principio.

-¿Le da envidia verlo en el sorteo europeo donde podría haber estado el Betis?

-Envidia pero sana. Por un penalti o por otras cosas no pasamos, teníamos muchas ganas de ganar ese partido, pero no pudo ser.

-¿Qué Sevilla espera, al contragolpe o presionando como al Oporto?

-No sé, no creo que vayan a salir apretando arriba, empezarán esperando. Pero tampoco nos tenemos que fijar mucho en ellos, debemos ir a por el partido y mandar nosotros desde el principio.

-¿Si tuviera que fichar a un jugador de ellos a quién elegiría?

-A ninguno, en serio, a ninguno.

-Siempre ha dicho que jugaría en Segunda en el Betis. ¿Mantiene ese pensamiento?

-Sí, sí, lo dije y lo sigo diciendo.

-¿Le han llamado del club?

-No, todavía no me han dicho nada.

-Dicen que la idea es que sea el faro del ascenso. ¿Se ve así?

-Sí, lo he dicho muchas veces. Aquí estoy muy bien, muy a gusto, con el vestuario y con la gente. Quiero ser el máximo goleador de la historia del Betis y para eso tengo que quedarme aquí.

-En Segunda habría bajada de sueldo...

-No hay problema. Ellos saben que mi intención es quedarme aquí y seguro que las dos partes buscamos el acuerdo para que el año que viene esté aquí.

-Después de haber triunfado en Primera. ¿No se le hará más complicado jugar en Segunda?

-Siempre bajar de categoría es complicado, es difícil. Pero el Betis, ya esté en Primera o en Segunda es un gran club y esperamos hacerlo bien para en un añito estar otra vez arriba.

-Hablemos de nombres propios. El primero, Mel.

-El que me lo ha dado todo, el que ha confiado en mí, el que me ha hecho triunfar en Primera. Me entiende dentro y fuera del campo. Ha sido como mi padre.

-¿Ha hablado con él?

-En los últimos tiempos, no. Sigo los partidos que juega su equipo, pero no hemos hablado.

-El siguiente, Garrido.

-Qué te voy a decir. No tuve conexión con él y ya está.

-Otro más, Calderón.

-Trajo un cambio importante al equipo, más alegría en el vestuario. Se parece mucho a Mel, en la manera de hablarnos, entiende a los futbolistas porque lo ha sido.

-¿Lo vería como entrenador del año que viene?

-Perfecto, yo voy a estar seguro.

-No tiene duda sobre lo suyo...

-No, el club lo sabe, quiero quedarme y depende de ellos.

-¿Pero han hablado con su agente?

-Todavía no sé nada, vamos a esperar a que pasen estos partidos y ya veremos. Nos sentaremos todos y llegaremos a un acuerdo.

-¿Le preocupa que se hable de demasiado de su vida fuera del campo?

-Siempre voy a ser el mismo, no tengo por qué cambiar, estoy muy contento de cómo soy. Estoy satisfecho de mi vida privada. Sé que lo que hago, lo hago bien, pero a veces me equivoco como todo el mundo. Después de las lesiones, de los problemas de la vida privada, los números están ahí. Llevo nueve goles en la Liga, una cifra importante.