Osasuna | betis · la crónica

¿A que salen las cuentas?

  • Conformismo Entre las urgencias locales y el no pisar el acelerador del Betis, la primera parte fue de un juego insulso Efectividad Tras el descanso, y con Osasuna desplomado, el Betis sacó petróleo en dos faltas

Al paso que vamos, hasta pueden sobrar puntos para que salgan esas cuentas que le pedían a Chaparro desde el propio club. Le exigían siete de los nueve inminentes y ya lleva seis, por lo que el trianero podrá replicar al ultimátum. Un gol de Mehmet Aurelio en un libre y otro de Pavone al aprovechar un error de Ricardo tras falta de Emana fueron la puntilla para un Osasuna al que, con Camacho y sin Camacho, se le presagian muchas tribulaciones.

Inmerso ya en la normalidad de la Liga, en el todos contra todos donde las diferencias son inestimables, el Betis acudía a Pamplona con la sensación de que su buena imagen ante el Mallorca debía ser revalidada. Es ante un rival inveteradamente difícil con el añadido de que su entrenador debuta como local. Debut de José Antonio Camacho y un Betis deseoso de reencontrarse de una vez consigo mismo.

Y como el libro aconseja no hacer cambios cuando las cosas funcionan y como Juanito da el OK tras el calentamiento, pues Chaparro alinea a los que estuvieron desde el principio ante el Mallorca. Un Betis compuesto por Casto en la portería, línea defensiva para Nelson, Arzu, Juanito y Fernando Vega, hace de contrafuerte Mehmet Aurelio con el acompañamiento de Capi y Emana más adelantados para que el frente de ataque lo formen Damià, Pavone y Sergio García.

Para su debut ante la clientela propia, Camacho apela a Ricardo en la cancerbería, zaga con Azpilicueta, Miguel Flaño, Josetxo y Oier, doble pivote con Nekouman y Puñal, en las bandas Juanfran y Ezquerro, con Portillo y ese joven talento que es Kike Sola arriba. Todo esto más una necesidad apremiante de ganar se agita y sale un cóctel llamado Club Atlético Osasuna.

Sale Osasuna como queriendo resolver con prisas, y es que esas urgencias que le abruman van haciendo un efecto progresivamente negativo así que el crono cabalga. Ambos se plantan en cancha según guión, pero la alternancia de posiciones que observan Ezquerro y Kike Sola van a crearle algún que otro problema de desubicación a la zaga verdiblanca.

De todas formas es más la amenaza que la realidad, pero no puede obviarse que aparece un lance que puede cambiar el rumbo de los acontecimientos. Discurre el minuto 16 cuando Ezquerro rompe el fuera de juego con nitidez y bate a Casto, pero el auxiliar de banda opina lo contrario y no hay sangre para el Betis. ¿Qué hubiese pasado si Mateu Lahoz valida el gol? Pues lo más probable es que el partido hubiese salido ganado, ya que, entre otras cosas, el Betis habría intentado picar espuelas rumbo a Ricardo.

Pasa que en el Betis no han acudido a la cita dos futbolistas muy importantes. Se trata de Sergio García, vampirizado por Azpilicueta, y Emana. El camerunés temporiza demasiado y se le saca de un balón de oro que le pone a Damià en esa diagonal que siempre suele buscar y el saldo no es, precisamente, positivo. Todos rinden a un nivel de aprobado bajo, pero estos dos se van al descanso sin que el equipo tenga nada que agradecerles.

Damià, en ese preciso servicio de Emana, y Capi tienen ocasión de adelantar al Betis, pero no culminan. Igualmente puede Osasuna hacer gol, pero responderá Casto espléndidamente a la andanada de Ezquerro, otra vez Ezquerro, siete minutos después del gol anulado. Y al descanso se llega con la impresión de que Osasuna anda lastrado por el sistema nervioso y que el Betis ha de revolucionarse bastante si quiere que la noche vire a exitosa.

Y sí, aparece el Betis con una velocidad más y con mucho terreno ganado respecto a lo que se había visto en la primera parte. Osasuna es un flan, los nervios pueden con el nervio y termina desplomándose cuando Mehmet Aurelio, en colaboración con una barrera infame, bate a Ricardo y aquello, aun a cuarenta minutos del fin, queda prácticamente visto para sentencia.

Pero el Betis, como tantas y tantas veces, no controla aquello con la solvencia debida y le da pie a Osasuna a creer que puede remontar. Se acula demasiado el equipo de Chaparro, el balón ronda su área con más frecuencia de lo aconsejable y Camacho mueve piezas sacando a Héctor Font y a Dady. Son momentos incomprensibles, inexplicable que el Betis tenga esa especie de vértigo a un triunfo que debía haber amartillado mucho antes de lo que lo consiguió.

Y si Camacho mueve el banco, Chaparro hace lo propio al quitar a Capi para que Arzu juegue ahí y Melli se empareje con Juanito. Ah, ya había, por entonces, aparecido Sergio García, Pavone se faja como un tío para que ni Josetxo ni Flaño logren sacar el balón medio jugado y Damià continúa formando una muy atractiva pequeña sociedad con Nelson. Por cierto que en el minuto 72 hace Nelson un jugadón que bien podría haber firmado el barcelonista Daniel Alves. A falta de cinco minutos remata la faena Pavone, no queda tiempo para más, el Betis escala posiciones y esas cuentas que le exigían a Chaparro están a punto de hacerse realidad.

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