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Con sello de puro 'león'

  • La filosofía futbolística de Joaquín Caparrós tiene muchas semejanzas con el juego histórico de los vascos · Los jóvenes se han echado el equipo a la espalda

Este final de temporada, seguramente, será el más tranquilo que van a vivir los aficionados del Athletic en los últimos años. Incluso tienen la ilusión de entrar en la Copa de la UEFA por la Intertoto, que no es poca cosa. Y los hinchas vacos deben agredecerle buena parte de esta situación clasificatoria a Joaquín Caparrós, que en su debut esta campaña en uno de los históricos del fútbol nacional ha demostrado que no hay plantilla lo bastante débil, a priori, para no poder sacarle rendimiento partiendo del trabajo.

La política de contrataciones y, sobre todo, de cantera que lleva uno de los clubes más antiguos del balompié nacional no permite que el conjunto rojiblanco tenga el nivel necesario para competir con las grandes empresas españolas como son los clubes de Primera División. Pero el mérito de competir de esta forma, al nivel de profesionalización que ha adoptado este deporte, es sobresaliente.

¿Qué entrenador podría hacer de este Athletic un equipo competitivo y difícil de batir? Pues uno cuya principal arma es el trabajo incansable con los futbolistas. Ya hizo un milagro la pasada temporada salvando al desmantelado Deportivo del desastre, regalándole hasta una semifinal de Copa del Rey -que precisamente perdió contra el Sevilla, su adversario de esta noche-. Otra de las particularidades del preparador utrerano es que tiene la capacidad de recuperar futbolistas que parecían perdidos para la causa. Etxeberria, ya lejos de esa forma física que atesoraba, ha vuelto a ver portería con cierta continuidad. De Llorente ha hecho ese delantero que se espera en San Mamés, y la defensa ya no es la verbena de años atrás, con dos jóvenes canteranos como centrales. Si Caparrós hubiese llegado unos años antes a Bilbao, quizá Julen Guerrero seguiría dando guerra...

sin balón

El sello que impone Caparrós a todos sus equipos es el mismo: presión asfixiante al rival sin dejarle pensar en cómo va a organizar la jugada. Todos los jugadores que salten al césped deben de tener muy claro esta tarea. El preparador sevillano, además, se adapta perfectamente a la forma que tiene históricamente el Athletic de jugar sus encuentros, sobre todo, en San Mamés. Esa presión es una seña de identidad del equipo bilbaíno. Aparte, cada córner o balón colgado al área hace que el espectador se levante de su asiento esperando a gritar un gol.

con balón

Aunque no se puede decir que Caparrós rehúya la posesión de la pelota, tampoco es que busque tenerla. Normalmente, los ataques del Athletic suelen hacerse con pocos toques. El juego directo es su mejor arma, para así aprovechar la envergadura de Llorente a la hora de bajar el esférico de espaldas a portería y cederlo a algún compañero que venga de cara. La llegada desde segunda línea de hombres como Aduriz, Yeste, Susaeta -una de las revelaciones de la Liga- o Gabilondo le ha dado muchos puntos al conjunto rojiblanco.

lo mejor

La tranquilidad con la que vive estas últimas jornadas.

lo peor

Poco margen de mejora.

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