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¿Cómo sobrevivir en un desierto?

  • Elementos imprescindibles para superar una experiencia extrema.

Conseguir subsistir entre las áridas dunas de un desierto es todo un reto, más aún si se pretende hacerlo en unas condiciones extremas no sólo por las dificultades climatológicas de la zona sino por estar realizando un sobreesfuerzo físico, como será el caso del corredor sevillano Eduardo Fernández-Agüera que pretende recorrer a pie y en solitario 250 kilómetros a lo largo del desierto chileno de Atacama.

Preparar un equipo adecuado para acometer esta aventura conlleva tener en cuenta muchos factores como la alimentación, la higiene y contar con un botiquín de urgencias para atajar cualquier contratiempo que pueda surgir.

Provisiones

El plan inicial del sevillano es buscar cobijo y comida entre la gente, lo que le permitirá empaparse de la cultura del lugar por ello sus provisiones serán escasas pero, hay que tener en cuenta que realizará su recorrido a través de zonas desérticas y conforme se adentre en ellas los poblados y aldeas disminuirán.

En el momento en que comiencen a escasear los asentamientos tendrá que recurrir a su esterilla y su saco de dormir y tirar del kit de emergencia que consiste en comida liofilizada para dos días. Esto es alimento deshidratado que, al mezclarlo con agua hirviendo toma consistencia similar a un puré y contiene todos los nutrientes necesarios para mantenerse con fuerza. Para poder consumirlo necesitará un hornillo pequeño, del tamaño de un CD, y unas cacerolas que llevará consigo.

El desgaste que supone correr durante tantos días bajo el sol necesita un aporte energético adicional. “Llevaré geles, frutos secos y barritas energéticas”, indica el sevillano, “además de suplementos como glutamina, aminoácidos, omega 3, antioxidantes... para retrasar la fatiga del músculo y que el organismo se recupere antes”.

La escasez de agua es otro problema importante. Correr bajo el sol supone un esfuerzo que requiere de hidratación constante pero es imposible que Fernández-Agüera cargue con varias botellas de agua, el peso ralentizaría mucho su marcha. “Mi intención es conseguirla en las poblaciones que vaya visitando pero si no lo consigo llevo conmigo unas pastillas potabilizadoras”, explica el corredor.

Primeros auxilios

Éstas no son las únicas pastillas que llevará en su mochila Eduardo Fernández-Agüera. Su equipo médico, compuesto por los médicos del Centro Andaluz de Medicina Deportiva (CAMD), José Naranjo y Javier Alonso, le han recetado ibuprofeno, antihistamínicos, amoxicilina y otros fármacos para paliar las posibles inflamaciones, infecciones y alergias que puedan surgirle. Asimismo, en su botiquín cuenta con yodo, vendas y esparadrapo, por si se hiere, y una bomba chupaveneno que utilizará en caso de sufrir una picadura.

Higiene personal

La higiene es un aspecto esencial en la vida cotidiana. En esta aventura, el corredor sevillano afirma que sólo podrá asearse si encuentra dónde hacerlo. “En caso de no encontrar un albergue donde asearme, utilizaré toallitas húmedas y pañuelos de papel”.

Todas estas previsiones serán de utilidad pero nunca se sabe si serán suficientes. “Mi intención es planificar el viaje lo mejor posible pero es muy complicado decidir los pormenores de una experiencia de este tipo desde España”. Eduardo Fernández-Agüera siempre deja algunos factores sin cerrar para dar rienda suelta a la improvisación, “lo que no quiere decir que sea imprudente”.

Emergencias

Evitar cualquier visicitud es uno de los objetivos de este corredor. Fernández-Agüera estará totalmente localizable porque llevará consigo un gps que, vía satélite, manda la señal para que los internautas realicen su seguimiento de su recorrido en el mapa de Google. En caso de que surjan problemas, este aparato, que es como una petaca, tiene un botón HELP para emergencias que, al presionarlo, manda un sms, en este caso a su hermano, su esposa y las autoridades chilenas, para que se pongan en contacto con la embajada y vayan a buscarlo al punto donde se encuentra.

Recuperación

Después de un esfuerzo de este tipo, el cuerpo humano tarda hasta seis meses en recuperar su estado normal.  “cuando acabe la aventura estaré 15 días sin practicar deporte, a partir de ese momento comenzaré a entrenar poco a poco, muy tranquilo, para que os músculos se vayan oxigenando poco a poco y, en dos meses, realizaré un entrenamiento normal”, concluye.

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