Tenis l Roland Garros

A un solo escalón de emular a Borg

  • Nadal lamina a Djokovic y si mañana gana de nuevo a Federer, igualará el récord de cuatro títulos seguidos del ídolo sueco

Estaban predestinados a ello. Rafa Nadal y Roger Federer protagonizarán mañana su tercera final consecutiva en París después de batir a sus últimos rivales. El español apabulló al número tres del mundo y aspirante a discutir la hegemonía de los dos primeros, Novak Djokovic (6-4, 6-4 y 7-6), mientras que el suizo sufría mucho para deshacerse de la revelación del torneo, el francés Gael Monfils (6-2, 5-7, 6-3, 7-5).

Nadal se clasificó con increíble facilidad para su cuarta final consecutiva en Roland Garros, donde acumula ya 27 victorias y cero derrotas. Su éxito ante Djokovic le permite conservar de nuevo su puesto como número dos del mundo, y situarse primero en la Carrera de Campeones.

Con una autoridad incontestable, salvando una bola de set en el tercer parcial, siendo aplaudido por el mismo Djokovic, con reveses increíbles, globos espectaculares y una rapidez asombrosa, Nadal anotó su octava victoria en 11 encuentros ante el serbio, y la tercera en este torneo (2006 en cuartos y 2007 en semifinales).

Tras dos horas y 49 minutos de apoteosis, Nadal luchará de nuevo en la final ante Federer, en el que ya es uno de los duelos clásicos de la historia del tenis.

El encuentro de ayer, al que asistió entre otros el ex matador Manuel Benítez, El Cordobés, y su mujer, Martina Fraysse, fue dominado por Nadal perfectamente, de forma autoritaria, casi demoledora en los dos primeros sets. La única reacción de Djokovic se atisbó casi a las dos horas del encuentro, cuando perdía por 3-0 en el tercer set.

Nadal estaba jugando perfecto, de largo los dos mejores sets de este torneo. Entonces se dieron dos circunstancias, un par de cañas (golpes con el marco) de Rafael, y que Novak soltó el brazo, consciente de que le iba la vida en ello.

Con el serbio jugándoselo todo en cada golpe, espoleado por los gestos de su hermano pequeño Marko en la grada, el partido cobró interés, pero aún así Nadal sirvió para ganar el duelo, con 5-4. Djokovic sacó su casta de campeón e igualó.

Con 6-5 en contra, Nadal sirvió para forzar el desempate, y Djokovic dispuso de un punto de set, que Nadal anuló con una formidable derecha. Y ahí se acabaron las esperanzas del de Belgrado que tras su partido contra el español hace unas semanas en Hamburgo, en las semifinales también, había dicho que había hecho ya todo lo imposible para vencer, y perdió en tres sets.

Federer padeció más para ser finalista. Gael Monfils le exigió sacar su mejor tenis. El parisino, de origen guadalupense, apretó a Federer en la oportunidad de su vida. Ganó un tercer set de forma admirable, a la segunda oportunidad con saques a 220 kilómetros por hora y a punto estuvo de forzar el quinto, cuando dispuso de un punto de ruptura con 2-2, salvado cómo no, con el segundo ace de Federer.

Las esperanzas de los 15.000 aficionados que llenaban la Philippe Chatrier de ver de nuevo a un francés en la final este año, cuando se cumple el 25 aniversario del éxito de Yannick Noah contra Mats Wilander, se vinieron abajo. Federer apretó como sabe, y con el juego que le ha llevado a ganar cinco Wimbledon seguidos, se subió a la red. ¿Le bastará para hacer humano a Nadal?

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