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Una sorpresa de barrio

En toda competición deportiva siempre hay un equipo que da la sorpresa cuando nadie apuesta nada por él. Su humildad frente a clubes grandes pueden condicionarle desde el principio. Sin embargo, las apariencias engañan y el más débil puede demostrar con esfuerzo y la actitud adecuada, que es capaz de mucho más aunque no disponga de los mismos recursos.

Es el caso del Sevilla Este, un club de barrio con limitaciones económicas que comenzó su temporada en División de Honor con el único objetivo de la permanencia y que ha terminado en la sexta plaza del grupo andaluz juvenil cumpliendo el sueño de perder el mínimo de partidos posibles durante la segunda vuelta.

Las únicas derrotas que han protagonizado fueron contra el Betis, el Málaga y La Cañada Atlético. Contra los verdiblancos, los blanquiazules se colocaron 0-2 antes del descanso, pero no pudieron mantenerlo en la segunda parte debido a dos penaltis en contra. El resultado final fue un 3-2 que afectó doblemente al equipo de la periferia, que vio con impotencia cómo la victoria se le escapó de las manos. "Fue un palo duro. Lo tuvieron al alcance de la mano y fue más difícil asumir la derrota. Pero la imagen que dieron los futbolistas fue magnífica. Volvimos a salir favorecidos en este aspecto", explica el delegado del Sevilla Este, Ángel Núñez.

Teniendo en cuenta la humildad de este club frente a equipos como Sevilla, Betis o Málaga, el mérito sigue siendo enorme a pesar de perder contra los verdiblancos y malaguistas, y empatar con los nervionenses.

El Sevilla Este se sustenta de los alquileres del campo de fútbol 7 y de la pista de pádel, además de las cuotas de los padres de los chicos, que ayudan en lo que pueden para que puedan jugar al fútbol. "A parte del tema económico, lo tenemos complicado porque hay un equipo sevillano más en la categoría, el San Juan, que nos quitó muchos futbolistas esta temporada", añade el delegado sevillano.

Este hecho hizo complicada la organización durante la pretemporada, a pesar de tener un segundo equipo juvenil ya que el salto a División de Honor es enorme. "El anterior cuerpo técnico decidió los futbolistas que están ahora. Ha sido complicado pero la imagen que han dado los chavales es para estar orgullosos", comenta sobre el cambio de entrenador del pasado diciembre, cuando el club decidió apostar por un nuevo técnico, un hombre de experiencia como es el ex bético Fede Jurado.

Ángel fue el único que sobrevivió a esta transición, y deja muy claro que no hubo ningún secreto especial, que el trabajo del anterior cuerpo técnico sumado al del actual fue el único responsable de los buenos resultados. "Sabemos que en el fútbol lo que mandan son los resultados. Cierto es que habíamos trabajado enormemente y creo que Fede supo hacer algo muy bueno", opina Núñez, quien añade que al final lo importante fue que "los chicos acatasen de forma positiva y madura la decisión".

Junto a Fede y Antonio Pozuelo, su segundo, el Sevilla Este contó con una persona que se encargaba de entrenar a los porteros, Carlos, hermano de un futbolista de las categorías inferiores, y también con un chico que realizó sus prácticas de Educación Física en el club. Sólo cuatro personas para llevar un equipo que tuvo que batallar con clubes grandes. "El objetivo nuestro siempre fue la permanencia e intentar pasar lo menos apuros posibles. No podemos competir contra los grandes filiares. Hemos cumplido. Nunca miramos cotas más altas", aclara el delagado, con los pies en la tierra.

A pesar de que no hay secretos para mantenerse invictos, obviando el partido contra el Betis, más allá del esfuerzo y la continuidad que ha sabido darle el actual técnico al trabajo del anterior cuerpo técnico, el buen rollo del vestuario, unido por una causa común, ha podido ser el responsable del éxito. "Hablando con Fede y Antonio comentamos que, a pesar de la intensidad de los entrenamientos, todavía no hemos visto ningún enfrentamiento entre ellos. Se tratan como hermanos", admite Ángel.

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