Que en el minuto 93 de partido, al borde del pitido final, el guardameta del Sevilla Atlético Caro cabeceara un saque de esquina por encima del larguero rival dice mucho -lo dice todo- de un filial en el que sus jugadores no sólo atacan como ángeles y defienden como demonios, sino que cuentan con un espíritu de inconformismo que los hacen merecedores del puesto que lucen en la segunda categoría del fútbol nacional.

Al partido, entonces, sólo le restaba finalizar. Sucedió en la siguiente jugada. Y lo hizo con un 0-1 en el marcador que indica el nivel del equipo tarraconense, que anoche lo hizo casi todo bien. Sobre todo en defensa. Este Reus de Natxo González, un equipo recién ascendido como el canterano, es un rival extremadamente ordenado en la táctica y no anda falto de técnica y velocidad arriba, uno de esos equipos serios con el que los chavales de Diego Martínez no pueden avergonzarse por haber cedido el tercer puesto en la tabla.

Y eso que el equipo franjirrojo lo intentó con pertinacia. En una muy igualada primera mitad, los sevillistas, comandados por un soberbio Borja Lasso, no pararon de buscar algún escape de agua entre las filas visitantes, vías que pocas veces encontraron si no era por los errores no forzados cometidos por la defensa. Así llegó la ocasión más clara de los de Diego Martínez, en el minuto 25, tras un pase de Borja a la espalda de los centrales, que Atienza, defensor del Reus, no supo despejar. Su patada al aire facilitó que el esférico llegara franco a Aburjania, quien, presionado por Babic, remató sin precisión a las manos de Badía.

Eran minutos en los que ambos contendientes, más que por sus propios medios, aprovecharon los errores del rival para crear oportunidades. Sin los mencionados fallos de uno y otro, un férreo centrocampismo que hubiese devenido en aburrimiento habría invadido el signo del primer periodo. De ese modo, las imprecisiones en los pases de Fede San Emeterio (minuto 9), Diego González (13') y Bernardo (29') propiciaron sendos acercamientos visitantes agotados en las manos de Caro, que cuajó otro gran partido.

Con un alto grado de intensidad concluyó el primer periodo, que dio pie a un inicio del mismo modo fulgurante de la reanudación. El equilibrio seguía siendo la nota predominante del encuentro cuando, en el minuto 50, los jugadores del Reus protestaron airadamente una caída en el área de Atienza tras un saque de esquina.

El filial sevillista continuaba a lo suyo, pero en esta ocasión con un Carmona más suelto por su banda derecha que, al fin, comenzaba a ocasionar problemas en el entramado visitante. Aunque algo más apagado en la segunda mitad, Borja trataba de construir para los suyos, mientras Marc Gual seguía siendo la migraña para la pareja de centrales tarraconenses.

Fue precisamente por la banda de Carmona el origen del gol del Reus. El extremo uruguayo Jorge Díaz, que acababa de sustituir a Fran Carbia, le ganó la carrera al lateral cordobés y se adentró en el área antes de ser derribado inocentemente por Juanje. El propio jugador lanzó el penalti para elevar el 0-1 al marcador.

Hasta el final, dos jugadas de uno y de otro que a punto estuvieron de hacer variar los signos. En el 74' Badía salvó milagrosamente a su equipo tras un remate de Cotán en el área que culminaba un centro de Gual. La réplica de Haro fue atajada por Caro. No hubo tiempo para más en un choque en el que Sevilla Atlético estrenó su casillero de derrotas en casa.