Julien Escudé va a luchar por evitar tener que operarse, pero nada es seguro. El francés ha acabado muy tocado tras el amistoso que jugó ante Ecuador y que ha servido para descartarlo definitivamente de la lista de su selección para la Eurocopa. Sus molestias en el pubis, las mismas que le han hecho jugar muy poco esta temporada con el Sevilla, le volvieron a jugar una mala pasada. "Es verdad. A mitad de la primera parte no podía ya. En un desplazamiento lateral, alrededor del minuto 35, experimenté un fuerte dolor. A partir de ahí, tanto en los sprints como al trotar, ya casi no podía desplazarme. Era imposible volver a salir. Por otra parte, los exámenes que pasé ayer y hoy (jueves y viernes) revelaron que tengo un buen rasgón en el abductor", comenta el jugador en una entrevista para L'Equipe en la que se confiesa dolido por perderse la Eurocopa, aunque de alguna forma lo llega a aceptar. "Es lógico porque era algo bastante especial. Hay mucha expectación en torno a este torneo y para mí era un poco como un asunto de Estado. Domenech hizo lo mejor para proteger el colectivo y a los jugadores individualmente. Son las regla del juego y era necesario aceptarlo. Esto forma parte del oficio", se resigna.

No obstante, Escudé está satisfecho porque lo intentó hasta el último momento. "Forcé hasta mis últimos límites. Honradamente, contra Ecuador hice 20 buenos en los que sentía que el final del túnel se podía acercar. Pero conforme el tiempo pasaba peor iba. Sabía que si no era capaz de aguantar mis opciones de ser seleccionado volarían. Y es lo que pasó. Me hubiera gustado que fuese de otra forma, pero ésa ha sido la imagen de mi temporada. No puedo olvidar que este dolor lo experimenté por primera vez en el mes de agosto".

Escudé añade que el médico de la selección, que ha estado encima de su lesión todo el año, ha sido su mejor apoyo. "En cuanto llegué al vestuario hablé con él, que conoce bien la lesión. Ya habíamos decidido juntos que este partido sería la prueba final", recuerda el futbolista, quien responde con claridad ante una pregunta directa. ¿Ha sido una temporada negra? "Sinceramente sí, aunque las he tenido peores, en particular, la que me pasé en el banquillo del Ajax sabiendo que era un año de Mundial. Esto es diferente. Entonces no tenía lesiones".

El defensa sevillista, pese a todo, cree que no tendrá que pasar por el quirófano como se había apuntado. "Normalmente, debería evitarlo. Permaneceré de descanso un determinado plazo de tiempo antes de empezar con la rehabilitación del pubis y con el fortalecimiento muscular. Cruzo los dedos esperando que todo vaya bien y que pueda empezar bien para la próxima temporada", terminó recordando que animará a Francia por la televisión.

Paralelamente, el médico del Sevilla, Adolfo Muñoz, confirmaba ayer en la radio del club que Escudé realizará un trabajo alternativo para tratar de evitar el quirófano. El francés estará cuatro semanas de baja antes de comenzar a rehabilitar. "No hay un sustrato que sea quirúrgico y, en principio, no hay necesidad de una intervención. El día que se lesionó ante el Valladolid sufría una elongación en el pectíneo de la pierna izquierda. Ahí prácticamente estaba recuperado de las molestias que tenía en el tendón del abductor mediano derecho. Como prácticamente se perdía lo que quedaba de Liga por esa elongación, lo que se decidió entre el club, el jugador y la selección francesa fue que hiciera una mini estancia en un centro francés de recuperación deportiva. Durante los 20 días que había entre que se lesionó y el partido amistoso contra Ecuador, continuó haciendo el mismo trabajo que hacía en Sevilla, pero en las instalaciones en las que lo tenían más controlados los médicos de la selección", relataba.