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Lo teórico y lo empírico

  • Manzano, aún en proceso de laboratorio, debe dar con un once en el que la calidad no denoste lo físico ni, sobre todo, el equilibrio · El desajuste sin Kanoute y con Luis Fabiano y Negredo juntos, primera lección

La primera derrota de la era Manzano en el Sevilla deja varias lecturas interesantes, amén de lo que haya podido significar de aprendizaje y conocimiento de su plantilla para un entrenador que está en periodo de laboratorio aún. La primera de esas lecturas es precisamente que el técnico jiennense aún no ha dado con un once tipo. Ni tiene por qué hacerlo. El jiennense, gracias a la tan cacareada desde el club profundidad del plantel, puede dotar de muchos matices a su equipo según por quién se decante. Pero la derrota de Gijón también pone sobre el tapete un viejo aserto que puede ser nuevo para Manzano, la poca eficacia de la pareja Negredo-Luis Fabiano, más aún a domicilio.

No fue el factor principal del traspié en El Molinón. A la escasa incompatibilidad de estos dos delanteros centro con muy marcado carácter de tales hay que unir otros factores. Por ejemplo, la necesidad de darle al equipo más presencia física en el centro del campo, más tralla y equilibrio, sin perder el toque y la calidad técnica. 

SÓLO DOS VERSIONES

Hasta ahora, el técnico de Bailén ha ofrecido dos versiones del centro del campo completamente distintas. En Dortmund se decantó por el físico, por los futbolistas de corte táctico y más aguerridos para ir al cuerpo a cuerpo: Zokora y Guarente, aunque con Cigarini por delante para compensar con un jugador en teoría más lírico esa apuesta por dos peones más prosaicos. Y hubo victoria, aunque dejó demasiadas dudas. Por ello, frente al Atlético prefirió elegir la opción del toque y la calidad técnica, devolviendo a Renato a la posición de medio centro por delante de la defensa, y acompañándolo de Romaric como lujoso escudero. Y resultó muy bien, en gran medida gracias a que volvió a emerger la gran figura de Kanoute como ese futbolista que une todas las piezas con su falsa posición de mediapunta. Porque el franco-malí cada vez es más centrocampista que delantero, sin renunciar a su llegada.

 

Sin embargo, Manzano aún no ha dado con una medular que sea la mezcla de esas dos versiones. En Gijón, feudo hostil donde la agresividad del anfitrión traiciona la tradicional hospitalidad asturiana, y viene siendo así en los tres últimos años, el Sevilla salió bajo ese patrón exitoso ante el Atlético del toque, pero no es lo mismo jugar en casa que a domicilio y mucho menos si no está Kanoute y la pareja de delanteros provoca un nítido dibujo de 4-4-2 en el que ni Negredo ni Luis Fabiano escalonan el ataque sevillista. Si encima el rival se encontró con dos goles tempraneros, dos soberbios tantos, al inicio de cada periodo, pues más difícil aún.

 

¿Y CIGARINI?

El Sevilla ya prepara el viaje a Ucrania, donde se prevé frío y lluvia, y lo lógico es que su entrenador les dé cancha a Zokora y Guarente. Sobre todo al primero, que ni siquiera fue suplente en El Molinón. Está por ver que se decida a alinear a uno de los dos junto a Renato o Romaric, en lo que sería una combinación de esos dos perfiles que ha usado hasta ahora para su medular. No está tan claro que Cigarini entre en el once, por mucho que ni siquiera fuera convocado para Gijón. El jugador cedido por el Nápoles necesita mostrarse mucho más de lo que lo ha hecho hasta ahora, pues hasta en los partidillos con los que Manzano ensaya sus experimentos es poco participativo. Si encima se espera en Lviv un césped en mal estado, condicionado por el frío y puede que hasta embarrado, menos aún es esperable la presencia de Cigarini. Además, Kanoute parece tener un sitio fijo, ya que no jugó como titular el domingo y actualmente se erige como el único capacitado para actuar por delante de los medios centro.

 

PAREJA MAL AVENIDA

Lo único que sí está descartado es que repitan el jueves Negredo y Luis Fabiano. Manolo Jiménez fue el primero en darse cuenta de que eran casi incompatibles, sobre todo fuera de casa. La última vez que los puso juntos, y hubo de rectificar a tiempo, fue en la ida de la semifinales de la Copa del Rey, con aquel famoso cambio de Romaric por Negredo en el minuto 36. Y eso que era en el Sánchez-Pizjuán. Antonio Álvarez fue reincidente en el error, en su debut en Villarreal (3-0), e incluso repitió la experiencia con similar resultado negativo, en Valladolid (2-1). Sólo una vez le salió bien su apuesta por los delanteros centro puros de la plantilla. Fue ante el Atlético, en Nervión (3-1). Aunque cabe recordar que los colchoneros llegaron a Sevilla sin jugarse nada en la Liga y refrescando a sus mejores piezas para la final de la Liga Europa. 

En fin, datos hay para que Manzano haya tomado nota, porque si quiere sacarle rendimiento a su Sevilla con ambos en el campo, el equipo debe estar mucho más compensado en el resto de las líneas. En caso contrario, el equilibrio que él mismo se ha encargado de pregonar en voz alta no aparecerá por ningún lado. O será verdad que es un mago. 

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