Mariano Pavone ha comentado desde su llegada, en las conversaciones informales con el que lo ha querido escuchar, que su hermano pequeño era el mejor de la saga de los Pavone, formada por tres futbolistas, y el Betis se planteó su fichaje en el pasado mercado de invierno.

La saga de los Pavone comenzó con el hermano mayor, Gonzalo, que ahora milita en el Puertollano y que esta temporada se ha enfrentado en dos ocasiones al filial verdiblanco. Precisamente, el debut de Mariano, el segundo de la saga, se produjo en sustitución de su hermano mayor, al que no le sentó precisamente bien el cambio, lo que incluso le costó una reprimenda de su madre. Ahora la línea continúa con Tomás, también delantero, pero que posee otras virtudes diferentes a las de sus hermanos. Si aquellos brillan más por la potencia y fortaleza, al menor de los Pavone le gusta más la habilidad con el balón, o al menos eso cuentan en Argentina.

Su historia es la siguiente. Tomás Pavone, que ahora tiene 18 años, militaba en las categorías inferiores de Estudiantes de La Plata, el equipo de donde también salieron sus hermanos, pero no tenía continuidad en los últimos tiempos. El jugador, que no quería ver frenada su progresión, solicitó la carta de libertad, lo que le invitó a buscar equipo. Ahí es donde entró en juego el Betis, que se planteó firmar al delantero, pero la imposibilidad de contar con su ficha antes de que finalizara el mercado en enero imposibilitó su llegada.

Tomás Pavone ha pasado el mes de febrero entrenándose con Pepo Soto y Alejandro Presa, encargados de trabajar con un grupo de jugadores libres que solicitan sus servicios para no perder el ritmo y que disputan amistosos ante equipos de primer nivel. Precisamente, Soto le consiguió hace dos semanas una prueba a Tomás con River Plate, que ha decidido quedarse con el delantero. Ayer, se estaba cerrando la negociación, donde quedaban algunos flecos, y para hoy se espera el sí definitivo, algo que, de momento, frena el futuro de la saga Pavone en la entidad verdiblanca.