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Con tintes de final

  • Los de Tabak, con Mahalbasic y Chery en la expedición, se la juegan ante un rival directo necesitados de triunfos y un golpe de moral extra

Mahalbasic dialoga con Lockett durante un entrenamiento en San Pablo.

Mahalbasic dialoga con Lockett durante un entrenamiento en San Pablo. / víctor rodríguez

Entre el fichaje del pívot, la búsqueda del base, pitos y flautas, la tropa de Zan Tabak se plantará en Badalona para jugar uno de esos partidos que pueden marcar la temporada. Un duelo ante un rival directo de esos que te hunden en el fango o te inyectan moral en vena con efecto hasta varias semanas después. Y es que en la jornada 12 el Betis Energía Plus afronta ya una final ante un Joventut que tampoco anda sobrado.

El cuadro verdiblanco ha demostrado que es capaz de competir. Sobre todo ante conjuntos de su nivel, de su liga, así que el choque servirá para ver si el equipo se le ha caído completamente a Tabak, como pareció ante el Baskonia la pasada jornada, o le quedan argumentos, ganas y orgullo para dar guerra y salir de una situación que, partido tras partido, se va complicando. Bien es cierto que al cuadro hispalense le ha pasado de todo en este primer tercio de competición: lesiones graves y recaídas, la huida de su pívot referencia, un calendario caprichoso... Se acabaron las excusas, porque ante la Penya estarán todos los que son. Faltará el director de juego que se busca en el mercado, pero jugará, y con galones, Mahalbasic, y si Chery ha viajado será para sumar, no para hacer turismo.

Todo es poco para afrontar un encuentro en el que el cuadro hispalense se la juega. No es sólo ganar a un Joventut también irregular, aunque en el Olímpico han caído Unicaja y Valencia en sus dos últimas comparecencias en casa (empezó la temporada con un 0-5), sino demostrar que este Betis está en la ACB para algo más que encajar dolorosas y abultadas derrotas. El espíritu combativo que el técnico quiere en los suyos apenas se vio reflejado en un par de remontadas ante el Zaragoza y el Obradoiro, pero no es una seña de identidad reconocible como tampoco lo es una defensa que es de las peores de la competición.

Quizá Mahalbasic dé esa consistencia que necesita en la retaguardia el conjunto hispalense, que tendrá de nuevo un referente anotador en la pintura del que careció los dos últimos compromisos. Será importante su aportación, aunque los puntos de los verdinegros llegan, sobre todo, desde el perímetro. No en vano, es el equipo que más triples lanza (295), con estiletes como lo son un ex cajista como Bogdanovic, Abalde o el incombustible Sergi Vidal, si bien el motor del Joventut de Diego Ocampo es un Sabat que ha dado un paso adelante esta temporada. Radicevic tendrá que redoblar esfuerzos, pues debe ser su sombra en atrás y capaz de ponerlo en apuros en ataque. El serbio, que ha demostrado estar plenamente recuperado de su lesión, va a más semana tras semana y en las dos últimas citas ya fue el máximo anotador bético junto a un Stojanovski que debe ser más líder de lo que lo ha sido hasta ahora. También es necesario que vuelva a aparecer el mejor Nachbar. Sin un pívot titular las defensas se cerraban menos en la pintura para estar más atentas al juego exterior bético, algo que con Mahalbasic debe cambiar.

La teoría está clara: defender, ya que el peor ataque de la Liga no puede afrontar un duelo a más de 80 puntos; cerrar el rebote para no dar infinidad de opciones al contrario (tónica habitual) y mover el balón con más cabeza en ataque para hallar buenas posiciones de tiro. Otra cosa es ejecutarlo sobre el parqué, porque a la mínima que las cosas se tuercen el conjunto parece un flan. No es un equipo este Betis aún. Demasiada anarquía. No se ve un bloque unido desde hace varias jornadas y es lo primero que Tabak debe cambiar. Empezando por sí mismo. Porque no puede ser que Marc García sea el único que se vaya al banquillo por no defender, que Milosevic siga en proceso de adaptación y que Triguero apenas coja los rebotes que le caen en las manos. Incluso Lockett, todo garra y ambición en los primeros partidos, va empequeñeciéndose haciendo lo justo para no señalarse. Hace falta que este Betis se convierta en un equipo y que, más allá de cinco o seis jugadores, como le pasa también al Joventut, del primero al último aporten. Unos con puntos, otros con defensa, otros saliendo 10 minutos a morder, otros dando un pequeño respiro de calidad a un compañero... Cada uno con su rol, pero todos, en definitiva, unidos por una causa: ganar. Porque en Badalona ya se juega una final.

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