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La tiranía de las superestrellas

  • La impotencia mostrada por Zidane tras la lesión muscular de Cristiano Ronaldo evidencia el poder de los grandes futbolistas El deseo de jugarlo todo evita que sean sustituidos

Da igual que un partido esté decidido, que aparezca la fatiga o exista el riesgo de lesión. La realidad es que las superestrellas del fútbol imponen una férrea "tiranía": jugarlo todo.

El seleccionador español, Vicente del Bosque, fue muy claro ayer al asegurar con cierta amargura: "Los entrenadores somos casi esclavos de la tiranía de los jugadores, les molesta que los cambien".

Y el técnico del Real Madrid, Zinedine Zidane, fue el miércoles tan ingenuo como transparente al confesar: "A veces me arrepiento de no haber quitado a Cristiano antes para que no pase esto (una lesión). Lo necesita de vez en cuando".

La cuestión es: ¿Qué le impide sustituirlo cuando se supone que el francés es el jefe del equipo desde su cargo de entrenador?

El Real Madrid ganaba 3-0 al Villarreal y en el tiempo de prolongación la hinchada blanca transformó la alegría en pánico al ver cómo Cristiano Ronaldo se retiraba del campo mientras se tocaba la parte posterior del muslo derecho.

Hasta ahora, el portugués era el único futbolista de campo en jugar todos los minutos de la presente edición de la Liga. Incluso, la prensa especuló en los últimos días con un eventual deseo del delantero portugués: jugar todos los minutos. Algo que ya no podrá ocurrir tras exponerse a una lesión.

Cristiano Ronaldo está pendiente de pruebas para confirmar si hay una lesión o si todo quedó en molestias. Una incógnita que tiene a sus hinchas en tensión, pues el portugués está protagonizando un gran final de temporada con el Real Madrid en semifinales de la Liga de Campeones y con el inesperado reto de pelear también por la Liga al estar a un solo punto del Barcelona en estos momentos.

"Todo bien, gracias por el apoyo", afirmó ayer el delantero blanco en Instagram para tranquilizar a sus seguidores, consciente de la incertidumbre.

La dictadura de los cracks se extiende al Barcelona y su lujosa delantera. Durante la presente edición de la Liga, otro ejemplo es Lionel Messi, quien sólo fue sustituido dos veces: una por lesión y otra por estar recién salido de una dolencia muscular.

Mientras, Neymar fue cambiado una única vez, y a cinco minutos del final, y Luis Suárez nunca fue sustituido. Lo ocurrido el miércoles fue significativo. El Barcelona ganó 0-8 en el campo del Deportivo y sus tres delanteros estelares jugaron hasta el final.

Su técnico, Luis Enrique, prefirió cambiar a jugadores más discretos, como son Iniesta, Busquets y Jordi Alba. Ninguno de estos tres futbolistas pone mala cara al ser sustituido.

Hace meses que la prensa asegura que Luis Enrique llegó a una especie de "pacto" con sus estrellas: no los toca y el vestuario permanece tranquilo.

¿Por qué las superestrellas quieren jugarlo todo, aun exponiéndose a sufrir lesiones? Unos dicen que es por ego. Otros aseguran que jugando todos los minutos tienen más posibilidades de conseguir objetivos -por minutos, goles y demás- que proporcionan más dinero según cláusulas de los contratos. Y también existe la versión de que las marcas comerciales pagan mucho dinero a los futbolistas y los minutos de publicidad son oro.

La otra cuestión es saber por qué los entrenadores ceden y renuncian a ejercer una de sus autoridades: su facultad para realizar sustituciones.

"Se está dando cierta tiranía con futbolistas grandes, que son muy buenos, y en vez de jugar menos para llegar mejor al final de la temporada, sus entrenadores los dejan porque se enfadan. Hasta el público asume que, si quitan al jugador, despiden al entrenador", resumió Del Bosque.

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