Hay ocasiones en el deporte en el que la edad no es un obstáculo para rendir al máximo nivel. Hay casos como el de Chichi Creus, que compitió en el máximo nivel del baloncesto nacional hasta los 44 años, o Lev Ivanovich Yashin, portero ruso, que jugó hasta los 42.

Con 39 años, Daniel sigue conservando la misma pasión por el deporte que cuando comenzó a practicarlo. Se nota en sus palabras que para él el deporte es algo más que una afición, una manera de eludir los vicios de la sociedad y la mejor forma de mantener una vida sana y saludable.

Su arrancada en el mundo del deporte se produjo en el colegio, donde comenzó a vincularse con distintas modalidades. Los primeros pasos en el fútbol y el baloncesto los compaginaba con su labor en una empresa de artesanía. Poco después, y ya dentro del programa Escuela Deportiva desarrollada por el Instituto Municipal de Deportes en los distritos sevillanos, se acercó al tenis y, esporádicamente, a la petanca. En ellas, su discapacidad (53 por ciento en las piernas), nunca ha significado un lastre. Todo lo contrario, le ha servido como acicate.

Juega al fútbol sala en el equipo de Special Olympic, donde participa en la liga de distritos sevillanos y compite a nivel nacional en diversos campeonatos. Ha sido internacional con la selección absoluta adaptada, en la que ha obtenido grandes éxitos. En el Campeonato de Europa, celebrado en Amsterdam (Holanda), se proclamó subcampeón.

No obstante, su habilidad no se ciñe a sus piernas. Durante cinco años ha sido integrante de la selección española de baloncesto, siendo por mucho tiempo la única representación sevillana en el combinado. Su mayor logro fue la consecución de la medalla de oro en el Campeonato de España celebrado en el pabellón San Pablo de Sevilla con su club, el Anima Vitae. Con este equipo, además, compite en un campeonato provincial del que son cuartos clasificados.

A estos triunfos hay que sumar los trofeos y reconocimientos obtenidos en el mundo de la raqueta. Fue segundo en individuales y tercero en dobles en el Campeonato de Europa celebrado en Italia hace 2 años. Y repitió resultado el pasado mes de octubre en los Juegos Mundiales de Verano de Olimpiadas Especiales celebrados en Shangai (China).

En el terreno individual, Daniel ha sido nombrado por dos veces -2001 y 2006- mejor jugador nacional en las disciplinas de baloncesto y fútbol sala. "Los trofeos los recibí en el Teatro Lope de Vega, el primero, y en el Palenque, el segundo. Han sido los premios más emotivos que he recibido en mi vida. Es el reconocimiento de la gente al trabajo realizado", comenta emocionado.

El currículum deportivo de Daniel no se queda aquí. Además posee nombramientos y galardones a nivel local, que no por ser tan relevantes, deja de valorar.

Las intenciones a corto plazo que se plantea este triatleta no son otras que la de poder estar presentes en los próximos Juegos Olímpicos de Pekín en el mes de agosto. "Estoy trabajando duro para poder viajar hasta China, los Juegos tienen que ser lo máximo para un deportista".

Los apoyos que David recibe son nulos. La federación no sufraga los gastos en las competiciones y sus equipos van saliendo del paso como mejor pueden. A pesar de los condicionantes, y con el apoyo de sus amigos y familiares, David mira con optimismo al futuro.