BALONCESTO l Cajasol

"He venido para ser el líder"

  • A punto de llegar a los 38 años, el base norteamericano recalca que el respeto no se gana sólo con el nombre, "sino con el trabajo en cada entrenamiento"

Si no el mejor, ha sido uno de los mejores bases que ha jugado en España en la última década. El domingo, en el Martín Carpena de Málaga, Elmer Bennett seguramente alcance los 10.000 minutos -le quedan cuatro- y los 4.000 puntos en la ACB -sólo necesita nueve para lograrlo-. Ha sido cinco veces el líder de asistencias de la Liga. Está a punto de cumplir 38 años; sólo los partidos dictaminarán si ese dato es sinónimo de decadencia en uno de los jugadores más respetados y que, tras militar en tres de los grandes del baloncesto español -Tau, Real Madrid y DKV Joventut-, ha llegado a Sevilla con el desafío de contribuir a reconducir la delicada situación de un Cajasol que, además, precisa que él se convierta en el líder de un equipo carente de un verdadero referente.

-¿Por qué decidió volver a jugar tras estar parado medio año?

-En verano hubo varios equipos que se interesaron por mí -el que más insistió fue el Iurbentia Bilbao Básket-, aunque por entonces no estaba en condiciones físicas de afrontar con garantías, rindiendo a un nivel óptimo, otra temporada desde el inicio. Llevaba nueve campañas seguidas casi sin parar, jugando incluso play off y Euroliga, y creo que acerté al pasar este tiempo en Estados Unidos descansando, pues no estaba al cien por ciento.

-Mucho debe gustarle el baloncesto cuando, teniendo en cuenta cuál es su currículum, ha aceptado la llamada de un club en apuros.

-Llegué a plantearme si quería seguir jugando o no, y la verdad es que el cuerpo me pedía volver a competir. En el último mes trabajé muy duro por mi cuenta para demostrarme que, efectivamente, aún estoy en condiciones de jugar. Me encanta el baloncesto; si no, me habría quedado en mi casa.

-Su trayectoria ha sido tan exitosa que nunca antes había militado en un equipo que peleaba por no descender.

-Es algo muy distinto a lo que viví anteriormente, y también aprenderé de esta situación. No es igual jugar en un equipo con altas aspiraciones que hacerlo en otro sumido en una dinámica perdedora, pero es lo que hay. Uno de los motivos por los que me han fichado es para ayudar y orientar a los más jóvenes, sobre todo a Miles, que es un base muy talentoso pero que aún necesita dominar el tempo del baloncesto que se hace en Europa.

-Todo equipo necesita un líder, alguien que imponga su voz en el vestuario. Por desgracia, parece que este Caja no lo ha encontrado hasta su llegada.

-Con la experiencia que acumulo en la ACB, creo que puedo ser el líder que precisa ahora el grupo, rol que no es nuevo para mí. Los bases, por la responsabilidad que tienen en la pista, casi están llamados a liderar también el vestuario.

-Desde luego, su sola presencia va a imponer mucho respeto, tanto a sus compañeros como a los rivales.

-El respeto, sin trabajo, se queda en nada. Hay que demostrarlo en cada partido, en cada entrenamiento. Hay que ser honestos, pues el jugador es el único que puede controlar su actitud en el trabajo. Y con actitud se puede cambiar todo.

-El domingo, la afición del Caja le dio un cálido recibimiento. Espera que sea determinante, y eso que no guardan un gran recuerdo de usted desde que fuera clave en la final de la Copa del 99...

-Hace ya mucho tiempo de aquello. Recuerdo que fue una final muy disputada entre el Tau y el Caja. Sólo tengo buenos recuerdos de aquella Copa, porque fue mi primer título con el Tau y porque yo fui nombrado MVP del campeonato. Turner estuvo fuera de la pista un par de minutos, que terminaron siendo un desastre para el Caja. Sabíamos que Schutte era un tirador y lo aprovechamos para apretar muchísimo en defensa. Le robé varios balonces que casi hundieron al Caja y cambiaron el partido.

-¿Qué tiene que pasar para que el Cajasol tenga otra pinta?

-Trabajar más es el único camino que hay para superar los malos momentos. Creo que tenemos una buena plantilla y, sobre todo, aún estamos a tiempo para mejorar muchas cosas. Sé que han sufrido muchos contratiempos: un equipo nuevo que tardó en acoplarse; la lesión de Miso, que es un hombre muy importante en el juego exterior; muchas derrotas en los últimos minutos... No hay que pensar más en el pasado, porque es inamovible, sino que hay que intentar dar el máximo en cada entrenamiento, que es cuando podemos corregir nuestros errores.

-¿Se puede ser más optimista tras el partido ante el Madrid?

-Por supuesto. Todos estuvimos muy concentrados y le echamos muchas ganas. Es imposible que un equipo responda cuando sólo algunos jugadores están bien. Si fallan dos, ya es un lastre muy importante. Esta actitud no debe mostrarse sólo contra el Real Madrid; debe ser una constante, cualquiera que sea el rival.

-¿Es posible ganar en Málaga?

-Todo es posible. Empezamos 0-0. ¿Por qué no? Tenemos las mismas opciones que ellos. Ellos luchan por entrar en la Copa y nosotros por superar nuestros problemas. Los dos equipos estarán peleando por su vida.

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