Pasan las horas en el Betis y la única realidad es que Gustavo Poyet continúa dirigiendo los entrenamientos de la primera plantilla, por más que nadie apueste a su favor como inquilino del banquillo bético ante la Unión Deportiva Las Palmas. El regreso del director deportivo, Miguel Torrecilla, de viaje desde la mañana del lunes, reactivará la toma de decisiones en una entidad verdiblanca que no quiere errar en este nuevo paso de la planificación.

Tanto Torrecilla como los dirigentes que tienen la responsabilidad en este asunto, Ángel Haro y José Miguel López Catalán, manejan una amplia lista de posibles candidatos. Desde ofrecimientos variopintos a algunos sondeos realizados a técnicos de gran caché, ahora mismo inalcanzables para este Betis. Además, se espera que Torrecilla presente una terna propia donde sí se especifiquen ya las condiciones de ese sustituto de Poyet y con algún nombre que pueda sorprender como en su día realizó con la elección del uruguayo.

Nombres como el de Víctor Sánchez del Amo, Luis García -quien el lunes pensaba que iba a ser el elegido para Osasuna-, Sergio González e incluso Bernd Schuster aparecen entre esos que estarían dispuestos a recalar en Heliópolis en cuanto recibieran una llamada y cuyos agentes han golpeado la puerta de la entidad. Ninguno de ellos genera por ahora el consenso necesario, de ahí que desde el club se sondease a Javi Gracia -imposible por su alto caché en el Rubin Kazan- e incluso se apuntase a Manuel Pellegrini, según informó Radio Sevilla, por más que el chileno también se encuentra dirigiendo al Hebei Fortune de China, donde tiene una ficha que, según gente cercana, sólo estaría al alcance de Real Madrid o Barcelona en el campeonato español.

Desde el entorno más cercano a los dirigentes también se insiste en la opción de Juan Merino, quien ya sustituyera a Pepe Mel en la pasada temporada, e incluso se vuelve a apuntar a Lorenzo Serra Ferrer, en solitario o como acompañante del linense, aunque, por ahora, estas alternativas tampoco son contempladas ni por Torrecilla ni por el consejo.

Mientras todo eso sucede en las entrañas de Heliópolis, Gustavo Poyet mantiene inalterable su plan de trabajo. El técnico trabajó este martes rutinariamente con la plantilla y lo volverá a realizar en la mañana de hoy, sin que nadie del club se haya dirigido a él o a sus representantes para comunicar algo diferente. Incluso se apunta a que su destitución no sería excesivamente gravosa para la entidad, por más que el uruguayo firmase en su día un contrato de un año con opción a otro y que ahora habría que sentarse a negociar, lo que también supondría una merma en la cantidad disponible para fichar a su sustituto. Cuando Haro y Torrecilla realizaron un balance del mercado estival se apuntó a unos 800.000 euros como dinero en la recámara para los refuerzos invernales, una cantidad que ahora podría haber sufrido algún incremento pero que estaría rondando esa cifra.