Autónomo: dícese del pupas, el patito feo, el tentetieso del mercado laboral. La definición la predica Lorenzo Amor (Córdoba, 1965), presidente de la ATA, tantas veces como haga falta y alguna más. Se aferra a ella por si acaso a algún político con mando en plaza le da finalmente por escuchar.

-Usted y yo nos vimos hace un año y ya era muy pesimista.

-Pues podríamos decir que, doce meses después, los autónomos estamos peor que ayer pero, seguro, mejor que mañana.

-¿Qué les pasa?

-Tenemos dos grandes problemas: el acceso al crédito es uno. Según el Banco de España, en 2009 el crédito para pymes y autónomos se redujo un 26%. Casi la mitad de los autónomos solicitaron un crédito, pero sólo a un 20% se lo concedieron sin problemas. El otro lastre es la morosidad. ¿Cuántos empleos se habrían salvado en España si los 13.000 millones de los dos planes E se hubieran destinado a pagar las deudas contraídas con nosotros?

-Las estadísticas de impagos dicen que hasta la Administración se porta regular.

-Casi el 40% de los autónomos se ven afectados en estos momentos por la morosidad pública. Los ayuntamientos y comunidades triplican el periodo de pago de sus facturas con respecto a la media europea. En Francia, uno cobra en 47 días: las administraciones deben pagar sus facturas en un plazo máximo de 30 días y las empresas de 60. En España, la media es de 117. La morosidad pública es uno de nuestros principales obstáculos: uno de cada cuatro autónomos que cerraron su negocios en 2009 lo hicieron por los retrasos en los pagos de entes públicos. Las administraciones, los ayuntamientos, nos deben dinero. Al final resulta que el autónomo actúa como prestamista de quien debería ayudarle.

-¿Se ha puesto las pilas el Gobierno? ¿Les ayudan más ahora? ¿Han resuelto sus reivindicaciones (rebaja en las cotizaciones sociales, menos impuestos, IVA satisfecho al cobrar y no al emitir la factura)?

-No se ha planteado una rebaja en las cotizaciones sociales, aunque sí algunos retoques impositivos: una bajada en los módulos del IRPF del 5%, otra en el impuesto de sociedades y, efectivamente, pagar el IVA al cobrar, que era una vieja reivindicación. Esta medida llega casi con un año de retraso. Parece que esta vez los grupos se han puesto de acuerdo. Sólo esperamos que la reforma no se quede en el tintero.

-Hábleme del ICO, ese presunto salvavidas.

-Debería funcionar mucho mejor. Casi la mitad del dinero con que contaba en 2009 la línea ICO Liquidez no se ha agotado, pese a que el Gobierno dijo que los fondos se acabarían en junio. Sólo 60.000 autónomos, apenas un 2%, se han beneficiado de esta línea, con la falta de liquidez que hay en el colectivo. Las líneas ICO hay que reestructurarlas, mejorar el nivel de garantía que ofrece el Estado para quitarle el miedo a prestar a las entidades financieras; buscar canales de distribución diferentes, como las sociedades de garantía recíproca o institutos de finanzas autonómicos o, incluso, que el propio ICO las preste directamente. En cuanto al crédito, el problema es que la banca no se fía de los particulares, las empresas, los autónomos y la economía del país. Prefiere aprovisionar. Lo de que el grifo no se ha cerrado es absolutamente falso.

-¿Por qué no tienen un asiento en la mesa del diálogo social?

-Cuando se rompieron las negociaciones en junio, el propio [Celestino] Corbacho le recordó a la CEOE que no representaba al 80% del tejido empresarial, que tiene dos o menos trabajadores. No entendemos cómo los autónomos no están en el diálogo social. Desde la entrada en vigor del Estatuto del Trabajo Autónomo (2007), quienes tienen la capacidad jurídica para representar, ejercer la tutela y la interlocución de este colectivo son las organizaciones de autónomos.

-Dos palabras: reforma laboral.

-Llega tarde. No va a generar, a medio y corto plazo, empleo porque el 92% de los autónomos no prevén contratar en 2010, pero sí es una reforma que debe sembrar los mimbres de un futuro laboral mejor para los jóvenes y para las contrataciones.

-Otra más: pensiones.

-El 90% de los autónomos se jubilan a los 65 y tres de cada cuatro cotizantes que alargan su vida laboral hasta los 70 son autónomos. Estamos de acuerdo en que la edad se retrase dos años siempre que sea con carácter voluntario y con incentivos más justos que los actuales, donde la prejubilación te rebaja la pensión hasta un 30% pero alargarla apenas te supone percibir un 10% más. También estamos por ampliar la base de cálculo de 15 a 20 años, pero con una fórmula correctora que impida injusticias: tres cuartas partes de la pensión dependerían de la máxima cotización y la cuarta parte restante de la mínima, de forma que la pensión final sería la media resultante entre ambas cifras.