El consejo de administración de Popular nombró ayer a Emilio Saracho nuevo presidente de la entidad en una reunión celebrada tras la junta general extraordinaria de accionistas. Ésta aprobó con el 98% de los votos la designación de Saracho como consejero ejecutivo de la entidad, tras lo cual el órgano de administración se reunió para designarlo presidente.

Tras asumir el cargo, Saracho manifestó su "satisfacción" por formar parte del Popular, "una entidad muy relevante para la economía española", y se reconoció "muy consciente" de la "alta responsabilidad" que asume.

Algunos accionistas exigen responsabilidades al presidente saliente, Ángel Ron, y a su equipo

El consejo de administración también designó a dos nuevos consejeros independientes: Carlos González Fernández y Antonio González-Adalid García-Zozaya (ex presidente de Deloitte y presidente de Cartera Industrial Rea, respectivamente), que cubrirán las vacantes producidas por la salida de Ana María Molins López-Rodó y Jorge Oroviogoicoechea Ortega.

La elección de Saracho se produjo tras una junta de accionistas muy tensa y con duros reproches contra el consejo de administración. Varios accionistas exigieron al equipo directivo saliente, encabezado por Ángel Ron, que respondiese con su patrimonio por su "nefasta gestión".

En el turno de preguntas de los inversores, en el que intervinieron casi una treintena, muchos se quejaron por la práctica desaparición de sus ahorros tras las numerosas ampliaciones de capital hechas en los últimos años, así como por la entrada "a destiempo" del banco en el negocio inmobiliario, la compra de Banco Pastor y la "desastrosa" gestión de Ron, que no estuvo presente en la cita.

"Estos señores no pueden irse de rositas después de haber dejado el banco hecho una mierda", dijo un asistente, por lo que propuso a todos los accionistas unirse para interponer una demanda de responsabilidad contra Ron y su cúpula.

También pidieron a Saracho que exija la dimisión de todo el consejo, por llevar al banco a la ruina y calificaron de "indecente" la actuación de Ron. "Tenía que estar usted aquí para oír lo que estamos diciendo", dijo un indignado, mientras otros le reprocharon que dijera recientemente que se marchaba "con la satisfacción del deber cumplido", por lo que se preguntaron en tono irónico si ese deber era "llevar el banco a la bancarrota".

Pero si la gestión de Ron levantó ampollas, tampoco se quedó atrás la indemnización que él y algunos de su equipo van a cobrar a su salida de la entidad, así como sus salarios y las aportaciones a sus respectivos planes de pensiones. Uno de los accionistas pidió que todas estas cantidades se les entreguen sólo cuando la acción recupere el valor que tenía cuando Ron se hizo cargo del banco.

Según comunicó la entidad a la CNMV, Ron cobró otros 1,47 millones en 2016 y atesora más de 8,57 millones en su plan de pensiones, mientras el ex consejero delegado Francisco Gómez ganó 1,845 millones, en los que se incluye una indemnización de 1,145 millones, y recibió en su plan de pensiones 14,623 millones. Y todo el mismo año en el que el Popular se anotó las pérdidas más abultadas de su historia, de unos 3.500 millones.

Los intervinientes quisieron dar un voto de confianza a Saracho y le pidieron que no haga más ampliaciones de capital y que se plantee la posibilidad de exigir responsabilidades a los anteriores dirigentes del banco.

El vicepresidente de la entidad, Roberto Higuera, que condujo la junta en ausencia de Ron, agradeció a todos sus intervenciones, pero les afeó las descalificaciones personales en las que muchos incurrieron. Éste avanzó, además, que la entidad está dispuesta a tomar "las medidas necesarias" para recuperar el valor del banco en beneficio de los accionistas. "Debemos agradecer a Ron su gesto de generosidad, dedicación y entrega al banco en un entorno muy difícil en estos años, en los que ha trabajado incansablemente y con gran sobriedad", destacó.