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Brenes

Crean una empresa de venta de naranja ecológica por internet

  • La finca de Antonio Rodríguez Ocaña se funde con el diseño de Enrique Acosta.

Venta de naranjas ecológicas por internet. Hace 20 años, sonaría a una novela de Orwell, a una película de Kubrick. La naranja mecánica, segunda parte, por ejemplo. Desde ayer, cuando se abrió el portal de la tienda virtual o el huerto online de Naranjísima, ya es una realidad. A momentos críticos, respuestas cítricas, han debido pensar los dos socios que han puesto en marcha la empresa, Antonio Rodríguez Ocaña y Enrique Acosta, que ayer la presentaron en el Cortijo Torrepavas en presencia de los alcalde de Brenes, Manuel Moreno Noa, y de La Rinconada, Javier Fernández.

Del árbol al ordenador. La alianza entre los Rodríguez Ocaña -Antonio y su hermana Presentación - y Acosta es una cadena de curiosos binomios. Se funden el pueblo y la ciudad. Antonio nació en Brenes en 1961, hijo de Manolito el Pastor, que da nombre a la finca donde se cultivan las naranjas, nieto de Fernando el Largo, pionero del cultivo de esta fruta con los riegos del Valle Inferior de 1931. Enrique nació en Madrid en 1970, cuna circunstancial de este hijo de andaluces: su madre, de Nerva, la galerista Isabel Ignacio; su padre, sevillano, diseñador y profesor de Bellas Artes, presentes ambos en la puesta de largo de Naranjísima.

El hijo del agricultor se asoció con el hijo de la galerista. De los dominios del Paulino Plata consejero de Agricultura cuando Rodríguez Ocaña ingresó en 1995 como funcionario autonómico al Paulino Plata consejero de Cultura. El socio de Brenes es doctor ingeniero agrónomo por la Universidad de Córdoba. El socio, nacido fortuitamente en Madrid -"tenía un año cuando nos vinimos a Sevilla con idea de marcharnos a Inglaterra", cuenta su madre, con galería de arte en la calle Velarde- volvió a su ciudad natal para estudiar Sociología y Ciencias Políticas, especialidad que desarrolló posteriormente en México trabajando con los indígenas de la sierra Huichola y en Los Ángeles.

El ingeniero agrónomo y el sociólogo se conocieron en 2005, cuando el primero trabajaba en temas de promoción agroalimentaria en la Consejería. El segundo, tan cosmopolita, visitó sobre el terreno la finca de Manolito el Pastor. Empezaron a darle vueltas a la idea. Acosta lo resume gráficamente: "Había que convertir la finca en una empresa y la empresa en una marca que sedujera al consumidor".

Era la pieza que le faltaba al nieto de Fernando el Largo, que veía en las ramas de internet la prolongación lógica de su árbol genealógico. "Soy el primero de los cuatro agricultores ecológicos que hay en Brenes. Los cuatro nos dedicamos a la naranja en la vega del Guadalquivir. Pertenecemos a una cooperativa de Almería, en el Bajo Andarax, porque en la que había en Mairena del Alcor no querían más naranja temprana".

Mientras cuentan los detalles de esta aventura, inicialmente con ámbito peninsular, los anfitriones de Torrepavas, María del Carmen Vázquez Colchero y Ramón López de Tejada, agasajan a los invitados con una dieta apropiada: mojama con naranja, langostino con clementina, cazón macerado en zumo de naranja.

Francisco Casero, presidente del Comité Andaluz de Agricultura Ecológica, dio la bienvenida a Naranjísima. "No hace mucho veíamos a la agricultura ecológica como un capricho romántico", dice el antiguo líder jornalero que ya no ocupa fincas sino portales de internet. Le mandó un mensaje al gabinete del que forma parte Paulino Plata. "Hace catorce años que el Gobierno autonómico no entrega la medalla de Andalucía a un hombre o mujer del campo".

El alcalde de Brenes, Manuel Moreno Noa, aplaude la intuición comercial de su paisano, uno de los 12.200 habitantes del municipio. El regidor de La Rinconada, Javier Fernández, en cuyo término se presentó la empresa, valora la mezcla de conceptos, tradición e innovación, árboles y ordenadores, en un término municipal donde "producimos naranjas y se fabrican aviones".

Las naranjas de Naranjísima volarán por internet. "Salvo las tiendas especializadas, no se pueden comprar en ningún sitio", dice Antonio Rodríguez Ocaña. Asiente José María Eslava, propietario de un supermercado en el Polígono Pisa, Mairena del Aljarafe, que sólo vende productos ecológicos. "Ya estoy vendiendo estas naranjas y clementinas". Son clemenules, así llamadas porque fue un agricultor del pueblo castellonense de Nules el que consiguió producir este tipo de clementina "sin pepitas y con gran sabor", apunta el socio brenero de Naranjísima.

"Habíamos pensado en Piensa en Naranja, pero ya estaba registrado", dice Acosta en la línea del Piensa en Verde de Heineken. Traen un producto "desbordante de vitaminas, sin cámaras frigoríficas ni meses de transporte".

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