Economía

España-Japón: una mutua atracción cultural sin traducción económica

  • El tratado de libre comercio es una oportunidad para intensificar una relación relativamente escasa

Gaspar Llanes, secretario general de Economía de la Junta y presidente de Extenda; Francisco Herrero, presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla; Marisa Poncela, secretaria de Estado de Comercio; Masashi Mizukami, embajador de Japón; Jorge Lasheras, presidente del círculo España-Japón, y Álvaro Porte, director territorial de Cesce.

Gaspar Llanes, secretario general de Economía de la Junta y presidente de Extenda; Francisco Herrero, presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla; Marisa Poncela, secretaria de Estado de Comercio; Masashi Mizukami, embajador de Japón; Jorge Lasheras, presidente del círculo España-Japón, y Álvaro Porte, director territorial de Cesce. / vicent west / reuters

Suele ser un lugar común la idea de la fascinación mutua entre Japón y España. En el Extremo Oriente se sienten atraídos por el flamenco, los toros o los pueblos blancos, y aquí fenómenos como el manga arraigan más que en otros países. Sin embargo, esa atracción mutua no tiene una traducción económica clara.

Así quedó patente en la jornada sobre Japón que se celebró ayer en la Cámara de Comercio de Sevilla y que contó con la presencia del propio embajador del país nipón en Madrid, Masashi Mizukami, y de la secretaria de Estado de Comercio, Marisa Poncela. Mizukami señaló que los japoneses sienten "gran simpatía por Andalucía, quizás de manera inconsciente, pero no hay una relación económica al mismo nivel". Y Poncela corroboró esta idea con datos. Para España, Japón es el cliente número 18 del mundo en lo que se refiere a exportaciones y, al revés, las importaciones nacionales desde el país del sol naciente se sitúan en el puesto número 29. Números discretos -pese a las 8.700 empresas exportadoras españolas- si se tiene en cuenta que hablamos de la quinta economía europea y la tercera mundial. "Las inversiones mutuas no son muy relevantes y el flujo del año pasado fue relativamente bajo", señaló la secretaria de Estado de Comercio.

Pero en toda carencia hay una oportunidad y esta va a venir de la inminente puesta en marcha del acuerdo de libre comercio con la UE, que se firmó en diciembre del año pasado y se pondrá en marcha en los próximos meses. Esto beneficiará mucho a Andalucía, ya que el 85% de los productos agroalimentarios "estarán libres de declaraciones arancelarias". El arancel desaparece para productos clave como el vino, la carne porcina y ovina y el aceite de oliva. Además, se relajan los duros filtros sanitarios en Japón y se da protección a las Indicaciones Geográficas Protegidas: 204 en Europa y 42 en España. También el calzado español, del que "Japón es muy fan" se beneficiará, y habrá consecuencias en la industria de la automoción y de componentes, con una previsión de una mayor competencia.

También será muy bueno que no se establezcan "barreras discriminatorias" en la exportación de servicios, donde España está creciendo en cuota mundial con servicios como consultoría, ingeniería, finanzas, etc. Y se abre la oportunidad para las empresas españolas de optar a contratos públicos de entidades regionales y locales. Así como de colaborar con empresas niponas en la obtención de licitaciones en terceros países. Esta es una de las razones por la que se celebrará una cumbre España-Japón durante la primavera, que servirá también como un acto más de los 150 años de relaciones comerciales entre los dos países. El nuevo tratado ofrece la oportunidad de darles un fuerte impulso.

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