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Economía

España recibe el primer aviso

  • Los expertos coinciden en que el batacazo bursátil de la pasada semana es un toque de atención para que el Gobierno acometa profundas reformas · Crece la percepción de riesgo de impago de la deuda española

El batacazo bursátil de la pasada semana fue el primer aviso de los mercados. España debe entrar ya a matar el toro de las reformas si no quiere que le saquen a almohadillazos de la plaza del euro. En opinión de los expertos consultados por este diario, es prácticamente imposible que España abandone la moneda única pero debe emprender cuanto antes la senda del recorte del gasto público, la consolidación fiscal y la reforma laboral. La desconfianza de los mercados financieros sobre la capacidad de la Unión Europea para resolver los problemas de Grecia ha terminado salpicando a la economía española, pese a que los indicadores de España son mejores -y más creíbles- que los del país heleno.

"No se trata de conjuras ni de ataques especulativos. Como consecuencia de la debilidad de la deuda pública griega y las altas primas de riesgo, las dudas de los mercados financieros se han extendido a otros países como España", explica Fernando Faces, profesor del Instituto Internacional San Telmo. El foco recae en España no por su nivel de endeudamiento público, "sino por la velocidad de su deterioro como consecuencia del déficit".

"Los mercados ven que coincide con un altísimo endeudamiento del sector privado, que equivale al 390% del PIB, el más alto de todos los países desarrollados", resalta Faces. La preocupación por la deuda coincide con la falta de credibilidad del Gobierno para cumplir con el Plan de Austeridad aprobado ayer. "Los mercados no creen que el plan vaya a ser la solución para el endeudamiento, y también dudan de la capacidad política para adelgazar el sector público porque no se ha contado con las comunidades autónomas y los ayuntamientos", subraya Faces.

"La excusa del ataque especulativo fue poco meditada por parte del Gobierno", señala el consejero delegado de Analistas Económicos de Andalucía, Francisco Villalba, responsable del servicio de estudios de Unicaja. Para Villalba, España ha conseguido una tregua tras la tormenta de la semana pasada, a la espera de "planes claros y precisos". "Una cosa es presentar un Plan de Austeridad y otra cosa es cumplirlo", matiza.

El director de Análisis de Banif, Alfonso García, coincide en esta apreciación. "Al mercado no le importa tanto los niveles de deuda o déficit como que se presente un plan creíble que permita vislumbrar una patente consolidación fiscal". Según García, las razones del castigo a España radican en "la demanda por parte de la comunidad financiera de un plan de consolidación fiscal exhaustivo y de mayor alcance, la fragilidad de la economía española que proyecta otro ejercicio de crecimiento negativo del PIB, y un mercado laboral con las constantes vitales muy bajas".

La analista de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) María Jesús Fernández considera que ha pesado el "miedo" a que España replique la crisis de Grecia. "Hay una predisposición psicológica en los mercados a dejarse llevar, y lo que tiene que hacer el Gobierno es calmarles y no presentar medidas con vacilaciones e imprecisiones", fundamenta Fernández.

El incremento de la percepción del riesgo país supone un alto coste para España. "Significa que para colocar su deuda, va a tener que ofrecer rentabilidades más elevadas, y más aún en un contexto en el que muchos países compiten para colocar su deuda pública y poder así financiar los elevados planes de estudio", agrega el director de Análisis de Banif, la división de banca privada de Banco Santander.

Este coste no es baladí para una deuda como la española "colocada mayormente a corto plazo", asegura el presidente del Observatorio Económico de Andalucía, Joaquín Aurioles. "Este año vencen 120.000 millones de euros de deuda española, por lo que un alza del 1% puede suponer tener que pagar 1.200 millones más", estima Joaquín Aurioles.

Una muestra de que la desconfianza no se ha disipado es que la percepción de riesgo de impago de la deuda española registró ayer un empeoramiento después de que los líderes de la UE no plasmaran su voluntad de ayuda a Grecia en medidas concretas. Esto se traduce en un aumento del precio de los seguros de crédito (credit default swaps o CDS) y el incremento del diferencial de la deuda española respecto al bund alemán. El precio de los seguros contra impago de la deuda española a cinco años se situó en 141,4 puntos, lo que implica un coste anual de 141.400 euros para asegurar una emisión de deuda por importe de diez millones de euros, frente a los 137.400 euros del jueves, aunque todavía muy por debajo de los 183.000 euros de hace una semana.

A pesar de estos movimientos, Moody's y Fitch mantienen la máxima calificación -AAA- para la deuda del Reino de España. "La presión de los mercados habrá resultado exagerada, pero tendría un final feliz si consigue empujar a las autoridades a implementar las reformas necesarias", postula el director de Análisis de Banif.

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