El Gobierno consideró ayer que una huelga general "no es lo que más le conviene a España" en estos momentos, pero respetará la decisión de los sindicatos, que previsiblemente convocarán el paro para el próximo 14 de noviembre. Según fuentes de la delegación española que acompaña al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la cumbre europea, la posición del Ejecutivo sigue siendo la misma que cuando el PP estaba en la oposición y se mostró contrario al paro que los sindicatos convocaron el 29 de septiembre de 2010 contra la política económica del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Por parte del PSOE, la vicesecretaria general, Elena Valenciano, se mostró comprensiva con que los sindicatos planteen la huelga, porque se suele recurrir a ellas"cuando están mal las cosas, cuando se recortan los derechos de los trabajadores, en educación y sanidad, y no se ofrece una perspectiva de crecimiento y de empleo". En todo caso, estimó que es "responsabilidad" del Gobierno "evitar que se produzcan" con un cambio de políticas.

Desde la CEOE, el presidente de la patronal madrileña CEIM y vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, aseguró que la patronal está intentando convencer a los sindicatos de que "no es el momento más oportuno" para una huelga general, "por imagen y por el costo que supone". "El señor Rosell está intentando acercarse de alguna manera a los secretarios generales de CCOO y UGT para ver si todavía se puede desconvocar", afirmó. Pero el propio Rosell desmintió rotundamente a Fernández y negó cualquier tipo de contacto con Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez. "No, lo primero, no tenemos notificación oficial de la huelga general", fue la respuesta del presidente de la patronal, que precisó que, aunque hay contactos entre patronal y sindicatos, estos no versan sobre un eventual paro total. Rosell reiteró que "desde el punto de vista económico una huelga detrás de otra no soluciona nada".