La Unión Europea (UE) avisó al próximo Gobierno que salga de las elecciones del 20 de diciembre en España de que deberá asegurar que el déficit se reduce. Los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro se han reunido en un Eurogrupo extraordinario dedicado principalmente a discutir las conclusiones a las que ha llegado la Comisión tras analizar las cuentas de los países. Este año, dos de los países que han generado una mayor expectación han sido España, que presentó sus cuentas con antelación ante la cercanía de las elecciones, y Portugal, que optó por el contrario por no presentarlas, afectado por la parálisis política que ha seguido a sus recientes comicios.

Tanto el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, como el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, coincidieron en afirmar que Bruselas ve que España está en riesgo de incumplir sus objetivos de reducción de déficit, por lo que la tarea de evitarlo recaerá en manos del próximo Ejecutivo. "Si el Gobierno español no toma ninguna acción, le tocará al próximo Gobierno asegurarse de que el presupuesto, si es necesario, incluya nuevas medidas para asegurar que cumple con las reglas", indicó Dijsselbloem.

Señaló que los cuatro países que corren el riesgo de incumplir los objetivos -España, Austria, Italia y Lituania- tienen que hacer más esfuerzos. "Nosotros haremos nuestros análisis y contrastaremos todo esto con el próximo Gobierno, el que saldrá de las elecciones", dijo por su parte Moscovici sobre España.

Respecto a Portugal, el país "no ha mandado su proyecto presupuestario, lo que no está en línea con las normas, por lo que tenemos que ser firmes ahí", afirmó Dijsselbloem, quien recordó que el Gobierno interino no puede enviar un proyecto, por lo que será necesario esperar a la formación de un nuevo Ejecutivo. En un comunicado, el Eurogrupo ha instado al país a enviar sus cuentas "tan pronto como sea posible".

Los análisis presupuestarios de Francia e Italia también han resultado este año sui generis pero por motivos diferentes. El primero porque, tras el sangriento golpe terrorista que mató a 130 personas el pasado viernes 13 de noviembre en París, ha puesto sobre la mesa la necesidad que tiene de aumentar el gasto público para asegurar la seguridad. "La seguridad es lo primero", ha declarado Sapin, por lo que el Gobierno galo ha anunciado que, además de los 600 millones adicionales que había presupuestado para 2016 destinados a Defensa, va a sumar 600 millones más destinados a reforzar a los cuerpos de seguridad interiores y la Justicia.

No obstante, aseguró a sus colegas que Francia mantendrá su compromiso de reducir su déficit público por debajo del límite europeo del 3% en 2017, lo que Dijsselbloen consideró tranquilizador. "La Comisión comprende de hecho que la seguridad sea una prioridad, que la protección de ciudadanos sea una prioridad, y las cifras que tenemos ahora de Francia no parece que vaya a desviar la trayectoria presupuestaria de manera preocupante", dijo Moscovici. El comisario francés recordó que la Comisión analizará "caso a caso" y a posteriori el peso de estas contribuciones en las finanzas públicas y si cumplen con los criterios para no ser contabilizadas de cara a la disciplina fiscal.

Por su parte, el ministro español de Economía, Luis de Guindos, afirmó que reforzar la seguridad ante la alerta terrorista es una prioridad en Europa y que las reglas de disciplina fiscal tienen flexibilidad suficiente para tener en cuenta esta situación. "En estos momentos la seguridad es prioritaria en toda Europa. Lo que hay que hacer es utilizar con inteligencia las posibilidades que ofrece", aseguró el ministro.

En cuanto a Italia, el país espera que la Comisión aplique diferentes "cláusulas de flexibilidad", como que tengan en cuenta el gasto extraordinario que tiene que hacer el país para gestionar la llegada de refugiados. Si todas se aplicaran, como quiere Roma, el país "podría estar en cumplimiento", según dijo el vicepresidente para el Euro de la CE, Valdis Dombrovskis, quien recalcó no obstante que depende del análisis que debe llevar a cabo ahora la Comisión y que será publicado la próxima primavera.