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Elecciones

Rivera y Rajoy, cuerpo a cuerpo

Rivera ha terminado por romper la polarización de la campaña electoral entre Podemos y el PP. Uno y otro se han retroalimentado, aunque en el influyente entorno del partido del Gobierno hay quien piensa que se les ha ido la mano con Podemos. Aznar, por ejemplo. Si en el debate a cuatro Rivera introdujo una cuña entre Mariano Rajoy y Pablo Iglesias al atacar a ambos, acción a la que respondieron con la serenidad de quienes se ven ganadores, el anuncio de que no apoyará un Gobierno del PP presidido por alguien de la actual dirección ha terminado por sacar a los populares de sus cómodas trincheras.

Ciudadanos comienza a notar que las fronteras que le separan de los electorados habituales del PP y del PSOE son permeables, así que se ha lanzado a por Mariano Rajoy y ha invitado a Pedro Sánchez a que aclare antes del 26 de junio si gobernará junto a Pablo Iglesias. La propuesta de Rivera, tal como la explicó ayer, sigue siendo la misma: quiere un Gobierno que agrupe a los parlamentarios del PP, Ciudadanos y, si es posible, al PSOE; que esté presidido por alguien del partido más votado, pero que no sea Mariano Rajoy ni nadie relacionado con su actual dirección. Juan Carlos Girauta, uno de sus portavoces en el Congreso, puso nombre a los vetados: ni María Dolores de Cospedal ni Soraya Sáenz de Santa María, nadie que tenga que ver con la cúpula actual. ¿Quiénes entonces?, le preguntaron a Girauta en Barcelona, y respondió: Cristina Cifuentes, Alberto Núñez Feijóo, la ministra Ana Pastor, el ministro Alfonso Alonso o Pablo Casado.

Rivera sólo citó a Cifuentes, y no excluyó por su nombre a la vicepresidenta, pero Girauta remató.

El PP respondió en tromba, todos contra Ciudadanos. Javier Arenas, que habló de "un pacto de hierro", Núñez Feijóo, Juanma Moreno, Rafael Hernando, candidatos por todo el país criticaron a los naranjas con el argumento de que sus escaños servirán para sumar una mayoría con Podemos y con el PSOE. Hasta el propio Mariano Rajoy sostuvo desde Guadalajara que a la alternativa del PP sólo cabe una opción: la de Podemos con Ciudadanos y el PSOE, porque Pedro Sánchez no va a sumar con Albert Rivera, le hará falta Iglesias. El catalán García Albiol indicó que Rivera se parecía a Anna Gabriel, la líder de la CUP, que solicitó la sustitución de Artur Mas para apoyar al Gobierno catalán, se supone que es una crítica, pero es que es eso: una operación como la de Carles Puigdemont.

La campaña vivió una de las jornadas más duras, algo se ha puesto en marcha, quizás sean las fronteras entre los electorados o, simplemente, que el PP está comenzando a digerir que no podrá gobernar con Mariano Rajoy al frente.

La salida del actual presidente ya se llegó a plantear por algunos miembros del PSOE como moneda de cambio para una abstención después del 20 de diciembre e, incluso, el propio Albert Rivera fue muy duro con Rajoy en el Congreso en la sesión de investidura de Pedro Sánchez, pero parece que la repetición del veto le ha dado verosimilitud, y eso provoca bastante nerviosismo en el PP. Sólo el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, más transparente que algunos de sus compañeros en estrategias alternativas, salió en defensa de Rivera: "Lo conozco suficiente para saber que si lo necesitamos para resolver los gravísimos problemas que debe afrontar España en estos próximos cuatro años, lo tendremos". ¿Por qué Margallo sale a defender a Rivera justo cuando éste comienza a señalar a otros candidatos? Es conocida su en enemistad con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, descartada por Girauta, aunque tampoco hizo falta. Ella misma respondió en Madrid que su futuro político está vinculado al del presidente: "Llevo 16 años con él, o sea que sí".

Albert Rivera ha colocado el nombre de Rajoy en el centro de su campaña porque los sondeos indican que el PSOE de Pedro Sánchez no da más de sí, en los barómetros conocidos ayer (Cadena Ser y El Periódico de Cataluña) se confirma el sorpasso, y el PP no logra superar la barrera para acercarse al 30%, de modo que Ciudadanos es el único que tiene margen de maniobra. Además, sabe que para una buena parte del electorado del PP el nombre de Mariano Rajoy no es imprescindible, como han indicado otros sondeos. No es que provoque rechazo, pero que sí se entendería una sustitución para frenar a Podemos con un Gobierno fuerte y moderado. Uno de los nombres citados por Girauta es el de la ministra Ana Pastor, persona de absoluta confianza de Mariano Rajoy.

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