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pantalla de humo

El abuelo tiene un plan: votar al PP

  • Los populares piropean en su último vídeo a sus votantes de más edad como "gente con experiencia".

LAS personas mayores, mayores con bastantes años amontonados, pensionistas, viejóvenes, espectadores de Canal Sur, son los menos indecisos. Son los que tienen más claro qué van a decidir para el 26-J. Son gigantescos caladeros de votos fieles, enrocados, que de todas formas no se pueden perder de vista. Es una población que agradece todos los gestos de cariño y cercanía. Y también son sismógrafos de temores y recelos sociales, que para fabricarlos a la tele se le da bien. Al PSOE andaluz siempre le ha funcionado ir de puerta en puerta y, por si acaso, ya sostiene todos las jornadas del año a esa población rural, pensionista y ociosa con una costosa cadena autonómica que se le ha puesto cara de cine de barrio. Muchos de ellos siguen votando "a Felipe González", aunque no se presente desde el año 1996.

El PP también tiene un voto jubilado numeroso y fiel. A él apela en estos días para presentar galones ante la juventud en su último vídeo de campaña. En el spot aparece la confesión de una nieta ideal, rubia, modosa, inteligente y sensata que a través de una descripción algo compasiva de su abuela, "una viejoven" de casi 70 años, viene a disculpar que, por motivos de edad "está muy mayor". Y vota al PP. A la derecha, al centro. O lo que sea. Cosas de viejos.

En su discurso la nieta parece ir reconociendo que su abuela, esa vivaracha anciana viejoven, va a tener razón y todo, porque es "la inspiración" de esa chiquilla marisabidilla que seguro que se arrepiente ya de haber votado al PSOE. Quién sabe si algo peor, de votar a Podemos y cosas así. Nietos rojos de buena familia que se meten en líos. La voz en off, melancólica pero firme, se siente orgullosa de la lealtad de los mayores.

Aunque la abuela del vídeo sea una mujer marchosa, sonriente y perspicaz (con el estilo de Helen Mirren), el fantasma de Paco Martínez Soria sobrevuela en estos clichés. El abuelete de tierra adentro, cascarrabias, tozudo pero noble, militante y soldado quejica de unos conceptos inamovibles. Las películas de hace medio siglo de Martínez Soria, más presentes en nuestros canales que cualquier estreno de la pasada década, parecen querer seguir dibujando a la tercera edad de hoy en día. Aunque esos pensionistas le sigan viendo la gracia al avispado empresario de Tarazona que fue Martínez Soria, no son tan carcas como que creen los nietos. Ni tan mansos y testarudos como la mirada sociológica tuerta que de ellos tienen los partidos y las cadenas públicas. Los ancianos "de casi 70 años" no son tan ancianos. Pese a que muchos de ellos tuvieron una juventud bien dura, en el contexto de un franquismo totalitario en su esplendor, son más joviales, progresistas, informados y abiertos que sus generaciones geriátricas antecesoras.

El PP presume en el vídeo de su "gente con experiencia", modelo para los jóvenes, inmaduros y deseos de cambios que sólo conducen a la ingobernabilidad. Qué sabrán ellos, que hablen con sus abuelos, que les hace falta, como va a hacer la sonriente rubia del vídeo.

El PP pone en manos de la tercera edad, con el señuelo del miedo, que sean el oráculo de las familias, que orienten y que sean oídos de una vez en un país que se empeña en conducirse hacia el desastre. El PP pide que los mayores dejen por un rato el mando a distancia. Que dejen por un rato a Juan y Medio a Acacias 38 y a los casposos telefilmes alemanes de TVE, para que proclamen con calma y sabiduría que el coletas es el demonio. Y su amigo, el guapito socialista, un malaje.

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