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La esperada fiesta que terminó en apagón

  • El frenazo nacional ensombrece el logro provincial. Los resultados dejan algunas dudas sobre la coalición entre partidos.

El Paseo Santa Fe se quedó a oscuras a las diez y media de la noche. Las farolas del alumbrado público se apagaron, sólo en esa vía, durante un cuarto de hora. Fue una casualidad pero vino a representar bien lo que fue para Unidos Podemos el recuento electoral. El seguimiento lo hacían allí, en plena calle peatonal, ante la sede de Podemos, con carpa y proyector con el avance de escrutinios de las cadenas de televisión. Con bocadillos y bebidas para los asistentes. Nadie confirmó que hubiera champán. Y si estaba preparado, no llegó a verse.

Porque la noche pintaba bien al principio. El avance de los primeros sondeos dejó las mejores pulsaciones para los del corazón. Había alegría y expectación. Cierto es que más contenida y prudente de lo que pudiera pensarse por los resultados esperados. Pero jamás porque se creyese que ocurriera algo parecido a lo que luego llegó.

La muestra, La porra del cambio, como bautizaron la pizarra en la que se anotaron más de una treintena de pronósticos de los asistentes. El menos optimista puso 85 diputados, 14 más de los logrados finalmente. Los más entusiastas se movieron por encima del centenar, hasta los 112. Algunos dirigentes de Izquierda Unida fueron más recatados y se quedaron por debajo de los 95, en la misma horquilla que indicaban las encuestas a pie de urna.

Por eso los primeros resultados conocidos, al inicio del escrutinio, no fueron muy tenidos en cuenta. La vista estaba puesta en las grandes referencias nacionales, Madrid y Barcelona, confiando en un giro. También se esperaba en el resto de comunidades. Los aires de cambio detectados durante la campaña tenían que confirmarse.

Huelva preocupaba menos. Se daba por seguro que Isabel Franco volvería a Madrid. Así se cumpliría el objetivo. Pero mosqueaba la baja participación. Eso no escapó a los dirigentes de IU, veteranos en estas lides para mirar también con lupa los municipios.

El porcentaje de votos escrutados avanzaba y la calma generalizada inicial se instaló ya definitivamente como desencanto. "No puedo entender cómo sigue votando gente al PP de esta manera", reflexionaba uno de los presentes con la vista clavada en la pantalla. "Como ganen y sigan gobernando, no les va a parar nadie con los recortes", apuntaba otro. Ni los aplausos y los vítores al anuncio momentáneo de 72 escaños, con el 68,98% de recuento, evitaron el abatimiento. Para colmo, llegó ese apagón del alumbrado y no sirvió ni para bromear. El pescado estaba vendido.

La Sexta seguía en pantalla. Pablo Iglesias hablaba ahora. Silencio total para escucharle y aplausos a sus palabras por la unidad. "Esta alternativa la estamos construyendo y más pronto que tarde venceremos", dijo el número 2 por Huelva, Daniel Hernando, a todos. Pero ya las dudas circulaban: "No es lo que esperábamos. Habrá que ver si ha sido lo mejor".

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