Rocío 2018

Un sueño de altos vuelos

  • La hermandad de Tablada discurre por la dehesa donde Juan Belmonte ensayaba su toreo.

  • A pocos metros, Triana y Sevilla preparan sus carretas sobre el albero de la Feria

Salida de la Hermandad Castrense de Tablada hacia el Rocío

El Mirage F-1 contempla la escena. El avión que preside la entrada del acuartelamiento de Tablada se erige en testigo de excepción de una romería de altos vuelos. Salen los romeros de la Castrense entre sones de tamboril, gaita rociera y los pasodobles de la banda militar. Volantes y uniformes. Fusión de culturas en una peregrinación con vocación transversal, que diría un experto sociológico. No hay estamento ni clase social que se le resista. Es la mañana del martes. Inician su camino las primeras hermandades de la capital y la provincia ya es cruzada por cientos de romeros. Coria, Camas, La Algaba, Mairena del Alcor... El Rocío despierta del sueño. Se acabó la espera.

Hace 25 años el Papa que subió a los altares, Juan Pablo II, proclamó desde el balcón de la marisma que todo el mundo fuera rociero. Un cuarto de siglo después el imperativo sigue vigente. La nómina de filiales no deja de crecer. El Rocío lo abarca todo. Un fenómeno que se adentra en cualquier ámbito. Vence cualquier distancia física y estamental. Tablada es buen ejemplo de ello. El barrio militar situado en la trasera de la Feria lleva seis años de camino. Tres los hizo desde Almonte. Y otros tres desde la base donde germinó la relación entre Sevilla y la aeronáutica.

El Cerro del Águila inicia el camino hacia El Rocío

Volar fue siempre el sueño del hombre. Deseo cumplido en esta antigua dehesa. Campos donde Juan Belmonte ensayaba su pasión por el toreo. Sueños, también, del Pasmo de Triana. Así lo dejó escrito Chaves Nogales. Periodista sevillano de cuya pluma salió Andalucía Roja y La Blanca Paloma, una obra en la que narró la romería de los años de la República. Mucho ha llovido -que se lo digan a Emasesa- desde entonces. De los tiempos de la tricolor a los de posmodernidad absoluta. Del Rocío con una veintena de hermandades al de las 121.

Por los terrenos de Tablada avanzan los peregrinos de la Castrense. Atrás se queda la parroquia de Loreto, donde se celebró la misa de romeros. Templo con espadaña y azulejos cofradieros. La banda del Ejército del Aire interpreta Ganando Barlovento. Hay romeros de cubana y traje corto. Hay también uniformes. Muchos. De gran diversidad. Están los lanceros de la Policía Nacional. Y están los agentes de la Unidad Militar de Emergencias (UME), cuyo segundo jefe, Manuel Gimeno, ha hecho entrega de su fajín de general al Simpecado. Las reglas de esta corporación obligan a que el 60% de sus miembros guarden relación sanguínea con un militar. Al menos, de segundo grado. Un porcentaje con el que la corporación quiere preservar sus orígenes. La hermandad estrena el título de real, después de que Felipe VI haya aceptado ser hermano mayor honorario.

El barrio de El Cerro se vuelca con su hermandad de Rocío

La comitiva recorre un barrio jalonado de chalés con cierta inspiración yanqui. Los años no han logrado desmaquillar por completo aquel otro sueño pujante que impregnó estos lares. Calles con aceras desdibujadas por el tiempo y coches aparcados a su libre albedrío. Árboles frondosos que no conocen la poda. Hierba que crece sin pudor alguno sobre el suelo. La decadente belleza de lo que antaño fue símbolo de la prosperidad aeronáutica.

Cerca de allí otros sueños están a punto de cumplirse. En los terrenos de la Feria conviven, muy cerca, los despojados esqueletos de las casetas y las carretas ya vestidas de Triana y Sevilla. Las dos orillas comparten la víspera sobre un mismo albero. Han sido días de alegre ajetreo en este páramo sin sombra. Suelo baldío. Cortafuegos entre Los Remedios y Tablada. Desierto que florece a la luz de los farolillos. Sólo una semana al año. Orto y ocaso de la primavera en esta lengua de tierra amarilla. Duales del calendario. Casetas y carretas. Cuerpos efímeros que adornan abril y mayo.

A la Avenida de la Raza, a pocos metros, llegan los peregrinos del Cerro. Barrio que se levantó bien temprano para despertar del sueño. El Rocío ya es una realidad en Coria, La Algaba, Salteras o Mairena del Alcor. Así hasta 16 pueblos. Este miércoles saldrán Triana, la Macarena y Gines. Atrás se dejó lo onírico. La vida empieza hoy. Lo dijo Belmonte. Lo escribió Chaves Nogales. Y lo proclaman, al alba, los cohetes. "He nacido esta mañana".

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