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Empresas y empresarios

La empresa andaluza en la actualidad

  • Las empresas que mejor sortean la crisis son aquellas que toman decisiones que sólo se entienden cuando hay crisis

Antonio García de Castro y Rocío Reina

Instituto San Telmo

Actualmente vivimos una situación económica que está siendo bastante dura para todos: familias, administraciones públicas y empresas. Muchas personas se han visto forzadas a adaptarse al nuevo entorno. Ahora mismo la realidad difiere mucho de la que disfrutábamos hace unos años, cuando todo parecía posible y alcanzable sin demasiado esfuerzo. No debemos ser fatalistas. Existen oportunidades para aquellos que las saben ver y muchas posibilidades para aquellos que han hecho sus deberes a tiempo y tienen ganas de seguir avanzando. Algunos piensan que la situación que atraviesa Andalucía en estos días es la peor que se ha vivido desde hace mucho tiempo. Sin embargo, eso sólo es cierto si volvemos la vista atrás unos pocos años. La empresa andaluza se encuentra en un estado mucho mejor que hace unas décadas cuando se estaban viviendo también momentos delicados en la economía. Hemos hecho un largo camino, y lo que hemos construido y logrado en base al esfuerzo de muchos años, no va a ser destruido tan fácilmente.

Aunque se han cerrado empresas, hay muchas empresas que siguen creciendo. Además seguimos siendo una de las comunidades dónde se crean más empresas cada año. Existen empresas andaluzas como Abengoa, Mayoral, Cosentino, Puleva, Merkamueble, Servinform, Covap, Cecofar, Rendelsur, etc. que son líderes en sus sectores, que crean valor para la sociedad en su conjunto, que apuestan por la innovación o la internacionalización y, sobre todo, satisfacen las necesidades de sus clientes; en ellas y el resto de empresas que siguen este camino está la clave para nuestra recuperación. Si observamos algunos datos, el impacto del deterioro económico sobre la actividad empresarial en 2008, 2009 y 2010 se ha traducido en una reducción del número de empresas andaluzas de aproximadamente un 2 por ciento respecto a cada año anterior, contando actualmente Andalucía con 510.000 sociedades, que representan alrededor del 15,2 por ciento del conjunto nacional. Si ponemos la lupa en los distintos sectores se observa un predominio de las empresas de servicios (excluido el comercio), que representan el 50,5 por ciento, tras incrementar su importancia relativa en 1,5 puntos porcentuales respecto al año anterior, y el comercio, al que pertenece el 28 por ciento del entramado empresarial andaluz, lo que permite señalar el carácter terciario de la economía regional.

Por su parte, la construcción ha perdido casi 2 puntos de su peso relativo en la estructura productiva regional, pasando del 16,6 al 14,8 por ciento, mientras que la industria se sitúa en el 6,7 por ciento del total de las empresas. Desde la óptica territorial, Sevilla y Málaga concentran la mayor parte de las empresas andaluzas, con el 23,1 y 22,2 por ciento en cada caso, si bien, ponderando la cifra de empresas en función de la población, Málaga presenta el ratio de densidad empresarial más elevado de la comunidad, mientras que Sevilla se encuentra por debajo de la media regional pero tiene a las empresas de mayor dimensión. En el extremo opuesto, Jaén y Huelva son las provincias con menor participación sobre el agregado regional, el 7,2 y 5,3 por ciento respectivamente. La dinámica de las provincias de Málaga, Sevilla y Almería refleja un ritmo de crecimiento medio anual del número de empresas por encima del promedio andaluz (3,1 por ciento) entre 1996 y 2009. Por otra parte, si analizamos el tamaño de las empresas en Andalucía se constata el predominio de las microempresas, ya que más de la mitad de las empresas andaluzas no cuentan con asalariados; en segundo lugar se sitúa el segmento de sociedades que cuentan con plantillas de entre 1 y 9 trabajadores. Este es el gran reto de los próximos años: aumentar la dimensión y los márgenes. Sólo Nestlé factura más que la suma de las 200 primeras empresas andaluzas e invierte en innovación más que las 1.000 empresas andaluzas de mayor dimensión. Si preguntamos si se está aprovechando la crisis económica como oportunidad, observamos que hay de todo. Es evidente que existen empresas que están aprovechando las oportunidades que existen en sus sectores.

Algunos de ellos, por la propia naturaleza de su negocio, se ven menos afectados, como por ejemplo el sector de la alimentación, la agricultura o el outsourcing… entre otros. Existen diversas maneras de aprovechar la crisis. La mayoría de las empresas que viven mejor la crisis son aquellas que tienen un modelo de negocio claro o tienen suficientes recursos para continuar su actividad aunque sus ventas estén disminuyendo. Algunas están acelerando su proceso de internacionalización y otras están racionalizando sus estructuras a la nueva realidad. Normalmente, las empresas que mejor están resistiendo la crisis son las compañías que se han internacionalizado, con negocios fuera de España que les permite crecer en ventas, disminuyendo el impacto negativo que sufren en el mercado español. En Andalucía hay cada vez más empresas internacionales, pero aún queda mucho camino, la empresa andaluza tiene que atreverse a dar el paso a convertirse en empresas globales. Algunas empresas están lanzando nuevos productos con éxito al adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores, logrando así hacer frente a la crisis. La iniciativa empresarial de la alta dirección de las empresas es una de las principales causas para que las empresas perduren a lo largo de los años y sean líderes en sus sectores y rentables. Otras empresas que tampoco se ven tan afectadas son aquellas que elaboran productos de marca del distribuidor o marca blanca y tienen sólidas y estrecha relación con su cliente o cadena de distribución y son muy eficientes.

En estos momentos están viviendo un rápido crecimiento ya que con precios mucho más bajos llegan a un gran número de consumidores más concienciados con una política de ahorro. Y sobre todo, el que las empresas aprovechen la crisis o no también depende de cómo estén financiadas. Las que crecieron desmesuradamente, endeudándose cuando era fácil hacerlo, sin control, estarán ahora viviendo momentos controvertidos. Las empresas que están más afectadas son las que están mal financiadas, y si además están en sectores que sufren más la crisis, como el de la construcción o el inmobiliario, pues aún peor. Esas empresas deberán empezar a tomar decisiones con respecto a su configuración institucional y su gobierno lo más rápidamente posible, sin dejar pasar el tiempo viendo si se soluciona todo sin hacer nada. La configuración financiera de la empresa puede ser muy simple ó muy compleja; es responsabilidad del Consejo de Administración, y la experiencia sugiere las siguientes recomendaciones: información financiera y económica veraz y a tiempo real, limitar el endeudamiento, estudiar con detalle la financiación del proyecto antes de emprenderlo y, si no hay suficientes fondos, buscar nuevos socios. Aplicar estas buenas prácticas hubiera evitado disgustos. Los principios financieros que describe Damián Frontera, antiguo alumno de San Telmo, en su libro El arte de dirigir empresas son políticas acertadas de lo que hay que hacer en este campo. Algunos de ellos son: que los préstamos y demás dinero obtenido para financiarse hay que devolverlo, nunca hay que endeudarse más allá de un límite razonable marcado por muy distintos criterios; las necesidades financieras han de preverse con tiempo, es imprescindible llevar un seguimiento cercano de la tesorería, siempre se ha de disponer de pólizas de crédito con holgura, el ebitda previsto para años siguientes debe ser suficiente para cubrir varias veces los intereses a pagar, el activo fijo debe ser a largo plazo igual o inferior a los fondos propios, con los bancos siempre hay que ir con la verdad expresada con habilidad e inteligencia, siempre hay que mantener informadas a las entidades financieras, hay que trabajar con entidades que “nos quieran” y no empeñarse con aquellas que te pongan trabas, hay que calcular siempre el coste real de todas las operaciones financieras, hay que mantener siempre una imagen buena de seriedad y rigor y debes no querer ganar todo en la negociación con los bancos.

También el capítulo del mismo libro donde describe sus relaciones con los socios financieros debe meditarse para conocer y pensar acerca de las presiones que se pueden tener cuando se tienen estos socios. Las empresas que sortean mejor la crisis son aquellas que además están aprovechando estos momentos difíciles para tomar aquellas decisiones que sólo se entienden cuando hay crisis. Por último los buenos empresarios, altos directivos y políticos aprenderán de esta situación y, si salen de ella, seguramente no volverán a caer en los mismos errores. Esta crisis es económica, financiera y tiene sus raíces en la ambición desmesurada y la vanidad humana. En el sector inmobiliario y financiero se había olvidado que la creación de riqueza debe ser a largo plazo y exige profesionalidad, prudencia financiera y afán de superación. Si aprendemos esta lección, la crisis será positiva a largo plazo. Es un proceso difícil y doloroso pero necesario. Por eso todavía existen empresarios y políticos que no se atreven a tomar las decisiones necesarias para aprovechar la crisis como oportunidad. La competitividad es global y la mejora de la productividad de las empresas andaluzas es una necesidad urgente.

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