Tras el atentado del lunes en la Breitscheidplatz de Berlín las reacciones se han sucedido y con ellas muchos se han retratado con fidelidad. Empezando por los propios berlineses, que no se han amedrentado y han respondido cantando en un intento por demostrar que no están dispuestos a cambiar sus hábitos y mucho menos su modo de vida por los atentados. Hacerlo sería claudicar al fanatismo y precisamente Berlín es una de las ciudades más abiertas, tolerantes, multiculturales y divertidas de Europa, lo que unido a su trágica historia (dos guerras mundiales y una división de más de cuarenta años) la convierte en una ciudad que no debe ser fácil de intimidar. Ayer mismo volvía a abrir el mercadillo atacado. También reaccionó con templanza la canciller alemana Angela Merkel, que se concedió el tiempo necesario para ofrecer una información precisa y veraz que no diera pie a especulaciones.

Ay, si algunos hubieran contado hasta diez hace unos años en nuestro país y hubieran tratado los hechos con la misma honestidad. Aquí al día siguiente ya estábamos escuchando a dirigentes significados, como la popular Andrea Levi, hablar de 'choque de civilizaciones', asumiendo el discurso de los terroristas, el del enfrentamiento entre modelos, que tanto favorece la expansión del fanatismo y del terror. Pero no solo se han dado opiniones bárbaras y extemporáneas en España. En la propia Alemania, a pesar de la actitud comprensiva de la mayoría de la población, que no hizo crítica del tiempo que tardó la autoridad en dar explicaciones, los primeros en hablar fueron los representantes de la ultraderecha, que lanzaron la sangre de los muertos a la cara de Merkel, por su política de acogida de refugiados. También en otros países es el sector más intransigente y más integrista el que reacciona contra el todo islámico, sin distinción de matices.

Responder con fanatismo al fanatismo es hacer al fanatismo ganador. Del mismo modo que cuando mataba ETA, el sentido común aconsejaba discernir entre ETA y el pueblo vasco, o cuando un energúmeno asesina a su pareja conviene no asimilar al criminal con el conjunto de hombres, la mejor manera de combatir a los terroristas islámicos es mantener la conciencia de que no representan ni de lejos a todos los musulmanes, que siguen siendo con diferencia los que con mayor contundencia y con más frecuencia sufren su barbarie. Invito a quien lo ponga en duda que le eche un vistazo a los periódicos de hoy.

Ayer mismo los bombardeos turcos en Alepo causaron 47 muertos civiles, de ellos nueve menores. Todo en nombre de la lucha contra el terrorismo. Apuesto a que les cuesta encontrar la noticia, si acaso dan con ella.

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