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Entrevistas

"Cádiz era como Nueva York, nunca pasaron tantas cosas"

-¿Por qué se le ocurrió escribir una obra de teatro sobre el Cádiz de 1812?

-Para empezar diré que tengo una casa en El Puerto de Santa María. Voy con cierta frecuencia y, desde mi casa, veo Cádiz al fondo. Además me une una buena relación con la compañía Olvido Producciones, de El Puerto, y tengo contactos con la gente del Carnaval. Hace varios años me sugieren que escriba algo sobre el Cádiz de 1812. Lo empiezo a escribir para la gente de la Bahía de Cádiz y del Carnaval.

-¿Los conserjes de San Felipe era una obra para Cádiz?

-Sí. Me puse en contacto con los responsables del Bicentenario. En principio lo apoyan. Pero después les deja de interesar. El libro ya estaba publicado por Cátedra y la obra se ha estrenado en Madrid con el Centro Dramático Nacional.

-En Madrid tiene más repercusión….

-Es diferente. Un espectador es un espectador en Madrid, en El Puerto o en Chiclana. En Madrid no la dirijo yo. En Cádiz sí la hubiera dirigido yo. Pero ya digo que, por las vicisitudes, no les interesó a la Junta y al Consorcio del Bicentenario.

-Tampoco está mal que el Centro Dramático Nacional estrene su obra.

-Es otra opción.

-¿Qué le atrae de La Pepa?

-La Constitución de 1812 llega en un momento de choque de culturas, de un cambio en la forma de ver el mundo. Al leer los periódicos y los libros de la época, se ve que el Cádiz de entonces era como Nueva York.

-¿Cádiz como Nueva York?

-Sí, en el sentido de que allí confluyen el comercio, las directrices sobre el liberalismo, la independencia de América, la masonería… Nunca habían pasado tantas cosas en Cádiz como entonces. Todo es interesante. Hay bombas en la lucha contra los franceses y fiestas al mismo tiempo. Todo eso es muy teatral. Es un gran momento de la historia.

-¿Por qué titula su obra Los conserjes de San Felipe?

-Una vez elegido el tema, tengo que encontrar un punto de vista personal. En este caso, el de los conserjes del lugar donde se reúnen las Cortes. Soy autor de unas 40 obras y siempre afronto la realidad desde el punto de vista de los humildes. Al decir esto me refiero al 80 o el 90% de la gente corriente. Es una historia de gente normal a la que se le cae la historia encima.

-También le ha dado voz a las mujeres.

-Visto desde hoy, un agujero negro de la Constitución de 1812 es el papel que deja a la mujer. En la lucha estaban Agustina de Aragón o Manuela Malasaña. Sin embargo, en las Cortes se nota que su papel era de inferior categoría. Quizá en Cádiz el papel de la mujer era más destacado que en el resto de España, pero aún influyen el peso de la tradición y de la Iglesia de aquella época.

-La Constitución es para el pueblo y a veces se olvida.

-Se habla del pueblo, pero el pueblo son los seres humanos que comen. Se habla de la felicidad del ciudadano y no se puede hacer como Stalin, que los fusila. En vista de un futuro lejano feliz se hacen desgraciados.

-Los conserjes de San Felipe suena a chirigota.

-Está subtitulada Una tragicomedia de Carnaval. Si se hubiera estrenado en Cádiz para el Bicentenario, empezaría la representación en un mundo de Carnaval.

-Aún así, en Madrid tiene toques carnavaleros.

-La puesta en escena en Madrid no es tan carnavalera, aunque empieza y acaba con un grupo de Carnaval que llamo cuadrilla. Se une lo lúdico y festivo con lo amargo.

-¿El Carnaval es teatro?

-¡Claro! Es teatro popular de los ciudadanos para los ciudadanos. Está organizado por ellos. No lo hacen los cultos, sino el pueblo.

-¿Quién le ha asesorado en la parte carnavalesca?

-Me ha asesorado mucho Enrique Miranda, de El Puerto, y otro portuense con el que tengo amistad, Manolo Morillo. Y después un conocido autor, como es Antonio Rivas, con el que he revisado los ritmos del Carnaval. Rivas hubiera sido el asesor si el Bicentenario hubiera aceptado el proyecto. Mi sueño era estrenarlo en el Teatro Falla, pero no pudo ser.

-¿En qué momento está el teatro español actual?

-La crisis afecta. El teatro estaba apoyado por subvenciones y mantenía cachés. Entre que ahora falta eso, le suben el IVA y la gente tiene menos dinero, todo se sufre. No quiere decir que la gente no vaya al teatro, pero hay dificultades.

-¿Ha bajado la asistencia?

-Va mucha gente a los musicales, que es otra cosa y tiene otro público. Sufren más las pequeñas compañías, con gente joven que cuenta con menos medios.

-¿Tenemos un teatro demasiado comercial?

-El teatro no es comercial. Puede haber un cierto fenómeno en esa línea con los actores de televisión, pero nada más. Comercial es la ópera, que gana millones, o el cine. Donde hay dinero es en la televisión y en el cine. El teatro sobrevive.

-No parece un tiempo de grandes autores...

-Hay cierta contradicción para que salgan nuevos autores. En el fútbol pasa igual. La gente va a los estadios para ver a Cristiano Ronaldo o a Messi, pero no para ver a los más jóvenes, que son los que tienen más dificultades. Por taquilla no se paga a desconocidos.

-Es uno de los más reconocidos dramaturgos. ¿Cuál es su mejor obra?

-Es delicado hablar de la mejor. Inevitablemente, las de más éxito son La estanquera de Vallecas, Bajarse al moro y Salvajes, que han sido llevadas al cine y se estudian en el instituto o la universidad. También es muy conocida La cena de los generales. El libro de Bajarse al moro habrá vendido más de un millón de ejemplares.

-¿Tantos?

-Pero no es para leerlo, sino para estudiarlo, porque entra en los exámenes.

-¿Veremos Los conserjes de San Felipe en Cádiz o en otra ciudad andaluza?

-Es una obra grande, con 12 actores y técnicos del CDN, que necesita una cantidad económica para moverse. Irá a Cádiz, a El Puerto, a Jerez o a Sevilla si alguien lo paga. No depende de mí.

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