daniel buren, Artista

"Es difícil dibujar una raya y que tenga sentido"

"Es difícil dibujar una raya y que tenga sentido"

"Es difícil dibujar una raya y que tenga sentido" / javier albiñana

-¿Qué es más importante en su obra: lo que busca o lo que encuentra?

-Prácticamente el cien por cien de mi producción está realizada directamente en localizaciones y arquitecturas, de modo que lo que hago siempre nace en función del espacio. Por eso no llevo nunca una idea preconcebida hasta que veo lo que puedo hacer en cada sitio. No sé si esto tiene más que ver con buscar o con encontrar, pero así es como trabajo.

Siempre que intervienes en un espacio público, sea como sea, estás haciendo un trabajo político"

-¿Le queda aún hueco para llevarse una sorpresa?

-Sí, eso justo me pasó en el Centro Pompidou Málaga. Habitualmente los museos son desagradecidos para trabajar porque no tienen luz natural, por eso opto a menudo por las proyecciones, de manera específica para cada museo. Pero encontrar el Cubo en Málaga, con toda esa fuente de luz, fue una verdadera delicia.

-¿Está ya todo dicho sobre la relación entre el arte y la arquitectura?

-El 95% del arte mundial tiene como soporte una arquitectura. Podemos decir que las pinturas y esculturas son objetos que ponemos en un sitio. Sin embargo, la posibilidad de emplear el espacio como materia prima para el arte ha sido asumida sólo por unos cuantos creadores minoritarios. ¿Cómo se desarrollará la cuestión en los próximos años? Pues no lo sé. Lo que sí sé es que sigue siendo un reto salir del lienzo, abrir la puerta y ver qué se puede hacer fuera. Al trabajar directamente en el espacio la obra ya no es tan interesante comercialmente, pero multiplicas las posibilidades de creación.

-¿Emplea usted entonces el espacio como un lienzo?

-No, son ámbitos muy diferentes. En una arquitectura trabajas también con las personas que viven o trabajan en ella. No puedes desatender a quienes habitan un espacio cuando lo intervienes. También hay un plano histórico muy poderoso. Cualquier edificio mantiene una cierta conexión con su historia, con su tiempo. Si eres capaz de incluir todo esto, harás un buen trabajo.

-¿Es el arte transformador de espacios públicos una cuestión política?

-Siempre que haces una intervención en un espacio público, cualquiera, sea lo que sea lo que hagas, será un trabajo político. Realmente político. Sin duda. Lo que yo intento hacer siempre es partir del espacio para, como decías, transformarlo. Durante el tiempo en que se mantenga la intervención, ya sea indefinidamente o no, el espacio quedará completamente convertido en otra cosa. Transformar el espacio implica transformar las relaciones personales, el paisaje, el entorno, el mundo. Hacer política.

-¿Prefiere el extrarradio a la hora de intervenir?

-Estoy abierto a trabajar en cualquier espacio, ya sea un gran museo o un cuarto de baño. Puedo mostrar el mismo interés. La única condición que pongo sobre la mesa es que han de tratarse siempre de localizaciones con signos de actividad humana. Por eso nunca trabajaré en un desierto, ni en la cima inhóspita de una montaña. Esto podría ser muy interesante, seguro, pero no me interesa. Piensa, eso, sí, que la mayor parte de los paisajes que podemos contemplar actualmente fuera de las ciudades han sido modelados también por la acción del hombre. Ya casi nada es natural.

-¿Le fastidia la etiqueta del minimalismo abstracto?

-Cualquier etiqueta despierta mis sospechas. Pero no es algo que me preocupe. No voy a ponerme en pie de guerra si alguien me cuelga una etiqueta y considero que no es correcta. Cuando empecé en esto, hace muchos años, puse todo mi empeño en desvincularme del arte conceptual, pero todavía algunos se siguen refiriendo a mí como a un artista conceptual. Las etiquetas obedecen a la reducción que exige el negocio del arte, así que no me interesan.

-Pero, ¿menos es siempre más para usted?

-No siempre. No sistemáticamente. Es verdad que tiendo a crear significados con elementos que tienen una expresión reducida, pero esto no es una norma absoluta. Lo complicado es dibujar una raya y que la raya tenga sentido.

-Con todo ese color, las líneas y las figuras geométricas que emplea, ¿se siente como un niño jugando cuando trabaja?

-Soy muy consciente de que, por más que lo intentara, ya no podría sentirme como un niño a la hora de desarrollar un proyecto. Lo que sí hago es, cuando tengo alguna idea en mente, preguntarme cómo lo haría un niño. Y procuro dejarme guiar por esa intuición. Cuando se ponen a hacer sus dibujos, los niños son verdaderos genios. No lo digo en un sentido naïf: a menudo encuentro en el arte realizado por niños elementos muy interesantes, muy puros y a la vez muy valientes. Es curioso el modo en que uno, tras llegar a hacerse artista, se pasa la vida queriendo volver ahí.

-¿La clave consiste en olvidar, tal vez?

-Olvidar, sí. Es lógico, uno no tiene en la cabeza todo lo que sabe cuando trabaja.

-¿Prefiere algún proyecto suyo por encima del resto?

-Es difícil responder a eso. Prefiero pensar en mi obra como un único objeto.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios