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àNGELS bARCELÓ Periodista y directora de 'Hora 25'

"Del 21-D no espero nada: otra pantalla y vuelta a empezar"

"Del 21-D no espero nada: otra pantalla y vuelta a empezar"

"Del 21-D no espero nada: otra pantalla y vuelta a empezar" / Juan Carlos muñoz

-Ha recibido el Ondas y ha querido la vida que...

-...que lo reciba en Sevilla.

-...lo reciba en Sevilla y no en Barcelona que es su ubicación habitual. ¿Qué sentimientos le produce?

-A mí me produce una cierta... [pausa]

-¿Contradicción quizá?

-Sí... íntimamente me jode. Porque por una vez que me dan el Ondas no puedo recibirlo en mi casa. Es un premio muy de Radio Barcelona y muy arraigado a la ciudad. Y la verdad que también venir a buscarlo a Sevilla, que es una ciudad que me encanta...

-Hace muchos programas desde Sevilla.

-Sí, por eso. Pero, por ejemplo, mis padres, que están muy mayorcitos, no podían desplazarse hasta Sevilla y en cambio al Liceu sí que podrían haber ido. Me da un poco de penita.

-¿Qué supone que le den el Ondas, que es el gran premio de su cadena?

-Es emocionante. Ya lo dije al concedérmelo: llevo tantos años de profesión que pensé que nunca me lo darían. Tengo varios compartidos, y esos son los mejores porque reconocen el trabajo de un equipo. También tengo Ondas de mi etapa en televisión. Pero es el primero individual y sí que me hace mucha ilusión. En el mundo del periodismo es de los mejores premios que puedes recibir. Es una satisfacción, aunque después de 33 años creo que ya me lo merecía.

-¿Qué supone que reciba el Ondas en el contexto que está ahora Cataluña?

-Es muy curioso porque lo recibió Susanna Griso, también; lo recibieron las radios catalanas por la cobertura del atentado en Barcelona. Es un signo de normalidad. Que seamos de donde seamos hacemos periodismo para todos. Y a ver si recuperamos la normalidad que hemos perdido, sobre todo en Cataluña.

-Los trolls la han asaeteado en las redes sociales desde Cataluña por la cobertura del procés. ¿No ha sido fácil para usted, no?

-Me da un poco igual. Las redes sociales que utilizo las considero como lo que son: no afectan ni a mi trabajo ni a mi forma de pensar. Yo opino una cosa sobre la independencia y la situación en Cataluña y no hay ninguna diferencia entre lo que digo en antena y lo que digo en Twitter. No me molesta especialmente. Me da muchísima pena que hayamos perdido la capacidad de diálogo en Cataluña, la capacidad de escucharnos los unos a los otros. Hay gente que me ha dicho: "Ya no te escucho porque en tu programa llevas a gente que defiende a los constitucionalistas". Y yo respondo que llevo a todo tipo de gente y que deberían escucharles. Y al revés igual, constitucionalistas que dicen que no escuchan radios catalanas.

-¿Más allá del debate político o legal, ésa es la mayor brecha que deja el procés?

-Sí, porque la deja a nivel personal. Entre los amigos, entre la familia. Hay círculos en los que ya no hablamos de política, porque sabemos que vamos a discutir. Pero tampoco es natural. Porque tú te sientas en una cena y lo que antes hubiese sido algo normal, ahora estamos todos cohibidos, no queremos sacar el tema porque si lo hacemos ahí va a haber conflicto. Para mí es la brecha más insalvable. A ver cómo recomponemos los lazos entre la gente.

-En una semana se vota. ¿Qué espera del 21-D?

-Mi deseo es que el 22-D tuviéramos la solución al problema, pero no la vamos a tener. Pero no sólo por los resultados, sino porque los actores que tienen que encontrar la solución son los mismos que no la han encontrado hasta ahora. ¿Quién se va a sentar a hablar el 22-D? Nadie. No espero nada. Espero otra etapa, otra pantalla y que volvamos a empezar.

-Como periodista me preocupan los asuntos de los que hemos dejado de hablar por la vorágine informativa catalana.

-A mí también. Hemos dejado de hablar de la corrupción de Convergència Demotràtica, de los problemas en la sanidad catalana. Muchas veces lo digo: al president Mas fue al primero que le hicieron un escrache en el Parlament, que tuvo que entrar en helicóptero porque había gente protestando contra los recortes, y la gente se ha olvidado de eso, o de que los Mossos d'Escuadra cargaron para desalojar la Plaza de Cataluña. De golpe Cataluña no tiene pasado, ha nacido ahora. Ése es el problema. Y está tapando también toda la corrupción del PP, que el presidente Rajoy haya dicho: "Destruir discos duros es lo que hace la gente en circunstancias como ésta". ¿Perdón? ¡Ya vale!

-¿La radio es el modelo de periodismo que menos está en crisis?

-Como modelo de periodismo, sí. Es el sitio donde se puede continuar haciendo periodismo. La radio son 24 horas de gente hablando y es el único sitio donde caben todas las opiniones, porque incluso aquellas que te son incómodas cuando te das cuenta de que lo son ya la emite. Es su ventaja.

-¿Es la más adaptada la era digital?

-La radio utiliza más las nuevas tecnologías. Más que la más adaptada es la que más se ha beneficiado. La gente me puede escuchar por internet o por las aplicaciones. Así como para la prensa la aparición internet ha sido no la muerte pero sí la agonía, para nosotros ha sido ventajoso. Tienes más posibilidades, los podcasts. Sí tenemos que convencer a los jóvenes que escuchen la radio, en cualquier formato.

-¿Más allá del político hay ciertos poderes que han perdido el respeto a presionar al periodismo, no?

-Sí. Pero tenemos que aguantar. Ser incómodos. Pero cada vez es más difícil.

-¿No tiene sentido si no es contrapoder?

-No lo diría así. No tiene sentido si no cuenta lo que pasa y no es crítico con lo que cree que debe serlo. Pero el poder a veces hace cosas bien y eso también hay que contarlo.

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