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Judith Jáuregui. Pianista

"Tenemos la generación de músicos más brillante"

  • La pianista donostiarra tiene el premio de honor fin de carrera en el Conservatorio de su ciudad. Elogiada por la crítica ha grabado Para Alicia, un disco de homenaje a Alicia de Larrocha

Jáuregui (San Sebastián, 1985) obtuvo el título de Piano y el premio de honor fin de carrera en el Conservatorio donostiarra. Después amplió estudios en Salamanca con Claudio Martínez-Mehner y en Múnich con el ruso Vadim Suchanov. Pese a su juventud, ha recibido numerosos premios y ha participado en prestigiosos festivales, entre ellos el de Granada. Está considerada una pianista con gran futuro. Muy elogiada por la crítica, ha grabado Para Alicia, un disco de homenaje a Alicia de Larrocha, con obras de Granados, Falla y Albéniz. Es el primero de Berli Music, su propio sello discográfico.

 –¿Se considera la pianista española de moda?    

–¡No, no! Sólo me considero lo que soy,  poco a poco. Soy consciente de que estoy en el primer peldaño de una escalera muy larga.

–Su disco de homenaje a Alicia de Larrocha ha tenido excelentes críticas.

–Estoy feliz. La crítica especializada lo ha elogiado y lo ha apoyado. El público lo ha recibido con cariño y con ilusión. Quizá también por las circunstancias. 

–¿A qué se refiere?

–Tenemos un panorama tan negro, estamos tan cansados por la situación tan penosa, que cuando se ve a una joven que pone pasión, como yo en este caso, la gente se vuelca. 

–Para Alicia es un disco con obras de Granados, Falla y Albéniz. ¿Por qué?

–En homenaje a Alicia de Larrocha, nada mejor que música española. Es cierto que ella interpretó más música, y podría haber elegido a Mozart, Schumann o Rachmaninoff. Pero pasó muchos años haciendo más universal nuestra música, era genial. Y he elegido tres pilares fundamentales del piano español.

–Son representativos.

–Sí, porque en el disco está el romanticismo de Granados con los Valses poéticos, el modernismo y folklore de las Cuatro piezas españolas de Falla, y la redondez de Albéniz con la Suite española. Es como una hija pequeña de Iberia, por la duración, que resume la música española en 35 minutos.

–¿Se quiere especializar en música española?

–No me he especializado en nada. Soy muy romántica, en general, y estoy a gusto con los románticos alemanes. Toco Beethoven, Schumann, Schubert, Brahms… Esa vertiente francesa que tenemos los donostiarras la cubro con Debussy y Ravel. Y, por supuesto, está la música española, con los ya citados, o con Mompou. Estoy a gusto con un Mozart fresco. O con Scriabin, porque soy de formación rusa. ¿Por qué cerrarnos?

–Algunos ven desfasada cierta música española.

–La música española es muy buena. Esa falsa leyenda creo que pasó. Los músicos jóvenes de ahora estamos orgullosos de ella y la interpretamos. Es una música colorista y agradecida; también popular, pero eso no es negativo.   

–¿Cómo definiría a Alicia de Larrocha?

–Para mí, es una heroína de la historia musical española. No la conocí en persona, pero he crecido oyéndola y admirándola. Es increíble que pudiera tocar así el piano. También admiro su humildad.

–Además de ella, ¿a qué pianistas admira?

–Otra  mujer pianista a la que admiro es Martha Argerich. Y a muchos más, a Radu Lupu, por su honestidad en directo; a Sokolov porque es un arquitecto del piano… Me atrae mucho el Mozart que interpreta Mitsuko Uchida.  

–¿A quién destaca entre los jóvenes españoles?

–Siempre lo digo. Estoy orgullosa de pertenecer a la generación más brillante que ha tenido la música en España. Hay pianistas como Javier Perianes o Luis Fernando Pérez, pero también violinistas como Leticia Moreno y Ana María Valderrama, violoncellistas como Adolfo Gutiérrez. Y cantantes como Raquel Andueza… O una orquesta como la Jonde, con la que he colaborado, y que suena con una enorme brillantez. Hay una gran cantera.

–Su último disco lo ha grabado con su propio sello.

–Me he lanzado a la piscina… ¡pero con red! Aseguré la distribución con Diverdi. Tenía propuestas de discográficas grandes, pero lo que me ofrecían era descompensado.

–Y se arriesgó.

–Bueno, se llama Berli Music, y Berli viene de libre. Quiero ser libre, tener libertad para decidir cuándo y cómo estoy en el mercado discográfico. Hace seis semanas que ha salido el disco y hasta ahora la experiencia me convence.

–¿Editaría discos de otros músicos?

–No tengo mucha capacidad para editar discos, pero estoy abierta a ayudar a jóvenes con talento.

–¿La autoproducción es conveniente?

–No sólo es buena, sino necesaria. En la música clásica, el rock, el teatro, el cine… Los jóvenes debemos coger las riendas. No debemos limitarnos a denunciar, sino hacer proyectos. 

–¿Los jóvenes tienen salidas en la música clásica? 

–Más que nunca. Se está invirtiendo en los  jóvenes músicos. Aquí la gente nos apoya y fuera es una generación muy valorada.

–Antes de pianista, fue violinista. ¿Por qué cambió?

–Siendo muy pequeña, a los cuatro años, me gustaba el violín. Tuve una profesora rusa, que me reñía, y me dijo que me cortaría los dedos. Me enfadé... Tiré el violín al piso de abajo.

–Menos mal que después no ha tirado el piano…

–¡No! Y me reconcilié con la escuela rusa, fui alumna de Suchanov. Con el piano empecé porque mi hermana mayor lo tocaba y me dormía con su música. Dejé el violín y empecé con el piano. A los ocho años ya intervine en un escenario, y a los 11 años protagonicé mi primer recital. Doy las gracias a todos los profesores que he tenido. 

–Incluso a los rusos.

–Es que el carácter ruso es fuerte, como lo pintan. La realidad de la música es así.

–Ahora está de gira. 

–Alterno recitales con el circuito de orquestas. El jueves estuve en Málaga y volveré, dentro de dos semanas, para un concierto con la Orquesta Filarmónica de Málaga en el Teatro Cervantes. Luego iré a un recital en Úbeda (Jaén), al Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, al Auditorio Nacional de Madrid…

–¿Ya sabe cómo será su próximo disco?

–Para Alicia lleva seis semanas a la venta, y he vivido un año intenso preparándolo. Quiero disfrutarlo, antes de pensar en el próximo.

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