-Después de dos años de investigación previa a la escritura de Millonarios, ¿qué ha decidido el elenco de empresas que recoge el libro?

-La selección de startups estuvo determinada por tres criterios: debían ser españolas, haberse fraguado en el ámbito de internet y haberse vendido por más de 10 millones de euros. Tuenti, LetsBonus, Toprural, Wuaki TV, Milanuncios, Trovit, La Nevera Roja, Akamon, Privalia y Ticketbis me parecieron llamativas y que, por diferencias y similitudes, representaban una muestra significativa.

-¿Ha descubierto los pasos a dar para asegurarse el triunfo empresarial?

-Ojalá pudiéramos hablar de fórmulas mágicas para el éxito, pero eso no existe. He intentado dar pistas para provocarlo. Llama la atención que la mitad de las compañías estudiadas estaban en pérdidas en el año anterior a su venta y eso se explica porque en internet, a veces, es mucho más relevante el crecimiento en usuarios que el hecho de que gane dinero. Al final se trata de situarse en una posición de liderazgo que interese al comprador, lo que no significa necesariamente que obtenga beneficios.

En internet no hay espacio para todos y se tiende, cada vez más, a la concentración empresarial"

Otra enseñanza es hallar la pauta que las haga darse a conocer, es decir, el marketing. Tuenti, por ejemplo, lo hizo por su modelo de invitación entre usuarios y La Nevera Roja experimentó un crecimiento exponencial anunciándose en televisión, tras firmar un acuerdo con Mediaset.

En el libro, se desmienten mitos como el de que crear valor significa inventar. La mayoría de los casos estudiados son copias de otras compañías que ya existían. Llegando alguna, incluso, a superar a la empresa que originó ese tipo de negocio. Ticketbis es un caso claro. Stubhub de eBay la compró y con ella se implantó en 50 países en tiempo récord, complementando así los mercados anglosajones en los que ya estaba presente.

-¿Es siempre la venta el objetivo último de una startup?

-Para el emprendedor, el exit o la venta pueden ser sinónimos de triunfo si se ha cumplido una serie de objetivos que le permitan continuar alimentando al ecosistema a través de otros proyectos. Un caso reseñable es el de Miguel Vicente, fundador de LetsBonus, que después inició Wallapop.

Existe una tendencia a creer que las compañías dan el pelotazo cuando cierran una venta provechosa, pero es que la mayoría ha dedicado una media de 5,5 años de trabajo a esos negocios.

La mayoría empezó a trabajar en el proyecto muchísimo antes de constituirse como startup. Es el caso de Milanuncios, creada como web siete años antes de darse de alta como empresa en 2012. Su mayor competidor, el grupo noruego dueño de Segundamano.com, decidió quitársela del medio, en 2014, mediante su adquisición por 100 millones de euros, cuando Marca era el único que la superaba en tráfico en toda España.

Está claro que en internet no hay espacio para todos y cada vez más se tiende a la concentración. El caso de Amazon es paradigmático. Por ello, la venta es una forma de reconocimiento para los proyectos más interesantes.

-¿Cómo dibujaría el mapa de creación empresarial español?

-Viviendo en Reino Unido puedo comparar ambos mercados y allí todo es más dinámico, más fácil, a pesar del Brexit, que ha sembrado la incertidumbre en los mercados. Registrar una empresa cuesta 12 libras y se puede hacer on line mientras que en España se exige mucha más burocracia.

Aunque creo que no tenemos nada que envidiarles, sobre todo en Madrid y Barcelona, por lo menos hasta antes de la estampida de empresas ocasionada por la situación catalana. Lo que sí nos falta es estudiar casos prácticos nacionales.

-¿Podría ser por humildad o por miedo a compartir estrategias empresariales?

-Quizás, lo que está claro es que es necesario saber qué se ha hecho en el sector para ayudar a los emprendedores noveles. De ahí el libro, que viene a resaltar lo conseguido desde 2009 y, sobre todo, a ordenar la información, tan ingente y dispersa en internet.

-¿Cuál es el sello de un emprendedor español?

-Llama la atención que los fundadores de startups en España pertenecen al ámbito de la banca o consultoras y no al informático, como ocurre en el mundo anglosajón, algo que se podría presuponer naciendo éstas en internet. Es cierto que luego se buscan esos perfiles para que formen parte del equipo pero yo sugeriría el desarrollo de un plan de estudios que integre la empresa y la informática.

Es reseñable también la escasez de mujeres. De las empresas estudiadas en Millonarios sólo Toprural cuenta con Marta Estévez con un papel fundacional. Considero que la diversidad es vital. Que haya hombres y mujeres en los proyectos es un valor, al igual que si hay gente de otros países. La diversidad enriquece muchísimo y no se puede generalizar pero, en mi experiencia, he podido comprobar que hay mujeres brillantísimas y que necesitamos muchas más en el sector.