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José Manuel García-Margallo. Ex ministro de Exteriores

"El movimiento populista amainará con la estabilidad"

  • "Insisto, en Gibraltar quieren seguir en la UE y la fórmula de la cosoberanía sería una buena solución", dice el ex ministro.

"El movimiento populista amainará con la estabilidad"

"El movimiento populista amainará con la estabilidad"

-Acaba de publicar el ensayo Europa y el porvenir.

-Es obvio que ha salido a la calle sin saberse la suerte de mi destino. He escrito siempre a lo largo de mi vida para plasmar todas mis reflexiones y desde hace un año quería expresar mis inquietudes sobre el mantenimiento del Estado del bienestar.

-Escrito a cuatro manos con su ex secretario de Estado Fernando Eguidazu. ¿Cómo se reparten el trabajo?

-Fernando es un compañero de mi primer curso en Deusto y estamos compenetrados en estos análisis. Desde mi pensamiento de demócrata cristiano aporto mis tesis y aprovecho mi experiencia en la labor política.

-¿Cómo resume el presente ante ese porvenir que dibujan sobre Europa?

-En Europa, en todo el mundo, estamos asistiendo a un resurgir del populismo que siempre aparece en crisis muy profundas. La primera vez surge tras la Primera Guerra Mundial, cuando el bolchevismo parece que va a contagiar a todos los países y como réplica surgen los movimientos de extrema derecha. Ahora, como consecuencia de la globalización, lo que surgen son los temores a la pérdida de nuestro trabajo y a la pérdida de nuestra identidad cultural. Ese miedo se traduce en indignación. El atractivo de los extremistas es que niegan el sistema establecido, pero no saben definir los nuevos rasgos del futuro. Ya le pasó a Marx, que supo definir las deficiencias del capitalismo pero no supo encontrar soluciones reales. El movimiento de los populismos amainará con la estabilidad, pero no remitirá del todo.

-¿Podrá el nuevo Gobierno atajar el populismo en España?

-En España, esa indignación sigue. Si no somos capaces de responder a las inseguridades, el populismo no amainará fácilmente. Ante el déficit de futuro, los padres e hijos tienen miedo.

-En su libro acomete el futuro de las prestaciones y las pensiones, cruciales para conseguir la estabilidad del Estado del bienestar.

-Hay que buscar nuevas fórmulas. Pasamos a dos trabajadores por cada pensionista. No se pueden subir las cotizaciones porque eso se traduciría en una subida de precios. Hay que crear un modelo nuevo que pasa por tocar muchas teclas, con ayudas a las familias y controles de la inmigración y de la demografía.

-¿La inmigración puede corregir de nuevo nuestras carencias demográficas?

-Hoy hay 9 millones de pensiones y trabajan 18 millones de españoles. En el año 2050 para 15 millones de pensiones tendrían que trabajar 27 millones y eso es inimaginable con nuestra tasa de natalidad. Se tiene que controlar con la política migratoria, pero también hay que atender a los grupos que más les cuesta acceder al mercado laboral, para que coticen muchos más. Si tienes menos gente ocupada tienes que ser más productivo, con profesionales más formados, con más ajustes en la oferta y demanda laboral. Hay que completar el mercado interior, con movilidad de los trabajadores, un mercado de servicios financieros más ágil, mayores rentabilidades de los fondos, cambiar la filosofía de las cotizaciones de la Seguridad Social y no gravar tanto los productos locales.

-¿Tener esas ideas propias, ser tan emprendedor, ha sido un obstáculo para no seguir en el nuevo Gobierno?

-Eso tendría que responderlo el presidente. Agradezco la confianza que depositó en mí. Como dice el libro de Job, "Dios me lo dio, Dios me lo quitó". Mi disponibilidad fue absoluta.

-¿Qué opinión tiene de su sucesor?

-Lo nombré embajador y tengo la mejor opinión de él.

-Sobre Cataluña también tenía sus ideas personales ¿Qué hacemos ahora?

-Con Cataluña hay que restañar heridas, crear lazos de afecto. Hay que buscar un entendimiento cordial con aquellos catalanes que han sido seducidos por el separatismo. Toca hacer mucha política, afecto y comprensión frente al independentismo.

-¿Se aleja el fantasma de una secesión unilateral?

-Una secesión unilateral no sería reconocida por la ONU. Pero lo que hay que evitar es el choque de trenes. Hay que procurar fórmulas que rebajen los anhelos independentistas.

-¿Sigue entusiasmado con la posible la cosoberanía de Gibraltar?

-Insisto, la salida del Reino Unido nos da una oportunidad histórica. No es lo mismo un Reino Unido dentro que fuera de la UE. En Gibraltar quieren seguir en la UE y esa fórmula de la cosoberanía sería una buena solución. A los gibraltareños se les satisface el deseo de seguir siendo británicos y mantendrían su identidad. Hasta que el Consejo Europeo no lo ponga negro sobre blanco no quedará evidente. España debe jugar esas cartas con firmeza. Imaginemos qué actitud de firmeza tendrían los británicos para recuperar una colonia española que estuviera en Brighton...

-¿El G-7 del Consejo de Ministros era tan poderoso como el G-7?

-No. Y no era una logia masónica a espaldas de nadie. Era una reunión de ministros que mantenían amistad y afecto de etapas anteriores: Cañete, Ana Pastor, Soria.

-Y en esas se nos apareció Trump.

-No me preocupa lo que vaya o no vaya a hacer, sino que haya habido tanta gente que le haya votado. Hay un mar de fondo preocupante. Hay muchas cosas que ha prometido y que no podrá hacer.

-¿Disputará Susana Díaz la Presidencia a Rajoy?

-Bastantes problemas tengo yo como para preocuparme de lo que vaya a suceder en el PSOE.

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