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Javier de Domingo

"Hay que subvencionar a 'los Gasol' de la biotecnología"

  • El director del área de Empresas y Desarrollo de Negocio de la EOI, asegura que la ayuda pública debería ir destinada para las personas más aventajadas de todos los sectores, "pero no a cualquiera".

En los debates, siempre llama la atención quien se desmarca de la ortodoxia y desmonta discursos prefabricados con frases de acero y granito. Javier María de Domingo (Madrid, 1962) pertenece a ese club, pero no por ello deja de ser un tipo extremadamente afable y generoso con su tiempo. Abogado, profesor universitario y máster por el Instituto de Empresa, aún quema kilómetros con  su veterana (20 años) bicicleta de carretera, pero su auténtica pasión deportiva es el pádel. Ganó el primer campeonato de la EOI y ya no le dejan repetir. Tiene tres hijos, dos perros, dos periquitos y una tortuga.  No le hace ascos a la navegación ni a la jardinería, aunque donde se le observa verdaderamente cómodo es en el off the record de una magnífica charla sobre oportunidades de negocio.

-¿Emprende mal España?

-Sí, porque generalmente se piensa un proyecto sobre la base de una subvención que en muchas ocasiones llega tarde y te coloca en una situación financieramente compleja. La ayuda pública debe apuntar a los sectores que realmente sean motores de crecimiento y empleo. Lo ideal sería que ese dinero llegase al Pau Gasol de la biotecnología, al Fernando Alonso de la industria o al Rafa Nadal de las letras, pero no a cualquiera.

-¿Y se emprende tarde?

-En EEUU la cultura del emprendedor está en la sangre. ¿Cuántas veces hemos visto en las películas cómo chavales muy jóvenes salen de su casa a vender limonada o cómo, ante el problema del paro, las familias sacan sus muebles a la calle y los venden? En Silicon Valley, en Stanford, es muy normal que la tarjeta de presentación de un estudiante destaque que es CEO de su propia compañía, creada cuando tenía 14 ó 15 años. Observe el contraste con España: mi hijo mediano quería montar una empresa para coches llamada Dar Cera, Pulir Cera. Se trataba de lavarlos, pulirlos, recogerlos y entregarlos, pero el problema es dar aquí esa responsabilidad a un niño; está el asunto del seguro; el hecho de no poder darle de alta; la necesidad de emanciparse para tener la compañía a su nombre.

-¿Por qué aquí está tan mal visto el fracaso?

-Otro ejemplo: el sur de EEUU lo levantaron los pioneros que venían del norte. Se equivocaron muchísimo, desde luego, pero esa forma de hacer las cosas desde el origen es la que les ha permitido aceptar la cultura de la equivocación, que en España está estigmatizada. Allí la filosofía es la especialización, la ampliación de tus conocimientos a otras áreas transversales y la puesta en práctica de esos conocimientos. Formarte aprendiendo a hacer las cosas implica que hasta que no aprendas te equivocarás.

-La crisis ha encumbrado algunas nuevas obsesiones. Una de ellas es la balanza comercial y el consiguiente llamamiento a la exportación. Pero es sencillamente imposible que todos los países del planeta exporten más de lo que importan.

-Todo el mundo dice que los negocios ahora están muertos. Es verdad que muchos sectores lo pasan mal, pero, ¿se ha hecho de verdad un análisis para saber si están agotados nuestros mercados locales, regionales y nacionales antes de salir al exterior? Internacionalizarse supone problemas por nuestra impericia con los idiomas y por el desconocimiento de los países en los que pretendemos desembarcar. Si nos fijamos en la construcción, surge una oportunidad de oro para que las empresas cambien el chip, se dediquen al mantenimiento y la rehabilitación y tanteen ya el terreno de la edificación sostenible. Podemos hacer las cosas de forma diferente.

-Habla usted de nuestra proverbial torpeza con los idiomas, pero quizás los más jóvenes hayan dado un salto cualitativo que sea el comienzo del fin de esta lacra.

-La EOI desarrolla con Extenda un programa de internacionalización de becarios donde la criba -hay alrededor de 800 candidatos para 40 plazas- se basa en un examen en comercio internacional e idiomas. Nos encontramos con que hay bastantes chicos que además de inglés hablan hasta tres lenguas más: ruso, alemán, italiano, polaco, chino... La barrera está en las generaciones más mayores, que no tuvieron la oportunidad de consolidar su experiencia con los idiomas saliendo al extranjero.

-En este país hay 4.600 referencias de másteres o programas ejecutivos. ¿Nos hemos pasado?

-Tomando el todo quizás sí. Pero las escuelas de negocios tienen una oferta equilibrada. En la EOI nos anticipamos, somos pioneros y formamos a personas a las que el mercado de trabajo absorberá. Otras instituciones utilizan la palabra máster de manera muy light: los hay de sesenta horas.

-¿Existe una bolsa de riesgo laboral por sobreformación?

-Enfoquémoslo de otra manera. Ante una escasez de empleo, formándote te colocas en una posición de mayor empleabilidad si tienes mayor conocimiento. Cierto: hay jóvenes muy preparados en paro, pero, ¿qué ocurriría si renunciasen a seguir aprendiendo? ¿Cuánto tiempo tardarían en encontrar algo? ¿Cuál sería su sueldo y cuáles sus funciones? A lo mejor no accedes a un puesto de director general, pero serás un técnico polivalente y flexible.

-Si el dinero no se mueve, no se activa la cadena virtuosa del consumo: el carpintero no le compra al electricista, que no le compra al carnicero, que descartará cambiar de coche y obligará a cerrar al concesionario. ¿Cómo se escapa del laberinto?

-El dinero tiene que circular, pero sólo puede hacerlo cuando existe, España debe dinero, y no estamos generando ingresos a la Administración, con lo cual hay déficit. Una economía mixta donde el Estado tiene que paliar los fallos del mercado debe garantizar esos flujos, pero para ello tendría que haberse ganado la confianza de sus acreedores. Es obligatorio depurar el sistema financiero para que vuelva el crédito a empresas y familias. En esa dinámica de flujos restaurados e ingresos para Hacienda ha de existir una política pública de austeridad y claridad en la ejecución de los presupuestos. Hace unas semanas se  anunciaba un plan de choque para el empleo. Es importante que la Junta sepa con claridad dónde volcar los pocos fondos disponibles. Tiene que ir a la creación de riqueza, y la riqueza se consigue apostando por la empresa, pero no por todo tipo de empresa o emprendedor, sino por quien tenga proyectos comprometidos y capacidad de generación de empleo. Es un error apostar por un gasto que se base exclusivamente en el pago de nóminas.

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