El príncipe Felipe ha lamentado este miércoles la pérdida "para España y para la Corona" de Gregorio Peces-Barba, a quien ha considerado "un servidor público de enorme ejemplo en tiempos difíciles". Don Felipe ha visitado a las 09:30 la capilla ardiente con los restos mortales de Peces-Barba, instalada en su domicilio del municipio madrileño de Colmenarejo, adonde ha acudido solo.

El Príncipe ha permanecido en el interior de la casa durante unos quince minutos para dar el pésame a la familia y despedir a Peces-Barba, quien le tomó juramento como presidente del Congreso en 1986. A la salida, el Príncipe ha señalado que cada vez que se encontraba con Peces-Barba salía a relucir este recuerdo tan especial, que fue un momento "muy importante, muy simbólico y muy emocionante" para el heredero de la Corona.

En declaraciones a los medios de comunicación, don Felipe ha indicado que, aunque no le dio clases directamente, siempre consideró a Peces-Barba "un profesor" y "una fuente de conocimiento y aprendizaje". Peces-Barba "siempre fue generoso en sus expresiones, siempre estaba dispuesto a escuchar y a comentar con transparencia y con libertad cualquier asunto" con todo el que se acercara a él, ha subrayado el Príncipe.

Desde primera hora de la mañana han llegado coronas de flores a la casa familiar de Peces-Barba y se han acercado, entre otros, el político y jurista Antonio Garrigues-Walker, así como Adolfo Suárez Illana y la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril. El domicilio de Peces-Barba en Colmenarejo es un chalé rodeado por un muro de piedra en una calle tranquila de una zona residencial al noroeste de la Comunidad de Madrid, cerca de la sierra. En esa localidad hay un campus de la Universidad Carlos III, de la que Peces-Barba fue rector fundador. Está previsto que visiten la capilla ardiente diversos dirigentes del PSOE y que a las 13:00 se celebre su entierro en el cementerio de Colmenarejo.