Absolución para la infanta Cristina y seis años y tres meses de cárcel para Iñaki Urdangarín. ¿Termina así el "martirio" para la Monarquía española? Esa fue la palabra utilizada por la propia Casa del Rey durante la instrucción del caso Nóos. Han sido cuatro años de investigación judicial, de escándalos mediáticos, de imputaciones, de declaraciones ante el juez... Y en enero de 2016, el inicio del histórico juicio.

La imagen dio la vuelta al mundo. Cristina de Borbón, la hija menor del entonces rey Juan Carlos I y hermana del actual monarca, Felipe VI, sentada en el banquillo de los acusados. Era, también, la imagen del final de un cuento de hadas protagonizado por el matrimonio Urdangarín-Borbón, el de un apuesto deportista y una princesa que creció en un palacio. Ocho meses después, el desenlace del proceso en torno a la trama de desvío de fondos públicos es agridulce para la Infanta.

Absuelta de los dos delitos contra la Hacienda Pública que la acusación particular le atribuía como cómplice de su marido, la Infanta recibió la esperada sentencia con satisfacción, pero con el "disgusto", en palabras de su abogado, de ver a su marido condenado. "Lo considera injusto porque ella creyó, cree y seguirá creyendo en su inocencia", agregó el letrado.

El ex deportista reside desde 2013 en Ginebra con su esposa y sus cuatro hijos, pero tendrá que viajar a Palma en los próximos días si es convocado para la vistilla de medidas cautelares, en la que la Fiscalía solicita las que considera necesarias. En caso de que no se dicte prisión provisional, también es posible que se le retire el pasaporte y se le prohiba salir de España.

Ocurra lo que ocurra, el daño a la imagen de la Monarquía española ya está hecho. Tras años de informaciones oscuras en torno a Urdangarín y la Infanta, que llegaron a salpicar a Juan Carlos I y ensombrecieron el final de su reinado hasta que abdicó en su hijo Felipe en 2014. Desde entonces, el nuevo monarca y su esposa, Letizia, se mantuvieron alejados del escándalo y de sus protagonistas, apartados ya de la agenda de la Casa Real, y tomaron medidas para tratar de hacer la institución más transparente y democrática a ojos de los ciudadanos.

La imagen de Urdangarín entrando en prisión podría ser un nuevo golpe para la Monarquía española. Si esto ocurre, el futuro de la Infanta se dibuja fuera de España. Uno de los destinos barajados es Portugal, donde su abuelo, Don Juan de Borbón, se exilió durante la dictadura de Francisco Franco.