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España

Puigdemont tiene apoyos pero no pone fin a su huida

  • Los independentistas tendrán que consensuar un candidato alternativo sobre el que no pese ninguna imputación

  • Inés Arrimadas se mantiene a la expectativa y no liderará de momento una ronda de reuniones con el resto de partidos

  • La Cámara se debe constituir el 23 de enero en medio de una incertidumbre similar, pero los cinco parlamentarios huidos no podrán votar

Puigdemont pide diálogo

La tragedia de Cataluña es que vuelve a estar pendiente de Carles Puigdemont y de su particular estrategia personal en Bruselas, que confluye pero es distinta a las de Esquerra Republicana (ERC) y a la de su partido, el PDeCAT. Ambos partidos suman 66 escaños en el nuevo Parlamento, bastaría con una abstención de los cuatro de la CUP para investir al nuevo presidente, pero Puigdemont no tiene intención de retornar a España mientras sobre él pese una orden de detención. Desde Bruselas, el ex huido aseguró  que está dispuesto a volver si es para ser presidente de la Generalitat y si el Gobierno de Rajoy está dispuesto a "respetar la democracia". Es decir, que no regresará en estas circunstancias, por lo que ambos partidos separatistas deberán consensuar un nuevo nombre para principios de febrero, cuando se celebre la primera votación. Mariano Rajoy no cree en la propuesta de diálogo del ex presidente: "Yo, con quien me tengo que sentar es con la señora Arrimadas, que es la que ha ganado las elecciones".

La propia líder de Ciudadanos, que ha sumado 36 escaños y ha sido la candidata más votada, asume que el resultado electoral del jueves no acaba con la inestabilidad de la comunidad. El desconcierto es común a todas las formaciones, las ganadoras y las derrotadas de la noche, todas. El propio partido naranja se mantiene a la expectativa de los pasos que van dando los separatistas, ya que tienen un mayoría suficiente. Al PDeCAT, por boca de su secretaria general, Marta Pascal, no le interesa seguir pactando con la CUP. Prefiere aparcar la reivindicación de la república como elemento principal de la agenda, y ponerse a gobernar. "Hemos obtenido un mandato para formar un Gobierno", aclaró en el mismo sentido Elsa Artadi, la mujer que ha dirigido la campaña de Puigdemont y que puede ser una de las posibles candidatas. Con el apoyo de ERC, que ha confirmado Marta Rovira, a los separatistas les bastaría una abstención de los cuatro parlamentarios de la CUP. O un acuerdo con los comunes que tampoco hay que descartar en estos momentos. El margen de libertad que ahora tienen respecto a los anticapitalistas es mayor en esta legislatura, por lo que no están condicionados a proseguir en la línea rupturista que exige la CUP.

"España tiene un pollo de cojones". En efecto, la frase que La Sexta ha grabado de la reunión que Puigdemont y sus diputados electos mantuvieron ayer por videoconferencia es casi la única verdad que se oyó del ex presidente. Volvió a insistir en que los resultados del 21 de diciembre ratifican el del referéndum del 1 de octubre a favor de la independencia. “Ha sido como una segunda vuelta”, añadió. Sin embargo, los datos desmienten esta versión, los partidos separatistas no tienen la mayoría de los votos, suman un 47,5%, frente a un 51,9%, pero la distorsión de la ley electoral le da dos escaños por encima de la mayoría absoluta. Ni el 1 de octubre ni el jueves se constató que la secesión catalana tiene una mayoría social.

La opinión de algunos consultados es que Puigdemont seguirá con el guión de su show desde Bruselas. Dará ruedas de prensa, se auto rotulará como legítimo presidente y hará constantes llamadas a la Comisión Europea, pero con sus maniobras tienen una fecha de caducidad. Cuando llegue el momento de la votación del nuevo presidente en la Cámara, tendrá que escoger entre dejar correr la lista o comparecer ante el juez del Supremo, lo que llevaría aparejado una segura reclusión provisional. Aunque recoja el acta mediante un representante legal, ni él ni ningún otro de los cuatro parlamentarios electos huidos podrá votar en la Cámara. Lo impide su reglamento, no es posible delegar el voto. Y para presentarse a la sesión de investidura, es necesario que esté en la Cámara y defienda su proyecto. Por eso, lo probable es que dejen correr los nombres y que el presidente, que ellos adjetivan como “ejecutivo”, será otro. ¿Quién? Pueden ser los ex consejeros Rull o Turull, pero la mujer que gana fuerza porque no está imputada es Elsa Artadi, su jefa de campaña, doctorada por Harvard y púpila de Andreu Mas-Colell, quien fuese el cerebro económico del proceso.

La constitución de la Cámara y elección del presidente de la Generalitat se ajusta a unos requisitos que difícilmente puede cumplir Puigdemont. El 6 de enero es la fecha límite para constituir el Parlamento, ese día, además, se eligen a los miembros de la Mesa y al presidente de la Cámara. Cinco diputados electos están huidos, recogerán el acta por medio de un representante, pero no podrán votar. Es necesario que estén presentes, por lo que esa primera votación puede saldarse con un éxito parcial de los constitucionalistas. Dependerá de qué hagan los comunes y la CUP.

Diez días después, el 6 de febrero, el nuevo presidente del Parlamento debe proponer un candidato para liderar la Generalitat. El PDeCAT y ERC necesitan que a partir de entonces vayan a votar los 67 electos, incluidos los tres que están en prisión: Oriol Junqueras, Joaquín Forn y Jordi Sánchez. Suponiendo que el juez del Supremo les autorice a salir para votar, y esto es posible, no pueden faltar los cinco de Bruselas. O regresan y asumen la detención o dejan correr la lista. Por tanto, en marzo puede haber un nuevo presidente. Una vez que el 6 de febrero se haya producido la primera votación, para la que hace falta la mayoría absoluta, hay un plazo de dos meses para elegir al nuevo líder por una elección que requiere más síes que noes. Basta la abstención de la CUP.

Esquerra se ha apartado, Marta Rovira admitió que corresponde al PDeCAT el señalamiento del candidato. Oriol Junqueras ha sido uno de los derrotados de la jornada. Encarcelado en Estremeras, el líder de ERC ha visto como se evaporaba el sorpasso a la actual Convergencia, no quiso repetir la fórmula electoral de la coalición por lo mismo y la estrategia le ha salido muy mal. La dirección de ERC se reunió por la mañana, hubo autocrítica, pero en las próximas semanas debe solventar esta crisis. Dentro del partido republicano hay quien defiende que hay que aparcar la implementación de la república, marcarse el objetivo de la independencia sin calendario y ponerse a gobernar. Las fuerzas no se han medido dentro de la formación.

El PDeCAT reclama restituir a Puigdemont y seguir con el 'procés' sin "prisas"

Una tensión similar se vive entre el PDeCAT y Puigdemont. La lista que se ha presentado a estas elecciones es una nómina del ex presidente, no del partido, porque hay independientes que él fichó y militantes de la vieja Convergencia. Tanto Marta Pascal como Artur Mas son partidarios de abandonar la vía de la unilateralidad, pero Puigdemont vuela con otros rumbos. Lo probable es que el ex presidente deje que se elija un nuevo líder al frente de la Generalitat, pero él lo trataría de tutelar desde Bélgica. Habrá ‘Govern’ antes de primavera, sin los huidos y a la espera de que entre los dos bloques enfrentados e igualados se abran ventanas de oportunidad para reconducir la incertidumbre crónica en la que ha caído la comunidad.

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