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España

Los grupos acusan al PP de "delirio" y "mentiras de distracción masiva"

  • Todos se niegan a apoyar a los populares en sus peticiones de comparecencias por el supuesto espionaje · Sáenz de Santamaría dice que al Gobierno le preocupa más acabar con ellos "que con el desempleo"

El PP no logró ayer que la Diputación Permanente del Congreso apoye sus peticiones de comparecencias urgentes de la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, y del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para explicar la supuesta "persecución" política del Gobierno a este partido.

La mayoría de los grupos votaron en contra de las solicitudes del PP, que incluían también la comparecencia del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, a excepción de CiU y PNV, que se abstuvieron, al igual que NaBai en el punto relativo a Rubalcaba.

Soraya Sáenz de Santamaría, en nombre del PP, vinculó esta supuesta "persecución" política al "temor" del Gobierno ante el hecho de que "su propia incapacidad de gestionar con eficacia" la crisis "se traduzca en un duro castigo electoral". Y es que al Gobierno "le preocupa más acabar con el PP que tratar de acabar con el desempleo", opinó, antes de apuntar que de las 53 actuaciones abiertas contra cargos del Partido Popular en los últimos tiempos, 49 han sido ya archivadas.

Son datos recogidos en un informe que ultima el grupo popular para acreditar la "doble vara de medir del Gobierno" frente a los casos de corrupción en los que se han visto implicados miembros del PP y del PSOE.

En el caso del PP, el "modus operandi", según Soraya Sáenz de Santamaría, es: "Se detiene, se esposa y se exhibe a los imputados en prime time, ante los medios de comunicación previamente convocados, y se les retiene hasta el límite constitucional de las 72 horas". Después, en la mayor parte de los casos, "la única pena a la que han sido condenados ha sido a la pena del telediario", ironizó.

Por contra, de los 61 casos abiertos en los que están involucrados dirigentes del PSOE, en 37 continúan todavía las actuaciones; "eso sí -agregó-, sin esposas, sin filtraciones, sin medios de comunicación".

Con todo, quiso dejar claro la confianza del PP en la Justicia y en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que "se limitan a hacer su trabajo" y a "obedecer órdenes".

Refiriéndose a la comparecencia concreta de la vicepresidenta, Sáenz de Santamaría señaló que su intención era que explicase "por qué ordenó desde Costa Rica" que la Fiscalía recurriera el archivo del caso contra el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps.

Por su parte, el portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, dijo que las denuncias del PP sobre escuchas ilegales y persecución a este partido son un "conjunto de inventos, insidias y mentiras". Alonso añadió que el PP busca ahora información que acredite "la sarta de barbaridades que se han pasado diciendo todo el verano".

Para el portavoz del PSOE, lo que busca el PP con esas "insidias, inventos y mentiras" es conseguir un territorio de "impunidad" para una serie de personas vinculadas a este partido acusadas de manera "seria" y con indicios "objetivos" de casos de corrupción que "afectan a la credibilidad del PP". Igualmente, según Alonso, el PP busca que se "hable de una falsedad", al denunciar la persecución a este partido, "para que no se hable de lo que sí es cierto, que son "los casos de corrupción" que le afectan.

Desde el PNV, su portavoz, Emilio Olabarría, indicó que su grupo se abstendría a pesar de considerar el debate de una naturaleza "un tanto esotérica", aunque aseguró que si el PP aportara una "sola prueba" incluso apoyarían la creación de una comisión de investigación.

El portavoz de ERC, Joan Ridao, señaló que no apoyarían las peticiones del PP al considerar que sus denuncias constituyen una estrategia de "defensa" ante el "cerco de sospechas" sobre corrupción que afecta, dijo, a este partido, y van camino de convertirse en una "paranoia casi tan delirante como la trama del 11-M".

Por su parte, Francisco Jorquera, por el grupo mixto, votó en contra por entender que obedecen a una estrategia del PP para levantar una "cortina de humo" cuyo único objetivo es "tapar los escándalos" que le afectan.

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